En 2022, la Fundación Santa Fe de Bogotá celebra sus 50 años de trabajo en Colombia. Hoy, son un equipo de trabajo conformado por casi 5.000 personas, con presencia en la mayoría de los departamentos del país, que trabajan bajo lineamientos enfocados en brindar servicios de alta calidad, la generación y difusión de conocimiento; así como la atención a comunidades vulnerables.
Con motivo del aniversario número cincuenta de la Fundación, El Espectador converso con el doctor Henry Gallardo, su director general, quién hablo sobre el presente, pasado y futuro de una organización sin ánimo de lucro que, se ha convertido en referente nacional e internacional y que, aún medio siglo después de su fundación, continúa respondiendo a los retos de la salud en Colombia.
¿Cómo celebrarán sus 50 años de historia?
Es una alegría para nuestra organización. Esta es una entidad privada, sin ánimo de lucro, de entero servicio a la sociedad. Este año hemos enfocado nuestras actividades en esta celebración de 50 años. Todos los eventos de educación, las investigaciones y todo el trabajo atendiendo pacientes en nuestras sedes y el trabajo en salud profesional se ha dedicado a este aniversario.
¿Qué hitos quisieran resaltar de esta extensa trayectoria?
El inicio de la Fundación es muy especial. Porque inicia con salud comunitaria, con proyectos de mejoramiento de las condiciones y bienestar de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, desde 1972. Once años más tarde tenemos un hito de la talla de la apertura del Hospital Universitario, en Bogotá, que hoy es ampliamente reconocido por sus estándares de calidad, humanización de servicios y nuestros modelos de atención centrados en la persona. El tercer hito es continuo, siempre ha sucedido y es esa búsqueda por ofrecer lo mejor, los mejores modelos de experiencia, la mejor humanización y eso nos ha llevado a lograr certificaciones de calibre nacional e internacional.
La Fundación tiene reconocimientos dentro y fuera de Colombia, cuéntenos sobre esos logros
En ese proceso de mejorar nos hemos referenciado con instituciones internacionales, armamos planes de mejoramiento y buscamos los mejores estándares de prestación de servicios. Así, Icontec tiene una acreditación muy importante y muy bien estructurada. Nosotros logramos el máximo nivel posible de esa acreditación, a la que llaman Acreditación con Excelencia. Luego buscamos acreditadores internacionales para compararnos con los mejores y allí logramos la acreditación como centro académico por Joint Comission International; esa entidad pone estándares superiores para hospitales que prestan servicios complejos y que hacen académica. Esa entidad creo unos sistemas de acreditación para lo que en Colombia se llama centros de excelencia, estas son formas de atender una condición clínica de la mejor manera posible y la Fundación se ha acreditado, hasta el momento, 18 centros de excelencia, siendo la entidad fuera de Estados Unidos con más centros de este tipo en el mundo.
¿Con qué acontecimientos les dan la bienvenida a unos nuevos 50 años de trabajo?
Nuestros próximos 50 años se caracterizarán por la réplica del modelo que hemos desarrollado en Bogotá. En medio de la pandemia dimos apertura al Hospital Serena del Mar, en Cartagena, que atiende a toda la región caribe y replica la actividad de investigación, salud poblacional y educación que tenemos en Bogotá. En los próximos tres años tendremos un nuevo hospital universitario que servirá a unos tres millones de personas, en el Eje Cafetero, Chocó y el Norte del Valle.
Lo cierto es que todo se sustenta en nuestros equipos de trabajo. Hoy somos más de 4.000 personas en Bogotá, 700 en el Caribe y el equipo crecerá, se fortalecerá y seguirá con orgullo su cultura de servir y buscar lo mejor para la salud de los colombianos y buscar y apostar a la sostenibilidad, que consideramos fundamental y nuestro modelo lo busca deliberadamente.
¿Cuáles fueron las claves para convertirse en un referente en salud nacional e internacionalmente?
Durante 50 años hemos generado confianza en los colombianos. La entidad tiene las puertas abiertas, comparte conocimiento y busca desinteresada y humildemente construir mejor salud para el país. Esto nos obliga a hacerlo bien, el imperativo ético nos indica hacer lo mejor posible en nuestro trabajo y entregarlo a la sociedad. Eso refleja nuestros valores y también hace que la entidad sea reconocida.
