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Fisioterapia y cáncer, el poder del ejercicio en la recuperación

La actividad física se ha convertido en una herramienta determinante para sobrellevar los efectos secundarios de varias enfermedades, como en el caso de los pacientes oncológicos, siendo una alternativa en la mejora de su calidad de vida.

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06 de abril de 2025 - 02:00 p. m.
Actividad física y cáncer, recupere su bienestar con fisioterapia.
Actividad física y cáncer, recupere su bienestar con fisioterapia.
Foto: Getty Images
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Desde hace 23 años, cada 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física, con el fin de concienciar a la población sobre la importancia de la actividad física para la salud y el bienestar en la vida. Cada año, millones de personas enfrentan una dura batalla contra el cáncer, una enfermedad que no solo deteriora la salud física, sino que también impacta el bienestar emocional y social de quienes la padecen.

Entre los efectos colaterales de los tratamientos oncológicos se encuentran el dolor, la fatiga extrema, la pérdida de movilidad y un impacto significativo en la autonomía funcional de los dolientes. Sin embargo, la fisioterapia ha demostrado ser una herramienta fundamental para mitigar estos efectos, ayudando a las personas a recuperar fuerza, reducir el dolor y mejorar su calidad de vida, pues puede no solo aliviar el malestar físico, sino también brindar un soporte emocional invaluable.

Según explica Paula Milena Buitrago, directora del programa de Fisioterapia de la Universidad El Bosque, “en este contexto, la fisioterapia desempeña un papel crucial en el manejo de los efectos secundarios del tratamiento oncológico y la actividad física, adecuadamente prescrita ha demostrado ser una herramienta eficaz en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Según estudios como el de Klein et al. (2021), la actividad física, con una frecuencia de dos veces por semana y una duración de 45 minutos durante 12 semanas, a una intensidad del 50-60 % del VO2 max (cantidad máxima de oxígeno que una persona puede consumir por minuto y kilogramo de peso corporal) ha mostrado una disminución significativa del dolor posoperatorio. Asimismo, Paolucci et al. (2018) indican que los ejercicios de resistencia y aeróbicos, con una frecuencia de tres veces por semana y una duración de 60 minutos con intervalos de un minuto, durante 12 semanas, a una intensidad del 55-65 % del VO2 max, contribuyen a reducir tanto el dolor como la fatiga en los pacientes oncológicos”.

Además, la experta agrega que “investigaciones recientes como la de Tauda (2025) demuestran que la actividad física moderada disminuye el dolor y la fatiga asociados al tratamiento en pacientes con cáncer de colon, mientras que los ejercicios de resistencia reducen la fatiga en aquellos con cáncer de próstata. Es importante destacar que, debido a la variabilidad de los tipos de cáncer, antecedentes médicos y factores de riesgo individuales, la respuesta al ejercicio puede variar entre los pacientes. Como fisioterapeutas, es fundamental personalizar la prescripción del ejercicio según las necesidades específicas de cada paciente y la fase de intervención en la que se encuentre, para lograr los mejores resultados posibles”.

Un enfoque diferencial para transformar la fisioterapia

Por eso han surgido propuestas académicas encaminadas a atender las necesidades puntuales de cada persona, como el programa de la Universidad El Bosque, que, con su enfoque integral y especializado en la rehabilitación basada en la comunidad, innovación biotecnológica y tecnología aplicada al movimiento, prioriza el estudio de las necesidades específicas de los pacientes en las diferentes etapas de su tratamiento.

“Este programa ha sido diseñado con un enfoque innovador, incorporando tecnología aplicada al movimiento, rehabilitación basada en la comunidad y un componente de internacionalización que permite a los estudiantes adquirir una visión global de su profesión. Además, ofrece la posibilidad de una doble titulación con la carrera de Enfermería, ampliando las oportunidades profesionales de sus egresados”, resaltó Paula Buitrago.

La importancia del enfoque en rehabilitación basada en la comunidad

Este programa de Fisioterapia no solo se enfoca en la teoría, sino que también busca generar una formación práctica y aplicada en la atención de los pacientes.

Los estudiantes cursan asignaturas específicas que les permiten comprender la fisiopatología del cáncer, los efectos secundarios de los tratamientos y las estrategias más efectivas de rehabilitación. Además, tienen la oportunidad de realizar prácticas en espacios que permiten la correcta aplicación del conocimiento teórico, adquiriendo experiencia en el manejo real de pacientes.

Con esto se pretende generar un impacto significativo en la comunidad y en el sistema de salud colombiano, pues, gracias al uso de tecnología innovadora, se espera que los egresados contribuyan a mejorar la atención de los pacientes oncológicos y fortalecer el papel de la fisioterapia en los tratamientos médicos integrales.

Oportunidades de impacto de la fisioterapia en Colombia

A pesar de sus beneficios, la fisioterapia oncológica enfrenta desafíos en Colombia. Uno de los principales retos es la falta de un posgrado especializado en esta área, lo que limita las oportunidades de formación avanzada para los profesionales del sector. Sin embargo, las oportunidades son múltiples al permitir desarrollar producción científica en un campo tan poco estudiado y generar nuevas ofertas académicas con enfoques realmente diferenciadores.

Por esta razón, es fundamental que se continúen desarrollando programas académicos que permitan la especialización en oncología y se fomente la investigación sobre los beneficios del ejercicio físico en el tratamiento del cáncer. De esta manera se podrá fortalecer la atención a los pacientes y mejorar los resultados clínicos a largo plazo.

Un mensaje de esperanza para los pacientes y sus familias

La actividad física es mucho más que un complemento en el tratamiento del cáncer; es una herramienta clave para mejorar la calidad de vida. El ejercicio adecuado ayuda a reducir los efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia, aliviando el dolor, aumentando la energía y fortaleciendo la salud mental. “Hacer ejercicio no solo beneficia a los pacientes con cáncer, sino a todas las personas. Mejora nuestra salud física, emocional y mental”, afirma Paula Milena Buitrago Florián y recuerda que el ejercicio “también beneficia la parte emocional, ya que cuando uno realiza ejercicio físico moderado va a activar la dopamina, la serotonina y diferentes endorfinas para generar cambios positivos en la salud mental”.

El compromiso de la Universidad El Bosque es claro: formar profesionales que cambien vidas a través del movimiento, porque en la lucha contra el cáncer, la fisioterapia puede ser más que un rayo de esperanza para muchos.

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