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Haciendo País

Las víctimas del conflicto armado que vivimos en el exterior estamos unidas

Columnista invitada
09 de abril de 2019 - 07:10 p. m.

Por Elizabeth Santander*.

Con la aprobación de la Ley 1448 de 2011 se institucionalizó el 9 de abril como día dedicado a la conmemoración de las víctimas del conflicto armado en Colombia. En este día, el Congreso colombiano debe sesionar para las víctimas, y las embajadas y consulados deben realizar eventos conmemorativos para aquellas que estamos fuera del país. Sin embargo, lo que ocurre en estas conmemoraciones dista mucho de la realidad que vivimos las víctimas colombianas.

A pesar de los más de ocho años de vigencia de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, son muy pocas las víctimas en el exterior que han sido reconocidas por el Estado Colombiano. La Unidad para las Victimas reportó que para el 7 de diciembre de 2018 había recibido 12.102 solicitudes de inscripción e incluido 24.464 personas en su registro. Sin embargo, sólo 2.771 personas han sido reparadas, esto es, un poco más del 11% del total. El escenario revela ser mucho más dramático si tenemos en cuenta que aún no es claro si el Congreso extenderá la vigencia de Ley más allá del 2021, cuando expira su vigencia en el actual marco normativo.

Mi caso ejemplariza la lentitud con que operan los procesos del Estado con las víctimas y el trato que se nos da. Mi esposo fue víctima de desaparición forzada. En mi caso, el Estado Colombiano es el responsable de este crimen de lesa humanidad. La Unidad para las Victimas se negó a reconocer la desaparición de mi esposo; sólo me reconoció como víctima de amenazas y desplazamiento forzado. Yo apelé esta decisión en diciembre de 2016, pero hasta la fecha no he recibido respuesta alguna de esta impugnación. Han pasado más de 32 años desde aquel 22 de enero de 1987 en que mi esposo fue desaparecido y el caso aún se encuentra en total impunidad. Recientemente me enteré de que la Registraduría Nacional, mediante una resolución de agosto de 1987, había dado de baja el número de cédula de mi esposo por muerte. Sin embargo, la misma Registraduría dice desconocer su Registro de Defunción, el documento en el que se basa para dar de baja su cédula. Aquí se evidencia la negligencia del Estado para entregar información sobre las personas desaparecidas y la negligencia de la Unidad para las Víctimas para reparar estos crímenes de lesa humanidad.

Con el apoyo de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, las víctimas del conflicto seguimos presentando nuestros casos ante instancias internacionales, confiando en romper por esa vía la impunidad colombiana. Por otro lado, el acuerdo de paz ha revivido la esperanza de conocer la verdad sobre nuestros casos de la mano del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Por eso, como víctimas que vivimos en el exterior, nos hemos organizado para brindar nuestro apoyo irrestricto a la JEP, a la Comisión de la Verdad y a la Unidad para la Búsqueda de las Personas dadas por Desaparecidas en Colombia.

Como víctimas de este largo conflicto que hemos padecido los colombianos y colombianas, hacemos un llamado, no sólo a las 9 millones de víctimas reconocidas por el Estado, sino a toda la sociedad civil, a la opinión pública nacional y a la comunidad internacional, a hacer todo lo posible para defender nuestro proceso de paz: a exigir la implementación decidida del acuerdo suscrito entre el Estado y la guerrilla de las FARC, y que se retomen las negociaciones con las demás organizaciones guerrilleras, en aras de alcanzar una paz completa y alejar para siempre la práctica de la guerra en nuestro país.

Una de las peores maneras de atacar el acuerdo de paz es asesinar sistemáticamente a los líderes sociales y defensores de derechos humanos que se encuentran en los territorios. Por eso, en nuestra condición de víctimas, exigimos que esa práctica de exterminio cese de inmediato. Grupos de víctimas en el exterior hemos demostrado nuestro rechazo a esta situación: El pasado 5 de abril nos manifestamos públicamente frente a las instalaciones de la Corte Penal Internacional, en la ciudad de La Haya (Holanda).  Le solicitamos a esta Corte que le pidiera al gobierno de Iván Duque detener el exterminio contra los líderes y lideresas, y avanzar decididamente en el proceso de paz que tanto anhela el pueblo colombiano.

Nuestra movilización continúa. Víctimas del conflicto armado que vivimos en el exterior nos hemos unido a organizaciones británicas e irlandesas que buscan visibilizar la grave crisis de derechos humanos en nuestro país. Hoy, 9 de abril, en el día de la memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto, dedicamos uno de nuestros actos conmemorativos en Londres a discutir la tragedia colombiana y a buscar maneras de defender a nuestros defensores. Lo hacemos porque sabemos que defender a los líderes, lideresas y personas defensoras de derechos humanos es defender la construcción de paz y la vida en Colombia. Aquí estamos para defender a nuestros defensores y para prevenir que más personas pasen por lo que hemos pasado nosotros.

*Grupo Europa de Familiares Desaparecidos de Colombia.

 

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