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Así es como la academia promueve la formación de investigadores

Valentina Franco, estudiante de la Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico de la Universidad El Bosque, logró una importante beca. Conozca su importancia y el apoyo del posgrado para conseguirlo.

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27 de octubre de 2024 - 02:00 p. m.
Así es como la academia promueve la formación de investigadores
Foto: Archivo personal de Valentina Franco
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Ganarse una beca puede ser una de las mayores satisfacciones para muchas personas. Por lo tanto, la historia de Valentina Franco Arciniegas, estudiante de la Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico de la Universidad El Bosque, vale la pena contarla.

“Yo no conocía muy bien la historia del Fondo de Becas Colombia Biodiversa, pero cuando empecé a aplicar y me empecé a meter más en el tema, me di cuenta de que es una historia bastante interesante y bonita”, cuenta Valentina. Y claro que lo es, ya que este Fondo fue establecido por Adriana Casas Isaza y Cristian Samper Kutschbach en 2002. Con ocasión de su matrimonio solicitaron a sus amigos y familiares que su regalo fuera un aporte a este Fondo, con el fin de promover la formación de investigadores sobre la biodiversidad de Colombia.

“Deseamos aprovechar la ocasión de nuestro matrimonio para compartir con ustedes nuestro compromiso con la construcción de un futuro mejor para Colombia. Estamos convencidos de que la biodiversidad es la mayor riqueza de nuestro país, y el mejor regalo que podemos dejar a nuestros hijos. Por ello hemos decidido establecer un fondo de becas que apoyará el avance en el conocimiento, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad de Colombia”, fueron las palabras que usó la pareja para la invitación. Actualmente, el Fondo ha recibido un centenar de aportes, y lo maneja la Fundación Alejandro Ángel Escobar.

“No son tantos los fondos que existen, y además con personas que tengan como propósito apoyar a desconocidos en temas de biodiversidad, por eso es tan valioso. Porque muchas veces los recursos son un impedimento para estudiar y desarrollar proyectos con potencial”, enfatiza Valentina Franco, quien también confiesa que cuando hizo su pregrado ya había intentado conseguir la beca, pero en esa oportunidad no lo logró. “Ya este año, cuando empecé a desarrollar mi proyecto, supe que necesitaba recursos, entonces me senté a desarrollar la propuesta y conseguí la beca”, agrega la estudiante, quien es profesional en Ingeniería Geográfica y Ambiental.

Sin embargo, Valentina también reconoce que otro de los elementos positivos del Fondo de Becas Colombia Biodiversa es que “no piden tantos documentos y requisitos casi imposibles de conseguir como otras. Son exigentes y rigurosos, pero el proceso es corto y sencillo. Además, no hay que pagar nada por la inscripción. Vale la pena intentarlo”, es su invitación.

El proyecto

“Cuando hice mi tesis de pregrado, fue con una Fundación que se llama Biodiversa Colombia, que, aunque el nombre es parecido, no tiene nada que ver con el Fondo. Quien fue mi director de tesis hace parte de esta fundación, y yo mantengo contacto con él, y también con el director de la fundación. Alguna vez hablando con ellos, me contaron sobre paisajes sonoros, y a mí me pareció muy interesante el tema, así que me puse a investigar porque es un campo gigante, y fue de donde nació la idea de hacer esa tesis para mi maestría”, resalta la estudiante.

“Refuerzo de la gobernanza mediante un enfoque metodológico colectivo de conectividad para el mono aullador rojo, incluyendo variables sonoras, entre Resguardos del Trapecio Amazónico”, es el nombre del proyecto de investigación de la estudiante de la maestría de la Universidad El Bosque, y, aunque ella es consciente de que el nombre es largo, también es cierto que condensa todo lo que busca.

“Lo que yo quiero desarrollar, como el nombre lo indica, es un refuerzo de la gobernanza. Ese es el enfoque del posgrado que estoy haciendo: “Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico”; entonces, lo que haré es generar una herramienta, que en este caso va a ser un modelo de conectividad, que va a permitir el refuerzo de esa gobernanza”, cuenta Valentina. Y agrega: “Una de las cosas que tuve en cuenta para este modelo fue el hecho de trabajar colectivamente con comunidades indígenas del Trapecio Amazónico, porque este modelo no solo va a tener en cuenta variables tradicionales y típicas de un lugar, sino que mi plan es sentarme con las comunidades, hacer un ejercicio de cartografía participativa, y que me digan cuál es la variable más adecuada, porque ellos son los que viven en el territorio, los que conocen más que nadie el lugar. Por eso, en este trabajo, ellos serán los investigadores locales”.

En cuanto a las variables sonoras, Valentina Franco asegura que decidió tenerlas en cuenta porque “los modelos de conectividad, desde los estudios que he leído y los proyectos que he desarrollado, siempre tienen en cuenta variables que son físicas del espacio y que se pueden ver y tocar, por ejemplo, las coberturas de la tierra, los cuerpos de agua o las pendientes del lugar, pero hoy en día se sabe que los sonidos son otra variable que es intrínseca del espacio, y que aunque no se puede tocar, ni ver, se puede escuchar. Además, justamente ya también se sabe que el ruido antrópico está repercutiendo mucho en las especies, en los ecosistemas y también en áreas protegidas”, confesó. Y añade: “Por eso, el estudio se centrará en el mono aullador rojo, especie que puede verse afectada por el ruido antrópico ya que altera sus comportamientos, como el uso de las vocalizaciones para demarcar el territorio, su socialización e incluso su desplazamiento”.

Valentina habla apasionada, se nota que le gusta y que disfruta lo que está haciendo. Por ejemplo, entre lo que cuenta, también agradece a sus profesores de la Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico de El Bosque, porque la han guiado y preparado para conseguir la beca y estar desarrollando el proyecto.

“Agradezco a los profes que he tenido en primer, segundo y tercer semestre que es donde actualmente estoy, porque en cada una de las clases aprendí diferentes cosas que de una u otra manera me ayudaron a encaminar la idea de mi proyecto. Aprendí también términos que antes no conocía, entonces me di cuenta de que podía aplicarlos a mi investigación”, confiesa Valentina. Y agrega: “Uno de mis profesores, este semestre, fue el que me ayudó justo antes de aplicar a la beca. Él también es geógrafo, entonces fue más fácil que entendiera mi idea. Me ayudó a enfocar el proyecto, me sugirió otra zona del Amazonas donde era mejor desarrollarlo, me habló sobre el modelo de conectividad y mucho más. Todo eso lo agradezco mucho, porque gracias a ellos y a lo que he aprendido es que me presenté y me gané la beca”.

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