Son tiempos de enormes contradicciones. Nunca en la historia habíamos estado mejor en términos de cómo se define el desarrollo humano, por ejemplo, en asuntos como el acceso a educación básica, vacunas o en la disminución de muertes infantiles. Sin embargo, nunca habíamos estado tan condicionados por los rápidos cambios que enfrentan los ecosistemas de los cuales dependen nuestra economía y bienestar.
Tan solo hace un mes, un grupo de científicos, entre ellos dos ecólogos javerianos, publicó un importante artículo en la prestigiosa revista Nature, en el cual advierten que globalmente hemos superado siete de los ocho límites de los que dependen la estabilidad, la resiliencia del planeta y nuestro bienestar. El escenario es crítico y demuestra cómo esta contradicción tiene repercusiones en la construcción de una sociedad desigual y vulnerable, que reta el diseño de políticas públicas relacionadas con la producción y acceso a los alimentos, el control de la contaminación, la gestión del clima, la conservación de la biodiversidad, entre otros asuntos estratégicos para el futuro.
Por lo tanto, El Espectador habló con Sebastián Restrepo Calle, director de la Carrera de Ecología de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana, quien explicó la importancia de esta disciplina como herramienta para guiar las transiciones hacia la sostenibilidad que requiere el país.
¿Qué hace un ecólogo hoy en día?
Los ecólogos estudian la manera en que diferentes grupos de especies y sus interacciones (incluyéndonos), responden a los diversos cambios ambientales. Por ejemplo, pueden ayudarnos a estimar la huella de los colombianos en los ecosistemas, así como dimensionar de qué forma las transformaciones (a causa de actividades productivas o extractivas) afectan la distribución y abundancia de algunos organismos clave para nuestro bienestar y economía.
Además, quienes estudian esta carrera, están en capacidad de orientar el desarrollo de acciones de manejo y restauración ambiental tanto en el sector público como privado, partiendo del conocimiento particular sobre el funcionamiento de los ecosistemas.
¿Vale la pena estudiar Ecología?
Sin duda. Los tiempos actuales requieren de profesionales comprometidos con las transiciones hacia la sostenibilidad. Cada día disminuye nuestro margen de acción sobre problemas tan graves como el cambio climático y la pérdida de ecosistemas, razón por la cual es necesario tener bases sólidas de conocimiento y experiencia que nos permitan acompañar y sustentar procesos de toma de decisiones efectivas de manejo ambiental.
No estamos en tiempos en los que podamos tener una actitud pasiva con los problemas actuales y futuros, y es ahí donde los ecólogos tienen un papel preponderante, orientando la construcción de un mejor futuro para todos, desde la proyección de su conocimiento en la agenda pública y privada.
La Javeriana, impulsando el crecimiento de los profesionales ambientales en pro de la sociedad
Desde hace 25 años, la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana se ha preocupado por brindar herramientas que permitan desarrollar soluciones que ayuden a mitigar el desbalance que existe entre la explotación de los recursos y el medio ambiente; esto lo hace a través de su programa de pregrado de Ecología, y sus programas de posgrado (seis maestrías, una especialización y un doctorado).
Por ejemplo, su Especialización en Gestión de Empresas de la Economía Social y Solidaria propende el estudio de las empresas que se miden y se gestionan con criterios diferentes al lucro; es decir, compañías en las que se maximiza el beneficio para todos sus asociados en donde los miembros son usuarios y dueños de las mismas. Lo que se busca es optimizar la gestión de estas empresas, la valorización de su territorio y la generación de circuitos económicos.
Otro de los posgrados que ofrece la facultad es la Maestría en Desarrollo Rural, con la cual se apunta a responder a los retos de investigación y gestión en los territorios rurales en Colombia y América Latina, con el fin de abordar problemáticas, soluciones y potencialidades de los mismos.
Por su parte, la Maestría en Conservación y Uso de la Biodiversidad se enfoca en formar profesionales que investiguen, gestionen políticas y puedan aportar a la docencia, para que propendan por el buen uso, manejo y conservación de la biodiversidad. Esto acorde con las realidades ecosistémicas, económicas, políticas y culturales de Colombia y Latinoamérica y el Caribe.
De otro lado, el Doctorado en Estudios Ambientales y Rurales de la Javeriana busca que sus egresados puedan analizar las dinámicas ambientales, ecológicas y rurales, sus problemáticas, y puedan proponer perspectivas novedosas que hagan posible una biodiversidad sostenible, incluyendo en ellas al ser humano.
Uno de los posgrados que aborda el análisis de los fenómenos y problemas complejos que se focalizan en el gobierno, es la Maestría en Gobierno del Territorio y Gestión Pública, la cual analiza la relación entre gobernanza, territorio y gestión pública, con el fin de priorizar el territorio y su construcción como sujeto y objeto de la gobernanza. Además, vale la pena destacar que este programa es ofrecido por las Facultades de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Estudios Ambientales y Rurales, y el Instituto de Salud Pública.
Así como esta Maestría, hay otros programas de posgrado que se comparten con otras facultades, los cuales no solo apoyan la formación interdisciplinaria de los estudiantes, sino que también brindan un aporte al trabajo sostenible y responsable con los territorios y las comunidades. Este es el caso de la Maestría en Energía y Sostenibilidad y la Maestría en Gestión Ambiental.
Estos y los demás programas de posgrado que ofrece la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales sin duda alguna son una contribución a la sociedad, que, a través de la formación de profesionales idóneos, aborda problemáticas ambientales, políticas rurales y agrarias, entre otros, para alcanzar la sostenibilidad ambiental (en distintos frentes) que tanto necesitamos hoy en día.