De forma pragmática, la Fundación mide, por ejemplo, cómo les va a los pacientes que atendemos en nuestros procesos de atención, cómo es su experiencia, qué tan eficientes somos, cómo es nuestra cultura organizacional y cómo la podemos fortalecer cada día; y en esos ámbitos de trabajo nos hemos esforzado. Hoy creemos que es una entidad relevante para el país entre otras muchas muy importantes por su trabajo disciplinado. La palabra mística enmarca todo esto, la Fundación siempre se ha preocupado por esa mística de servicio.
Sobre su trabajo en salud poblacional ¿cuáles han sido sus objetivos y logros a la fecha?
Es de mucho orgullo nuestro trabajo en salud pública y salud colectiva. La Fundación está presente en casi todos los departamentos del país, apoyando situaciones de vulnerabilidad y condiciones difíciles de salud.
Resalto, entre otras cosas, el trabajo potente en nutrición y hemos participado en la encuesta nacional de nutrición, lo que significa visitar más de 50.000 hogares y entender sus condiciones de salud, especialmente de la población infantil. A partir de eso se han desarrollado modelos para mejorar las condiciones de nutrición en el país. Esto no lo hemos hecho solo, ha sido un trabajo en alianza con muchas entidades.
El capítulo materno-infantil es otro trabajo importante y hemos trabajado para que haya mejores condiciones para las mamás y los niños, que haya mejor lactancia materna, más educación y más protección para el binomio madre niño.
Otro capítulo fuerte ha sido nuestra preocupación por la adolescencia. Colombia tiene unas tasas muy altas de embarazo en adolescentes y creamos plataformas digitales que les ayudan en sus procesos de toma de decisiones, para que tengan una sexualidad sana. Esto ha tenido un impacto en la disminución de embarazos.
La Fundación ejerció un papel importante en salud durante la pandemia ¿cómo fue ese trabajo?
Así mismo, durante la pandemia, la Fundación cuido a los que cuidan; protegimos a nuestra gente al máximo, logrando tasas de infección bajas en los equipos de trabajo, no tuvimos fallecimientos. También nos esforzamos enormemente por multiplicar nuestra capacidad en cuidados intensivos, los multiplicamos por seis y eso implico atender a más de 35.000 pacientes en urgencias, unas 9.000 en hospitalización y casi 4.000 personas en cuidado intensivo, con desenlaces que, comparados con otros países y entidades, demuestran que a nuestros pacientes les fue bastante bien.
Todo esto, mientas trabajamos por el país. Ayudamos a que otras entidades pudieran hacerlo bien y para eso conseguimos donaciones colectivas que les ayudaran en diferentes momentos. Promovimos la vacunación en Colombia y que existieran los mejores estándares. Incluso hicimos trabajos de cuidado intensivo “teleexperticia”, que es una palabra que nos inventamos para apoyar unidades de cuidado intensivo que no tenían todas las capacidades para atender pacientes, apoyándolos a distancia. Todo lo trabajamos en alianzas... la pandemia no detuvo nuestros pilares, funcionamos de forma ambidiestra, promoviendo la investigación y la educación.
Y en educación ¿cuáles han sido sus logros y que huella han dejado?
Este tema está en el ADN de la Fundación. Sin duda, uno de los grandes hitos en nuestra historia es la creación de la facultad de medicina en alianza con la Universidad de Los Andes, graduando a 31 generaciones. En paralelo, resalta que tenemos más de 15 posgrados, especialidades médicas y recibimos estudiantes de diferentes profesiones y carreras técnicas. Recibimos constantemente personas en formación.
Es un privilegio contar que recibimos personas de otros países que vienen a formarse en Colombia y vienen a la Fundación Santa Fe de Bogotá con ese propósito.
Esa educación formal se complementa con el fuerte trabajo en educación continua. Hacemos más de 200 eventos al año, la mitad de calibre internacional, y logramos llegar a más de 50.000 personas, manteniendo el conocimiento vivo en salud. También hacemos actividades de transferencia de conocimiento nacionales e internacionales, incluso, ayudando al desarrollo de instituciones fuera del país.
¿Qué proyecciones tiene la Fundación para los años venideros?
Somos más de 4.000 personas que trabajamos permanentemente por servirle al país, con el interés de mejorar el bienestar de individuos y comunidades. Todos, totalmente enamorados de lo que hacemos. Somos un equipo de trabajo colectivo, dedicado, con mística y que siempre piensa por hacer lo mejor para todos.