Germán Franco Carbón SAS, tradición familiar en la obtención de carbón coque

Germán Franco Carbón SAS es una compañía familiar con más de sesenta años de tradición. Su especialidad, en un principio, durante la década de los sesenta, fue la explotación de carbón y obtención de coque por medio de hornos, actividades que hicieron del fundador Mario Franco un innovador, en su momento, dentro del departamento de Boyacá, más específicamente en el municipio de Samacá.

Con los años, Germán, hijo de Mario, tomó las riendas del negocio durante más de veinte años y cuando sus padres fallecieron, creó junto a sus hermanos una compañía que administrara la mina y los hornos.

La tradición del carbón continuó cuando César, nieto de Mario e hijo de Germán, finalizó sus estudios universitarios. El trabajo de padre e hijo, a veces conflictivo, pero siempre de aprendizaje, les enseñó a ambos a “hacer las cosas diferentes a la competencia” y así se estableció lo que hoy es una de las compañías más reconocidas en el sector carbonífero de Colombia.

Germán murió en 2017. Sus hijos, César y Javier, poseen la personería jurídica de la compañía y hoy funciona en la vieja planta de coquización que Mario Franco construyó hace más de cincuenta años. Cuentan con once trabajadores y se especializan en dos productos: coque para fabricación de acero a partir de chatarra y coque para fabricación de material de fricción. “Proveemos estos productos a reconocidas empresas a nivel nacional y esperamos en el corto plazo exportar nuestros productos”, señala Franco.

En diálogo con El Espectador, César Franco, quien pertenece a la tercera generación de esta familia empresaria, habló sobre el valor de la familia en el desarrollo empresarial, la especialidad de la compañía y el diferencial que los hace hoy en una de las empresas referentes del sector.

¿Cómo ha sido la evolución de la empresa?

La empresa inició como un negocio en el que mi papá le proveía coque a un único cliente y que permitió que mi hermano y yo estudiáramos nuestras carreras profesionales. Un par de años después de trabajar juntos iniciamos una nueva línea de negocio en la que vendíamos coque para fabricación de bandas de frenos. Este proyecto tomó cerca de dos años y en él participamos todos, ya que mi hermano fue quien hizo el contacto con la compañía y tanto mi papá como yo hallamos la manera de fabricar el producto.

El año en que mi padre falleció nos contactó una empresa siderúrgica que había comprado una de las plantas de fabricación de acero de nuestro cliente más antiguo y desde ese momento nos han comprado de manera cada vez más recurrente.

La compañía solamente tuvo una operación que consideramos normal en el año 2018, luego de haberla conformado dos años atrás. Para el año 2019 tuvimos un crecimiento en ventas cercano al 40 %. Sin embargo, debido a la pandemia, en el año 2020 las ventas cayeron cerca de un 40 %. Esperamos tener para el 2021 un crecimiento cercano al 30 % en comparación al año 2020.

¿Cuál ha sido la importancia de ser una empresa familiar para el desarrollo de su negocio?

Pertenecemos a una familia empresaria. El negocio inició con mi abuelo. En la casa de mi papá eran nueve hermanos, no todos fueron empresarios, por supuesto. Sin embargo, sí hubo iniciativas particulares con mayor o menor grado de éxito. Por ejemplo, un tío tuvo una ladrillera en Bogotá, pero cuando se vino la crisis de la construcción en el 98, le tocó viajar con su familia a Estados Unidos, en este momento tengo un par de primos empresarios viviendo por allá. Otro hermano de mi papá también se dedicó a la coquización de carbón y ahora exporta su producto.

Cuando uno se cría en un ambiente así, todo el tiempo se está pensando en eso, en ver crecer la empresa, en generar otros negocios, en innovar. Es desgastante para los que están por fuera, por ejemplo, mi mamá sufría porque de lo único que se hablaba en la mesa era de la empresa. Sin embargo, pienso que esto fue un gran aprendizaje para nosotros, ya que desde pequeños nos enseñaron a que las soluciones parten de uno, no de nadie más.

Por último, increíblemente la familia está más en las malas que en las buenas. Esto nos ha ayudado a sobrellevar las crisis, por ejemplo, durante la muerte de mi papá, mi hermano me respaldó en todas las decisiones que tuve que tomar. Además, vimos que la rentabilidad se ve en el largo plazo, por lo que al ser familia y estar todos en el mismo barco, podemos tomar decisiones que podrán ver sus frutos dentro de algunos años, no vivimos de la inmediatez.

¿En qué se especializa la empresa?

La compañía en este momento tiene dos líneas de negocio. Por un lado, producimos coque siderúrgico, para la fabricación de acero a partir de chatarra, esto representa cerca del 90 % de las ventas. También fabricamos coque para material de fricción, que representa el restante 10 %.

