
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La pérdida de un ser querido es un momento profundamente transformador que exige un acompañamiento cuidadoso y profesional. Pensando en esto, existen instituciones que se dedican a prestar servicios integrales para quienes están pasando por un duelo. Muestra de ello, es la Unidad de Duelo de la Funeraria San Vicente en Medellín, quienes se dedican a facilitar este proceso mediante estrategias integrales que abarcan acompañamiento individual, grupos de apoyo y terapias alternas.
Con un enfoque psicológico, médico y pedagógico, esta unidad, que nació en 1998 como una propuesta de la Funeraria San Vicente frente a la violencia que azotó a la ciudad de Medellín en las décadas de los ochenta y noventa, ofrece sus servicios de manera libre, abierta y gratuita, tanto a la comunidad doliente como no doliente. Su propósito no solo es guiar a las personas en su duelo, sino también fomentar una cultura que aborde de manera constructiva la muerte y el duelo, contribuyendo así al bienestar emocional y a la salud mental de la sociedad.
Desde sus inicios, la Funeraria San Vicente ha trabajado ininterrumpidamente en el acompañamiento a las personas en duelo, iniciando con la Conferencia Institucional: Sobrevivir tras la muerte de un ser querido en Casa de Velación Villanueva. Este espacio marcó el inicio de la atención personalizada y la creación del primer grupo de apoyo para dolientes, respondiendo al creciente interés de la comunidad.
En 2005, ante el aumento de la demanda, la Unidad de Duelo se trasladó a un edificio independiente, equipado con consultorios y un auditorio diseñado para atender diferentes tipos de pérdida. En 2010, fue habilitada como IPS por la Seccional de Salud de Antioquia, consolidándose como un referente en servicios de consulta externa en psicología y medicina.
Actualmente, la Unidad de Duelo es líder en sensibilización y acompañamiento en temas de muerte y duelo. Con varios grupos de apoyo, talleres de terapias alternas, atención domiciliaria y una activa participación en eventos académicos, se posicionan como un modelo para la comunidad y otras instituciones interesadas en brindar apoyo en procesos de duelo.
Vale la pena resaltar que generalmente se habla del duelo en dos sentidos: uno que se refiere a la experiencia en sí, es decir, el dolor producido por la pérdida y el otro tiene que ver con el proceso que se realiza para sobrevivir a dicho dolor. Ambos son diferentes en todos los casos y en todas las personas, esto depende principalmente de qué significaba la persona fallecida para el sobreviviente, más allá del parentesco.
Para conocer más acerca de la importancia de esta IPS, sus servicios y sobre cómo afrontar el duelo, hablamos con Juan Sebastián Acosta, psicólogo, magíster en Psicología Clínica y director de la Unidad de Duelo de la Funeraria San Vicente, ya que una de las experiencias más difíciles que se puede enfrentar en la vida es la muerte de un ser querido y, para ello, no hay nada que pueda prepararnos, sin embargo, saber sobre el duelo puede ayudarle a sobrellevarlo más fácilmente.
¿Por qué la Funeraria San Vicente cuenta con una Unidad de Duelo?
Porque se percató que en el servicio que se prestaba a los usuarios del sector funerario en nuestro país, que usualmente ha sido un servicio de excelencia y de alta calidad, hacía falta la oferta de atención al doliente. Después de que la persona vivía los rituales funerarios de su ser querido, no tenía una alternativa de acompañamiento profesional, específicamente de psicólogos o médicos que pudieran acompañar el servicio de duelo, que en muchísimos casos es fundamental.
¿Qué pueden encontrar los usuarios en esta unidad?
Varias alternativas para desarrollar su proceso de duelo. La primera es la psico-orientación o la psicoeducación a través de estrategias que podríamos llamar como informativas, donde se le brinda al usuario los conocimientos básicos sobre la experiencia de duelo para que pueda orientarse y decidir si requiere o no hacer uso de los otros servicios que ya son psicoterapia, psiquiatría, grupos de apoyo o incluso terapias alternas o terapias ocupacionales como yoga, mindfulness, cine-foro, un taller de creación literaria, un taller de narración oral en donde a través del acompañamiento de un narrador oral se les enseña a los pacientes a convertir su relato de duelo en una experiencia narrativa que posteriormente se presenta en un festival que hacemos anualmente y que se llama “Vivir para contarlo, relatos de un recuerdo”; entre otras alternativas.
¿Qué tipo de acompañamiento ofrecen?
