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¿Cuáles son los signos de alerta de la artritis reumatoide y la importancia de la detección temprana?

Este es un padecimiento crónico y autoinmune inflamatorio que afecta principalmente las articulaciones y según la Organización Mundial de la Salud, la artritis reumatoide la padecen entre el 1 y 1.5 % de la población mundial.

09 de septiembre de 2020 - 08:08 p. m.
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Foto: Pixabay

La artritis reumatoide es una de las enfermedades crónicas y autoinmunes inflamatorias más frecuentes en la población, y esta puede afectar a uno de cada 200 habitantes, comprometiendo principalmente las articulaciones. Según la Organización Mundial de la Salud, la artritis reumatoide afecta entre el 1 y 1.5 % de la población mundial.

Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud, indica que en Latinoamérica hay 34 millones de personas con discapacidad permanente y 140 millones con discapacidad temporal, a causa de las enfermedades reumáticas.

“Esta es una enfermedad crónica, lo que significa que se padece por un período prolongado de tiempo, y en ocasiones puede ser de por vida; comprometiendo varios órganos o sistemas del cuerpo, por ejemplo, articulaciones, piel, sistema nervioso periférico y ojos, entre otros”, explicó Paul Méndez, jefe de la Sección de Reumatología de la Fundación Santa Fe de Bogotá.

Y añadió que “es autoinmune, o sea que el sistema inmune del paciente por error ataca al mismo cuerpo o a algunos de sus órganos o sistemas, con lo cual produce en un comienzo inflamación y posteriormente puede haber daño en los órganos o sistemas afectados”.

El médico Méndez explica algunos signos de alarma y síntomas de la enfermedad:

  • Dolor en las articulaciones. A esto le llamamos artralgias.
  • Inflamación en las articulaciones. A esto le llamamos artritis.
  • Sensación de pérdida en la facilidad para movilizar las articulaciones, especialmente en horas de la mañana en las manos.
  • Sensación de pérdida de energía o fatiga.

Existen síntomas menos frecuentes como:

  • Nódulos reumatoides: Son masas que aparecen sobre los tendones en zonas como codos, rodillas, región sacra, región occipital, entre otras zonas del cuerpo.
  • Escleritis: Es la inflamación de la parte blanca o esclera de los ojos.
  • Vasculitis reumatoide: Puede aparecer como úlceras en miembros inferiores y con sensación de ardor, dolor, quemazón y en ocasiones pérdida de la fuerza en pies y piernas.

“Estudios observacionales han demostrado que esta enfermedad es más frecuente en personas que tienen familiares de primer grado de consanguinidad con enfermedades autoinmunes incluyendo la artritis reumatoide. Y también se ha demostrado una mayor presentación en gemelos”, indicó Méndez.

Esto quiere decir que parcialmente esta podría ser una enfermedad hereditaria, se puede heredar la predisposición genética pero siempre va a depender de muchos otros factores.

Además, así como existe un factor genético que se denomina no modificable, existen otros factores genéticos que se pueden modificar. Varios estudios han mostrado una asociación con algunos factores de riesgo como son la obesidad y el sobrepeso.

Por eso, es recomendable estimular los hábitos de vida saludables en poblaciones en riesgo como son el ejercicio y una adecuada alimentación para mantener un peso adecuado, evitar el tabaquismo, prevenir las infecciones a nivel bucal, pulmonar e intestinal y tratarlas tempranamente, ya que si se presentan disminuirá la posibilidad que se padezca artritis reumatoide.

En cuanto al diagnóstico se puede afirmar que en su mayoría depende de lo que se obtiene del interrogatorio (síntomas de la enfermedad) y de lo que se confirma con un adecuado examen físico articular (signos de la enfermedad). Es muy importante que este examen lo realice un médico con experiencia y entrenamiento en detección del padecimiento.

Es de resaltar que, aunque esta enfermedad no tiene una cura definitiva, con un tratamiento médico adecuado los síntomas se pueden controlar y así prevenir el daño articular. Adicional, existe evidencia que ha demostrado que el inicio de un tratamiento en estado temprano de la enfermedad, es decir dentro de los 12 primeros meses del inicio de los síntomas, puede hacer que los pacientes entren en remisión sostenida sin medicamentos, lo que quiere decir que puede que en algunos de ellos después de mantenerlos sin inflamación durante doce meses con dosis estables de medicamentos se pueden suspender y no recaerán, y en algunos casos podría llegar a desaparecer.

“No hay evidencia médica que apoye el uso de hierbas o de tratamientos homeopáticos y el uso de ésta, demora el inicio temprano del tratamiento farmacológico. Consultar a tiempo es relevante y la remisión al médico reumatólogo para instaurar tratamiento que modifica el curso de la enfermedad, dentro de las primeras 12 semanas después de iniciados los síntomas de dolor articular inflamatorio es la clave”, manifestó Méndez.

La Fundación Santa Fe de Bogotá cuenta con un Centro de Cuidado Clínico especializado para la atención de pacientes que han sido diagnosticados con esta enfermedad, que trabaja bajo un modelo de atención integral centrado en las necesidades individuales de cada paciente, que impacta positivamente en su calidad de vida.

Mediante la intervención del equipo aseguran la adherencia del paciente al tratamiento planteado, y vigilan la aparición de efectos adversos de medicamentos, y realizan jornadas educativas para lograr que los pacientes estén informados ampliamente de su enfermedad.

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