Estos productos tienen unos requerimientos de calidad tanto del producto como de la presentación bastante exigentes, por lo que la inversión en mejoramiento de calidad y de procesos es continua.

Hablemos sobre su participación en la fabricación de acero

Hay dos maneras de obtener el acero. Por un lado, se puede fabricar en un alto horno, usando como materia prima mineral de hierro. En este caso, el coque sirve tanto como combustible como de carburante, es decir, agrega carbono a la mezcla para producir el acero. La otra manera de fabricar acero es reciclando, por medio de un horno eléctrico. En este caso se usa chatarra como materia prima, se somete a altas temperaturas para volverla a estado líquido y luego darle la forma requerida. En este proceso el carbono de la estructura se evapora, por lo que es necesario re carburar. Para esto se usa el coque.

La compañía se especializó en la obtención de coque para fabricación de acero a partir de chatarra, debido principalmente a que nuestros clientes lo requerían. Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta de que para obtener este producto se requiere de procesos y maquinaria muy especializada, además de saber bastante del material. Como resultado, entendimos que nuestros clientes confiaban en el producto, por lo que la transición luego de la muerte de mi papá fue relativamente sencilla.

¿Cuál es el diferencial de su compañía?

Pienso que desde el inicio mi papá nos inculcó la curiosidad por conocer el material, él decía que había que tenerle amor al carbón, que no había que tenerle miedo a ensuciarse y que cualquier idea que a uno se le ocurriera, debía desarrollarla para ver si servía o no.

Como resultado, creo que conocemos muy bien nuestro producto, por lo que nuestra base de clientes, aunque pequeña, es muy sólida, pues confían en lo que hacemos y estamos, como se dice, al pie del cañón.

Por otro lado, permanentemente pensamos en maneras diferentes de hacer las cosas. Para esto, hay que estudiar bastante y dedicarle tiempo al trabajo de laboratorio. Esperamos en el corto plazo tener algunos resultados y ofrecer nuevas líneas de producto al mercado.

¿Para quienes están dirigidos sus productos?

Nuestros productos están dirigidos a la industria pesada, como las siderúrgicas y las fábricas de material de fricción. Nos enfocamos en hacer negocios con otras empresas, dada la naturaleza y el uso de nuestros productos.

¿Qué desarrollos e investigaciones llevan a cabo y hacia donde encaminan a la empresa en unos años?

En el corto plazo queremos optimizar la producción para ahorrar costos y ser competitivos en precio. Durante este año y el que viene nos dedicaremos a mejorar los procesos productivos para hacerlos más eficientes, aumentar nuestro volumen de producción y así fabricar cantidades atractivas al mercado de exportación.

Para el mediano y largo plazo hemos hecho investigaciones para ampliar nuestras líneas de negocios, como es el caso de las briquetas y el carbón activado. Así mismo venimos trabajando en convenios con algunas universidades para poder desarrollar nanomateriales, como el grafeno y las tintas conductoras.

¿Hacia dónde apunta la empresa en los próximos años?

En el corto plazo queremos exportar nuestro producto. Pensamos que tenemos un diferencial importante y que podemos ofrecer un coque para fabricación de acero a partir de chatarra, con una calidad óptima, probada durante los últimos años a nivel nacional.

Sin embargo, queremos crecer diversificando las líneas de productos, por lo que hacemos esfuerzos importantes para ofrecer productos atractivos para otras industrias, con un alto nivel de complejidad técnica en su elaboración. Creo que este es el culmen de la filosofía de mi papá, en la que no había que tenerle miedo al carbón.

Germán Franco Carbón SAS es una compañía familiar con más de sesenta años de tradición. Su especialidad, en un principio, durante la década de los sesenta, fue la explotación de carbón y obtención de coque por medio de hornos, actividades que hicieron del fundador Mario Franco un innovador, en su momento, dentro del departamento de Boyacá, más específicamente en el municipio de Samacá.

Con los años, Germán, hijo de Mario, tomó las riendas del negocio durante más de veinte años y cuando sus padres fallecieron, creó junto a sus hermanos una compañía que administrara la mina y los hornos.

La tradición del carbón continuó cuando César, nieto de Mario e hijo de Germán, finalizó sus estudios universitarios. El trabajo de padre e hijo, a veces conflictivo, pero siempre de aprendizaje, les enseñó a ambos a “hacer las cosas diferentes a la competencia” y así se estableció lo que hoy es una de las compañías más reconocidas en el sector carbonífero de Colombia.

