Colombia + 20
Haciendo País

¿Y ahora qué?

Fabiola Calvo
22 de enero de 2019 - 07:11 p. m.

¿Vendrá la política del garrote? ¿Más guerra? ¿Más muertes? Y ¿los derechos políticos de la ciudadanía? ¿Utilizarán los corruptos, los acusados de vínculos con el paramilitarismo este acto para tapar sus fechorías? Y ¿la paz, la paz, la paz?…

El terrorismo nunca ha sido ni será un método de lucha. Es condenable desde cualquier esquina. El ELN no ha dicho si fue el autor o no. Siempre ha reconocido públicamente sus acciones, hasta la horrenda de Machuca. Qué lo diga y no dé lugar para la especulación, para que no aparezcan chivos expiatorios y se abra camino a una respuesta.

Si fue el narcotráfico nacional o de fuera, posiblemente se conozca, si fue otra fuerza encubierta es posible que lo sepamos o no. La multiplicidad de intereses es mayúscula y no es precisamente la bondad de la condición humana, la que podamos exaltar entre los guerreristas.

Lo grave de esta acción al margen del autor, son las consecuencias para la raquítica democracia colombiana, que la combate la derecha invocándola desde la Constitución, según dicen, para salvar a Colombia. ¿Alguien me puede definir qué es Colombia? Porque en Colombia estamos una suma que pensamos diferente a esa suma que solo piensan en la guerra y, todo hecho que indique camino de paz es mostrado por ellos como una entrega al terrorismo. Es una mezquindad, nada más que una mezquindad. Entonces, ¿de qué Colombia nos hablan?

El movimiento social no puede sucumbir al miedo que se pretenderá imponer para no ocupar el espacio público, a hablar, a denunciar, a organizarse, a la movilización, a exigir sus derechos. No se puede dejar de denunciar y exigir la renuncia de los corruptos, hablemos de un Néstor Humberto Martínez, a exigir la defensa de la vida de los líderes y lideresas sociales.

La sociedad colombiana con sus múltiples matices, debe dilucidar entre el dolor que producen los actos terroristas y la solidaridad con las familias de las víctimas, del chantaje y utilización emocional que de ello hacen algunos políticos. ¡Vaya canallada!

El movimiento social  ha expresado su repudio al terrorismo y su acompañamiento a las víctimas y sus familias. No podía ser de otra manera. Organizaciones defensoras de derechos humanos, las ocho plataformas de la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, organizaciones cívicas, sindicales, gente que ama esta tierra y quiere la paz, un proceso que aunque difícil y débil, sigue en marcha y que no podemos dejar que se lo lleve la corriente, esa corriente que clama por la guerra.

Nos corresponde buscar la calma, la reflexión sin perder la esperanza y seguir trazando rutas que confluyan. Necesitamos darle un giro a estos zigzags en la larga construcción de la paz.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar