El actual panorama internacional y la creciente demanda de servicios digitales aumentó los casos de fraude presentados en el país, la verificación de identidad mediante mecanismos avanzados y la habilitación de servicios robustos de accesos, se convierten en piezas claves para mitigar impactos reputacionales en ciudadanos y empresas.
Durante los últimos dos años, especialmente al inicio de la pandemia, el consumo de servicios digitales estuvo en constante aumento, la presencialidad para realizar trámites, compras o adquirir algún servicio paso a segundo plano y las empresas se enfrentaron al desafío de cambiar sus modelos de operación a unos más flexibles y digitales. Esta transición, permitió a delincuentes informáticos fortalecer e innovar en sus modalidades de fraude. El Phishing, como su principal “arma”, entre otras técnicas de suplantación, empezaron a tener resultados masivos y a generar ganancias importantes para estos grupos.
Situaciones como la descrita, empezaron a tomar relevancia entre empresas y ciudadanos que buscan respuestas y protección ante estas amenazas. Se despierta un interés genuino por conocer e implementar soluciones que disminuyan la exposición de ser víctimas de fraude o suplantación de su identidad.
Sumado a esto, la transformación de los servicios deja evidenciar debilidades en la “cultura web” que gira entorno a la seguridad digital, los ataques de diccionario (identificar contraseñas probando un listado de palabras) y fuerza bruta (intentos recurrentes para descifrar una contraseña), se encaminan al éxito debido a las debilidades en los métodos de autenticación tradicional.
La contraseña, como llave de acceso a servicios e información, se muestran débiles ante los nuevos ambientes digitales, es tal la preocupación, que los gigantes tecnológicos ya proveen una gama de servicios de autenticación diferentes a sus usuarios que brindan una mayor protección. Empieza el conteo regresivo de la tradicional contraseña, para darle paso a nuevas tecnologías que garanticen más eficientemente la identificación de una persona basada en criterios más certeros como la ubicación o el comportamiento.
Otro factor que toma relevancia en esta “cultura Web” es la revisión y seguimiento de las acciones o nuevas configuraciones que se realizan en los servicios digitales, conocer la fecha exacta, la hora, el lugar y el dispositivo de conexión, se convierte en un “tesoro” y toman especial relevancia en caso de identificar comportamientos atípicos con los servicios que se consumen; tener disponible esta información y conocerla en el tiempo indicado, permite a los consumidores ser alertados de manera temprana sobre cualquier novedad que pueda suceder con sus servicios.
TransUnion ha entendido este cambio digital y pone a disposición soluciones que permiten prevenir que se materialicen perdidas económicas e impactos derivados de amenazas que intentan vulnerar los servicios digitales, los invitamos a conocerlas a continuación:
- Si usted está encargado de la estrategia de seguridad de la plataforma de su compañía, la autenticación/Onboarding de nuevos usuarios y además tiene el reto de hacerlo con la mínima fricción, lo invitamos a descargar esta guía, haciendo clic acá.
- Si usted es un ciudadano que busca incrementar la protección de su información, especialmente de aquella relativa al crédito y le gustaría conocer qué compañía ve su reporte de crédito, lo invitamos a ver esta información haciendo clic aquí.
TransUnion conecta personas con empresas con la información para el bien.