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La música de “Por mi voto no decide otro”

Un innovador concurso en los Montes de María invita a la comunidad a ponerles música, a ritmo de porro, cumbia, pop, reguetón, champeta y rap, a mensajes sobre ejercicio transparente del derecho al voto. Cada categoría ganadora recibirá $2 millones.

Pedro Mendoza
23 de mayo de 2019 - 09:51 p. m.
En la región se efectúan jornadas pedagógicas para que la gente entienda el valor supremo del derecho a un voto limpio y transparente. / Fotos: Cortesía
En la región se efectúan jornadas pedagógicas para que la gente entienda el valor supremo del derecho a un voto limpio y transparente. / Fotos: Cortesía

Se acercan las eleccioneslocales y regionales de octubre, y con ellas el esfuerzo de autoridades, ONG y ciudadanía para evitar fraudes en las urnas. En ese ambiente electoral, “Por mi voto no decide otro” es la frase que más se escucha por estos días en los 15 municipios que forman parte de los Montes de María. Allí, con acordeones, tamboras y gaitas, sus pobladores le darán un sentido musical a dicho eslogan con la pretensión de divulgar pedagogía electoral en torno a la transparencia del voto. Una propuesta muy sonora de la Fundación Evolución Caribe, que comenzará el próximo 15 de junio en los departamentos de Bolívar y Sucre.

En un año electoral es importante estar atento a las diferentes formas de fraude, le dice al El Espectador Hans Blumenthal, director ejecutivo de la fundación, quien habla del proyecto democratización para la estabilización de una región de posconflicto como lo es los Montes de María, y que tiene el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania y otras entidades que trabajan en la campaña #pormivotonodecideotro.

Su preocupación por una campaña electoral transparente se nota en sus decisiones, muchas prácticas, casi todas por no decir todas, nunca formaron parte de su vida política como extranjero. “Hay mucha gente seria que realmente quiere cambiar y apoyar los deseos de las comunidades, su forma de actuar. Hay muchos decentes y otros conocidos no tan decentes”.

Volvemos a la música, los acordeones y el concurso. Dice que partiendo de la música se puede llegar a la mayor parte de la gente, especialmente a los jóvenes, dependiendo el género. De ahí nació la idea de hacer el concurso que contenga el eslogan “Mi voto no es de otro”.

Los participantes de la región podrán hacer música en las categorías folclórico, que abarca la música sabanera, la cumbia, el porro, el acordeón y la gaita. También hay un espacio para los géneros urbanos como el pop, reguetón, champeta y rap. Los concursantes que harán temas inéditos deberán componer sobre la base de la transparencia electoral, el voto informado, la promoción de la participación ciudadana y el control social. Por tratarse de herramientas de comunicación participativa, las canciones serán grabadas en los celulares. La canción ganadora en cada género tendrá un reconocimiento de $2 millones.

El concurso terminará en octubre, y este alemán de español enredado, pero de fuertes convicciones, afirma que son pocos los días en que se levanta pensando que no puede más, “pero no me canso, de hecho es una vocación, es aclararle que esto me gusta y la gente con las cuales trabajo”. Recuerda que antes, cuando estaba en la cooperación alemana, su labor diaria era mucho más de oficina, pero que ahora es diferente: en el campo y en los montes “uno se siente reconocido”.

Hans nació en Alemania, recorre las calles de Cartagena en bicicleta y vive frente al mar, pero su deseo de servicio y ayuda es de muchos años. “Mi primera profesión era servir”, afirma, y cuenta que después de diferentes estaciones llegó a Friedrich Ebert Stiftung (Fescol) en Colombia como parte de la cooperación alemana al país. Allí su participación fue importante en el premio nacional de paz.

“Cuando llegó el retiro sabía que no quería el retiro. Por esta razón principal me quedé aquí en Colombia, donde hay muchas cosas por hacer todavía”, dice mientras se toma un café y recuerda que valió la pena tomar esa decisión. Su vida está en su fundación y el trabajo que desarrolla.

Recordamos en los Montes de María al maestro Adolfo Pacheco, que con sus cantos vallenatos forma a juglares de la región. Su tema, El mochuelo, es un ícono en esta región. Viaja con su equipo de trabajo constantemente al área rural, donde se mantienen en contacto con líderes comunales, trabajadores y todo aquel de la comunidad que los escucha. “Te encuentras primero con ellos en el campo, no tienen mucha confianza y poco a poco notas que ellos realmente son como una esponja, se abre y chupan todo lo que puedas enseñarles”.

La cooperación internacional en la región de los Montes es muy importante para la líder y gestora cultural Soraya Bayuelo. “Siempre he dicho que la cooperación internacional es un oxígeno, son los padrinos que de alguna manera te pueden llevar a la puerta de la iglesia”, afirma Bayuelo, quien sostiene que las fundaciones hacen un aporte importante, pero no es deber de ellos, es del Estado. “Es importante que sea un padrino que ayude a impulsar, nosotros estamos muy agradecidos”.

El trabajo de la Fundación Evolución Caribe continúa con su proyecto de educación y manejo del voto, los montemarianos empiezan a cambiar esa pasada historia con una nueva, en donde la música será un factor muy importante para su futuro político y social. Hans me recuerda que El Espectador es un aliado de la campaña, se levanta de la mesa y con su estatura alta me dice: “Perdimos el miedo y cuando tú ves que algo mejora, uno se siente satisfecho”.

Por Pedro Mendoza

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