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El miércoles 15 de noviembre se jugó en Bogotá la gran final de la Copa Betplay entre Millonarios y Atlético Nacional, y Andina, como el hincha más grande del equipo azul, tenía que alentar igual o más que los 9 millones de embajadores, y sí que lo hizo. Después de 45 minutos que se vivieron entre humo azul, saltos y cantos a todo pulmón, un gol fortuito anotado por los verdes abrió el marcador, y ambos equipos se iban al descanso con el marcador 0-1 a favor de los visitantes.
El aliento de los embajadores y el ambiente en El Campín avecinaban la remontada, y el equipo y la hinchada solo necesitaban de un envión anímico, que encontrarían en el medio tiempo… fue entonces cuando se apagaron las luces y al son de 80 tambores se prendió la fiesta con los cánticos más conocidos de la hinchada azul.
El compromiso más fresco de la historia apenas comenzaba con esta gran final, un video y un espectáculo de luces en vivo cerraba el pacto entre 9 millones de hinchas, y el equipo se sellaba con la resignificación de los aros del escudo embajador y un trapo gigante de la hinchada, que desde oriental aceptaba el compromiso.
El público empezó a calentarse y la temperatura del estadio subía al ritmo de la pólvora que se tomó los cielos bogotanos, y el ambiente cada vez se iluminaba más con el juego de láseres que se proyectaba en la mitad de la cancha.
Gamero y los muchachos hicieron lo suyo en camerinos, mientras que Andina junto a la hinchada alentaban sin parar al equipo, para recibirlo en un segundo tiempo que marcó otro ritmo en el partido. Una historia que sigue abierta por volver a ganar la copa con la que sueñan los hinchas bogotanos por la excelente campaña del equipo, y el haber aceptado el compromiso y el orgullo de ser, por los siglos de los siglos, azules.