En medio de las noticias alarmantes que vivió el mundo a inicios de este año frente a la amenaza inminente del coronavirus, resultó sencillo para muchos alistar el carro del mercado y arrasar con los estantes de alimentos y bebidas que había en las tiendas de barrio y grandes almacenes de cadena. Un acto egoísta que no permitió pensar en los demás y mucho menos en cómo iban a seguir funcionando las cadenas de abastecimiento para que esos estantes volvieran a llenarse.
Un panorama alarmante si se tiene en cuenta que, en Colombia durante el 2019, sin pandemia y sin cuarentena preventiva, los hogares consumieron 38,17 millones de toneladas de alimentos, siendo 17,46 millones de toneladas frutas y hortalizas y 20,72 millones de toneladas procesados o empacados por la industria. Y el gasto total en alimentos de los hogares colombianos alcanzó los $235,9 billones.
Es decir, que en tiempos de crisis como los que vivió el país a inicios de este año, la industria de alimentos se vio obligada a buscar soluciones y alternativas para garantizar que las cadenas de abastecimiento siguieran operando pese a las dificultades y los colombianos pudieran acceder a la comida. “Para cumplir con esta tarea, la sinergia con el Gobierno Nacional, los gobiernos locales y departamentales ha sido fundamental, porque ha permitido que el tránsito de insumos agrícolas y de alimentos se desarrolle con la mayor normalidad posible desde todos los municipios de Colombia hasta las zonas de acopio, transformación y comercialización de los alimentos”, explica Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de Alimentos de la ANDI.
Al tiempo que aclara que esta situación ha sido clave para implementar el uso de las herramientas digitales, porque a través de ellas han podido encontrar alternativas que les permiten responder de manera más precisa a las condiciones del mercado y a los requerimientos de los consumidores. “Particularmente con los tenderos que juegan un rol clave en la cadena de abastecimientos, pues son los encargados de vender los productos de la canasta familiar a los hogares colombianos y por esto, en términos de comercialización se han optado por diferentes proyectos a través de la digitalización”, enfatiza.
´Súper Vecino´ tiene como objetivo ofrecer una alternativa de tal forma que los tenderos eviten desplazarse a las centrales de abastos, disminuyendo los riesgos de contagio y puedan dar continuidad a sus negocios.
“Estamos en un escenario en el cual la industria de alimentos ocupa los primeros renglones en la economía, por eso estamos comprometidos en continuar las operaciones y seguir brindando un empleo seguro y óptimo a todos los colombianos que hacen parte de ese sector. Por lo general, los productos desarrollados por la industria hacen parte de la canasta básica, por lo tanto, son aquellos alimentos que los colombianos siguen comprando”, concluye el director ejecutivo de la Cámara de Alimentos de la ANDI.
Ejemplos de adaptabilidad
En Colombina, la séptima empresa de alimentos más sostenible del mundo, garantizan la seguridad sanitaria de sus productos con sistemas de gestión de seguridad e inocuidad, lo que les permite mantener los más altos estándares de calidad en los procesos. “De igual forma, la salud y seguridad de nuestros colaboradores es una prioridad, por eso los adultos mayores de 60 años están en aislamiento preventivo, al igual que las mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Activamos el trabajo en casa para cargos administrativos, entregamos elementos de protección y habilitamos las líneas telefónicas atendidas por los médicos de la empresa”, detallan desde la gerencia de la compañía.
En cuanto a las lecciones que les ha dejado la pandemia, afirman que, si bien Colombina siempre ha trabajado de la mano de las comunidades contribuyendo a su desarrollo y bienestar, con esta situación revalidaron una vez más que el papel de las compañías como actores sociales es fundamental. “Recientemente nos unimos junto a otras empresas como Coca-Cola FEMSA, Postobón, Central Cervecera de Colombia y PepsiCo, en alianza con Fenalco, con el propósito de fortalecer y dinamizar el canal de tiendas para que avance hacia una nueva normalidad”.
Por su parte, Gustavo Salas, gerente general de PepsiCo Alimentos Colombia, cuenta que para garantizar la salubridad en los alimentos que llegan a los consumidores “En la compañía contamos con el Programa de Agricultura Sustentable que busca garantizar y certificar un origen óptimo en nuestras materias primas, desde un punto de vista ambiental, económico y social. A través de este, nos hemos propuesto a desarrollar habilidades, abordar riesgos relevantes y fomentar la mejora continua a través de buenas prácticas agrícolas que abarquen todos los aspectos de la sostenibilidad”.
En Colombia, las materias primas con las que se producen marcas como Margarita y Natuchips, son de origen 100% local.
De acuerdo con el vocero, más que perjudicarlos, la pandemia les ha exigido una adaptación en tiempo récord. “Sin lugar a duda, tuvimos que hacer un cambio en nuestra estrategia de negocio y en la forma de trabajar. Tenemos un negocio que se extiende por todo el canal tradicional, a través de rutas directas y a través de distribuidores, entre un 15% hasta un 30% de nuestros clientes tradicionales tuvieron que cerrar a causa de la pandemia. El reto hoy es pensar fuera de la caja, continuar protegiendo el negocio por nuestros colaboradores y sus familias, y seguir con nuestro compromiso como empresa líder de alimentos y bebidas”.