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La última marcha de las Farc

Hoy se cumple el plazo para que los más de 6.000 combatientes de la guerrilla ingresen a las zonas veredales, sin embargo, siguen las quejas por el incumplimiento del Gobierno en los compromisos para recibirlos.

Alfredo Molano Jimeno / @AlfredoMolanoJi
30 de enero de 2017 - 10:44 p. m.
Por los ríos del Pacífico nariñense también viajaron combatientes del bloque Comandante Alfonso Cano a la Zona Veredal de Tumaco. / @FARC_Occidente
Por los ríos del Pacífico nariñense también viajaron combatientes del bloque Comandante Alfonso Cano a la Zona Veredal de Tumaco. / @FARC_Occidente

Terminó la incertidumbre que produjo el triunfo del No en el plebiscito del 2 de octubre del año pasado, que había impedido el ingreso de las unidades guerrilleras a las zonas veredales para iniciar el proceso de dejación de armas y reinserción a la sociedad. Hoy finalmente los cerca de 6.000 hombres en armas de la guerrilla habrán caminado por última vez con el fusil al hombro. Atrás quedará una de las más tradicionales tácticas guerrilleras, cuando los frentes realicen su última marcha.

Y es que simbólicamente es un momento trascendental para la subversión: van camino a dejar las armas, van rumbo a la legalidad. Y así lo entiende la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, la cual emitió un balance del desarrollo de este hito histórico, en el que se realizaron, desde el sábado y hasta ayer, más de 40 operativos para movilizar a cerca de 5.000 guerrilleros en todo el país. Y hoy se terminarán de trasladar todos los combatientes insurgentes en 15 marchas simultáneas, es decir, los restantes 2.541 guerrilleros, desde los puntos de preconcentración hasta las zonas veredales transitorias.

Sin embargo, no son pocas las denuncias de incumplimiento que han hecho los comandantes de las Farc. “Con este movimiento mostramos en la práctica que nuestra disposición para la paz es absoluta y que aún en medio de incumplimientos gubernamentales, hostilidades militares y ataques de opositores a la reconciliación de la familia colombiana, estamos dispuestos a honrar la palabra empeñada, apoyados en las miles de voces de paz y reconciliación que hoy surgen de este pueblo colombiano cansado de la guerra”, señaló en un comunicado el bloque Caribe.

Estas unidades de la guerrilla se trasladaron a la zona veredal ubicada en la vereda Pondores, en La Guajira, donde hasta hoy no se ha empezado con la construcción de la infraestructura necesaria para recibir a los insurgentes. Uno de los comandante de las Farc, Édison Romaña, detalló que en esta zona no hay agua ni luz ni alcantarillado, que se vive a 30 grados a la sombra y que los guerrilleros han tenido que llegar a construir hasta los techos para refugiarse del calor.

Lo propio denunció el bloque Sur: “Las Farc han iniciado su marcha inexorable hacia las zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) en el país, pese a todas las adversidades: el incumplimiento reiterado del Gobierno en la adecuación de las áreas; el abastecimiento de alimentos; la persistente amenaza del paramilitarismo y su constante negación; las calumnias sistemáticas; las amenazas de parar el trámite especial de las leyes de implementación; los escándalos banales, como el suscitado por un baile; entre otros palos en la rueda que no se cansan de poner los enemigos, ahora visibles, de la paz”.

Y la denuncia sobre el renacimiento del paramilitarismo es una constante en los comunicados de las distintas unidades insurgentes. Así lo ha dado a conocer el propio Rodrigo Lóndoño, Timochenko, máximo comandante de las Farc, quien a través de su cuenta en Twitter difundió una denuncia según la cual grupos paramilitares han estado “merodeando” la zona veredal de Ituango y han venido intimidando a los pobladores de esta región. “Es constante la presencia de estos grupos desde la vereda Playa Rica hasta Puquí, en el municipio de Valdivia, al mando de alias Ramiro, con las amenazas ya denunciadas y agregando que quienes participen con el proceso de paz con las Farc los matarán. Esta misma amenaza la hacen en La Caucana y El Guáimaro, municipio de Tarazá”, advirtió.

Ahora los guerrilleros trabajarán en la adecuación de las zonas, tal y como se acordó con el Gobierno, para subsanar las dificultades logísticas que el Ejecutivo ha tenido para ofrecer todas las garantías a quienes se han movilizado desde regiones recónditas de la geografía para iniciar su tránsito hacia la vida civil y política en la legalidad. De igual forma, las Farc tendrán que haber entregado ya la lista de los guerrilleros que no podrán acceder a los beneficios de la amnistía y el indulto, así como los lugares donde estarán recluidos, en condiciones de restricción de la libertad.

Es así como a partir de hoy se inicia en forma el proceso de dejación de armas por parte de la guerrilla, y su camino de regreso a la sociedad. Un proceso que tiene un cronograma de 180 días como plazo máximo y que establece que el 1° de marzo las Farc deberán haber entregado hasta la última bala, y 30 días después, el 1° de junio, las zonas veredales desaparecerán y los guerrilleros habrán terminado su proceso de reintegración.

De alguna manera, este ingreso de las unidades guerrilleras a las zonas veredales significa el inicio de la implementación de la llamada paz territorial. Muestra de eso fue el llamado Acuerdo de Catatumbo, entre delegados de las Farc y el Gobierno con las comunidades de Caño Indio, el fin de semana. Una zona que ha sufrido como pocas los rigores de la guerra y que se ha convertido en el epicentro de los cultivos de coca. Precisamente dicho acuerdo suscrito busca la sustitución voluntaria de los cultivos ilícitos a cambio de impulsar proyectos productivos para los pobladores de esta región. Como quien dice: empezó la construcción de la paz territorial.

Por Alfredo Molano Jimeno / @AlfredoMolanoJi

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