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El nuevo panorama de la guerra en el Catatumbo

La confrontación entre el Eln y el Epl, que estalló el 14 de marzo del 2018, entró en un punto de declive. El EPL o "pelusos" se replegaron hacia Convención, Sardinata y la frontera mientras que la Fuerza Pública se ha instalado en las antiguas zonas de retaguardia de ese grupo. Surge una nueva confrontación armada entre el Ejército y las guerrillas.

Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez
26 de marzo de 2019 - 10:22 p. m.
La coca es la opción de vida de cientos de campesinos del Catatumbo./ Cristian Garavito.
La coca es la opción de vida de cientos de campesinos del Catatumbo./ Cristian Garavito.

Los once municipios que componen el Catatumbo pasaron de registrar 7.368 víctimas en 2017 a 30.380 en el 2018. Esas cifras, reportadas por la Unidad para las Víctimas, dan cuenta del impacto que tuvo en los catatumberos la guerra entre el Eln y el Epl desde el 14 de marzo del año pasado. Hoy esa guerra está casi inactiva, pero los combates entre las insurgencias y la Fuerza Pública se intensificaron.

Las confrontaciones entre el Eln y el Epl han disminuido luego de que en algunos meses del año pasado llegaran a ser casi diarios. Una persona que ha conocido de primera mano el devenir de la guerra, pero prefiere no ser citada por motivos de seguridad, asegura que eso se debe a que el Eln logró sacar de las zonas de retaguardia al Epl. Se refiere a Hacarí, Teorama y la parte norte del municipio de San Calixto. Esa ventaja militar la obtuvo el Eln por medio de una operación coordinada e iniciada el 1 de noviembre de 2018, para la cual trasladaron guerrilleros desde los departamentos de La Guajira, Arauca y Bolívar. Los pelusos se tuvieron que replegar hacia Convención, Sardinata y la frontera.

El control del Eln en zonas de presencia histórica del Epl ha significado afectaciones para la sociedad civil. Se han presentado amenazas, desplazamientos y despojo de bienes de quienes los elenos consideran auxiliadores de los pelusos. “El Eln ha aplicado mucha fuerza”, asegura la misma persona. Por su parte, aunque el Epl quedó debilitado persisten con prácticas de extorsión y narcotráfico en municipios como Ábrego, La Playa de Belén y Ocaña.

En medio de la confrontación también quedaron los líderes sociales. La regional Ocaña de la Defensoría del Pueblo, que trabaja en nueve municipios de la región, registró entre 2018 y lo que va corrido del presente año el asesinato de nueve. Por su parte, el enlace de víctimas de la Alcaldía de Tibú registró cinco asesinatos a defensores de derechos humanos en 2018. Además, las guerrillas optaron por minar el territorio, por lo que durante el año pasado 60 personas fueron afectadas por minas antipersona, según Descontamina Colombia.

Durante muchos años el Eln y el Epl estuvieron aliados, sin embargo, tras la salida del frente 33 de las Farc empezaron las discordancias por definir quién se hacía al control de los territorios que dejó esa guerrilla. Por eso, el 14 de marzo el Eln lanzó una ofensiva en cinco municipios contra los campamentos del Epl. Ese día explotó la guerra que dejó a su paso una crisis humanitaria con más de 18.000 desplazados, campos minados y paros armados. Aunque no se puede decir que esa confrontación acabó porque ambos actores siguen vivos, ya no representa el mayor problema para los habitantes de esa región. 

El nuevo escenario de guerra

Aunque la confrontación entre las insurgencias está casi extinta, el Catatumbo no ha dejado de ser un escenario de guerra. El 28 de noviembre del 2018 el presidente Iván Duque anunció desde Ocaña el arribo de la Fuerza de Despliegue Rápido Número 3, integrada por 5.000 uniformados. Empezó a operar en los municipios de San Calixto, Hacarí y Teorama. En la región también opera la Fuerza de Tarea Vulcano del Ejército.

La entrada de ese componente militar ha logrado arrebatarle territorios sobre los cuales tenía el control el Eln. “Las zonas de retaguardia del Epl en un primer momento fueron copadas por el Eln, pero luego llegó la Fuerza Pública”, dijo la persona que pidió reservar su identidad. Según la misma fuente “ha habido un avance en la seguridad y el control del territorio”. Pero persisten los obstáculos, el 20 de marzo murió un soldado y cuatro más fueron heridos por una explosión en zona rural de El Tarra. Además de esos tres actores, en el Catatumbo también hace presencia una disidencia del Frente 33 de las Farc.

Víctimas civiles

Aunque los actores cambiaron, la guerra sigue generando afectaciones para la población civil. La situación es especialmente compleja en la zona norte de San Calixto, El Tarra, Teorama y Hacarí.  “Producto de esas confrontaciones ha habido vulneración de los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario”, asegura Yermin Sanguino, quien hace parte del Comité de Integración social del Catatumbo. Entre diciembre de 2018 y lo que va corrido del 2019 se han registrado tres desplazamientos masivos, que dejarían un saldo de unas 600 víctimas, según Juan Carlos Quintero, integrante de la Comisión por la Vida, la Reconciliación y la Paz del Catatumbo. Los hechos ocurrieron tras combates entre la Fuerza Pública y el Eln en Teorama y San Calixto.

Un informe elaborado por una comisión humanitaria conformada por el Equipo Jurídico Pueblos y la Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, que estuvo en la región entre el 1 y el 7 de marzo, denunció afectaciones a los catatumberos por parte del Ejército. En el documento se registran violaciones a los derechos humanos en Teorama, El Carmen y El Tarra donde se han presentado empadronamientos (restricción de la entrada de víveres a las comunidades), daños a viviendas, ocupaciones de bienes civiles y toques de queda, entre otras afectaciones. Hablamos con la oficina de prensa de la Fuerza de Tarea Vulcano, desde la cual se comprometieron a a hablar con el comandante para hacer una entrevista, sin embargo, hasta la publicación de este artículo no han dado respuesta.  

La ruptura de los diálogos entre el Estado y el Eln se ha sentido en la región. “Estamos también en una crisis ambiental”, recalca Quintero. Se refiere a las voladuras del oleoducto Caño Limón Coveñas que ha perpetrado esa guerrilla en los últimos días. Esos atentados han causado la contaminación de afluentes tan importantes para la zona como el río Catatumbo.

La presencia del Epl y el Eln en el Catatumbo se remonta a finales de los 70, luego llegaron las Farc que controlaron varias zonas hasta el 2014, cuando dejaron las armas. Antes, en 1996, las Autodefensas Unidas de Colombia incursionaron en ese territorio, en el cual estuvieron hasta el 2005 cuando se desmovilizaron. La guerra ha sido el estado en medio del cual han crecido varias generaciones de niños catatumberos. Está por verse cuántas generaciones más quedarán atrapadas en las confrontaciones. Hoy están viendo nacer una nueva etapa del conflicto.

Por Nicolás Sánchez A. / @ANicolasSanchez

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