Unidad de Duelo es una IPS con objeto social diferente, por lo tanto, presta servicios como los de cualquier IPS. Tenemos habilitada psiquiatría y psicología para ofrecer servicios como psicoterapia, psico-orientación o consejería y los demás que ya mencioné como grupos de apoyo para diferentes tipos de pérdida, por ejemplo para pérdidas por suicidio, pérdida perinatal, padres que han perdido hijos y tres grupos mixtos: uno virtual, uno en la mañana y otro en la tarde para diferentes tipos de pérdida, incluidas las de mascotas.
Vale la pena mencionar que Unidad de Duelo atiende exclusivamente pérdidas por muerte, que es nuestro objetivo misionario, no atendemos pérdidas afectivas.
¿Cuáles recomendaciones les daría a quienes acaban de perder a un ser querido?
Dentro de las recomendaciones hay una fundamental y es reconocer que el proceso de duelo es un trabajo, es decir, que implica una posición de quien lo está viviendo, que implica realizar ciertos ejercicios para elaborarlo, y por ejercicios me refiero a expresar sus emociones, a aceptar la realidad de la pérdida, reubicar emocionalmente al ser querido y esforzarse por continuar viviendo sin su presencia física, si no con la presencia en el recuerdo, en el legado o en la memoria.
La segunda recomendación, entonces, implica dejarse acompañar por profesionales en caso de necesitarlo. El duelo es un tema que se acerca mucho al lugar común, entonces es constante ver cómo personas en duelo son acompañadas desde lugares comunes y nosotros consideramos que es necesario que este acompañamiento lo haga un profesional.
La tercera recomendación sería permitirse la expresión de las emociones. Es necesario, a través de un proceso de duelo que genera dolor, justamente eso, dolerse, permitirse el dolor para poder transitar por aquello que está pasando. No es posible pasar por un duelo sin reconocer el dolor que éste causa.
Una última recomendación es la importancia de los rituales funerarios, ya que son un mecanismo que nos permite aceptar la realidad de la pérdida, constatarla, recibir la solidaridad del entorno, conectar con aquellos que están a nuestro alrededor y que enriquecen el recuerdo que tenemos del ser querido, y, además, diferenciar el fallecimiento o la ausencia del ser querido de la trascendencia o la consolidación de memoria. Entonces la realización de rituales funerarios es una herramienta social que hemos construido por años y que es muy valiosa para quienes están atravesando un proceso de duelo.
¿Por qué duele tanto la muerte de un ser querido?
Por varias razones. La primera es porque nosotros nos construimos como seres humanos en relación con otros. Nuestra presencia en el mundo no es una presencia aislada o individualizada, sino que se construye en relación con el otro. Es decir, quién soy yo en gran medida depende de quienes han estado a mi lado y me han permitido diferenciarme o semejarme para definirme como lo que soy. Ese es el primer gran dolor.
El segundo es definitivamente la ausencia, la distancia, esa separación genera muchísima aflicción, duele porque implica recomponer un lugar en el mundo. El duelo es un proceso que nos implica descubrir una nueva forma de existir sin la presencia de alguien en quien depositábamos un afecto, una esperanza o incluso un malestar.
¿Cómo se manifiesta el duelo en las personas?
De muchas formas. Podríamos organizarlo en algunos grupos. Físicamente, con un dolor en el pecho, con cefaleas, con un colon irritable, con gastritis, con la exacerbación de síntomas que ya estaban, pero que con el duelo se hacen más visibles. Mentalmente, con conducta de búsqueda y espera, es decir, la sensación de que va a regresar, la dificultad para concentrarse, sensación de ansiedad, inquietud motora. En términos espirituales o trascendentales, es probable que la persona cuestione su sentido de vida, la forma en que el mundo está organizado para sí mismo, su fe o su práctica religiosa. Y en términos sociales, es muy probable que tenga que rediseñar algunas rutinas de su vida, volver a construir o entregar unos roles que le había entregado al fallecido.
El duelo, entonces, es una manifestación plena del organismo y del ser de quien lo atraviesa. No altera solo una parte del ser humano, sino todas sus dimensiones.
¿Cuándo se debe buscar ayuda profesional?
Cuando la persona sienta que su duelo está por encima de las capacidades que tiene para gestionarlo o para vivir con él. Es decir, cuando afecta radicalmente su área laboral, cuando se está distanciando de otros, cuando le está haciendo pensar en la propia muerte o en hacerse daño, cuando siente que el duelo supera la manera en que el entorno lo vive y siente que no avanza, siente que su duelo no mejora a través de los ejercicios que él hace durante el tiempo de exponerse a la ausencia, de resignificar, de los rituales funerarios.
Esa ayuda puede ser psicoterapia individual, la asistencia a grupos de apoyo, acercarse a contenido de profesionales que le ayuden a entender lo que le está pasando a su mundo interno en medio del proceso de duelo, entre otras.
Aquí puede encontrar más información.