Germán murió en 2017. Sus hijos, César y Javier, poseen la personería jurídica de la compañía y hoy funciona en la vieja planta de coquización que Mario Franco construyó hace más de cincuenta años. Cuentan con once trabajadores y se especializan en dos productos: coque para fabricación de acero a partir de chatarra y coque para fabricación de material de fricción. “Proveemos estos productos a reconocidas empresas a nivel nacional y esperamos en el corto plazo exportar nuestros productos”, señala Franco.

En diálogo con El Espectador, César Franco, quien pertenece a la tercera generación de esta familia empresaria, habló sobre el valor de la familia en el desarrollo empresarial, la especialidad de la compañía y el diferencial que los hace hoy en una de las empresas referentes del sector.

¿Cómo ha sido la evolución de la empresa?

La empresa inició como un negocio en el que mi papá le proveía coque a un único cliente y que permitió que mi hermano y yo estudiáramos nuestras carreras profesionales. Un par de años después de trabajar juntos iniciamos una nueva línea de negocio en la que vendíamos coque para fabricación de bandas de frenos. Este proyecto tomó cerca de dos años y en él participamos todos, ya que mi hermano fue quien hizo el contacto con la compañía y tanto mi papá como yo hallamos la manera de fabricar el producto.

El año en que mi padre falleció nos contactó una empresa siderúrgica que había comprado una de las plantas de fabricación de acero de nuestro cliente más antiguo y desde ese momento nos han comprado de manera cada vez más recurrente.

La compañía solamente tuvo una operación que consideramos normal en el año 2018, luego de haberla conformado dos años atrás. Para el año 2019 tuvimos un crecimiento en ventas cercano al 40 %. Sin embargo, debido a la pandemia, en el año 2020 las ventas cayeron cerca de un 40 %. Esperamos tener para el 2021 un crecimiento cercano al 30 % en comparación al año 2020.

¿Cuál ha sido la importancia de ser una empresa familiar para el desarrollo de su negocio?

Pertenecemos a una familia empresaria. El negocio inició con mi abuelo. En la casa de mi papá eran nueve hermanos, no todos fueron empresarios, por supuesto. Sin embargo, sí hubo iniciativas particulares con mayor o menor grado de éxito. Por ejemplo, un tío tuvo una ladrillera en Bogotá, pero cuando se vino la crisis de la construcción en el 98, le tocó viajar con su familia a Estados Unidos, en este momento tengo un par de primos empresarios viviendo por allá. Otro hermano de mi papá también se dedicó a la coquización de carbón y ahora exporta su producto.

Cuando uno se cría en un ambiente así, todo el tiempo se está pensando en eso, en ver crecer la empresa, en generar otros negocios, en innovar. Es desgastante para los que están por fuera, por ejemplo, mi mamá sufría porque de lo único que se hablaba en la mesa era de la empresa. Sin embargo, pienso que esto fue un gran aprendizaje para nosotros, ya que desde pequeños nos enseñaron a que las soluciones parten de uno, no de nadie más.

Por último, increíblemente la familia está más en las malas que en las buenas. Esto nos ha ayudado a sobrellevar las crisis, por ejemplo, durante la muerte de mi papá, mi hermano me respaldó en todas las decisiones que tuve que tomar. Además, vimos que la rentabilidad se ve en el largo plazo, por lo que al ser familia y estar todos en el mismo barco, podemos tomar decisiones que podrán ver sus frutos dentro de algunos años, no vivimos de la inmediatez.

¿En qué se especializa la empresa?

La compañía en este momento tiene dos líneas de negocio. Por un lado, producimos coque siderúrgico, para la fabricación de acero a partir de chatarra, esto representa cerca del 90 % de las ventas. También fabricamos coque para material de fricción, que representa el restante 10 %.

Estos productos tienen unos requerimientos de calidad tanto del producto como de la presentación bastante exigentes, por lo que la inversión en mejoramiento de calidad y de procesos es continua.

Hablemos sobre su participación en la fabricación de acero

Hay dos maneras de obtener el acero. Por un lado, se puede fabricar en un alto horno, usando como materia prima mineral de hierro. En este caso, el coque sirve tanto como combustible como de carburante, es decir, agrega carbono a la mezcla para producir el acero. La otra manera de fabricar acero es reciclando, por medio de un horno eléctrico. En este caso se usa chatarra como materia prima, se somete a altas temperaturas para volverla a estado líquido y luego darle la forma requerida. En este proceso el carbono de la estructura se evapora, por lo que es necesario re carburar. Para esto se usa el coque.

La compañía se especializó en la obtención de coque para fabricación de acero a partir de chatarra, debido principalmente a que nuestros clientes lo requerían. Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta de que para obtener este producto se requiere de procesos y maquinaria muy especializada, además de saber bastante del material. Como resultado, entendimos que nuestros clientes confiaban en el producto, por lo que la transición luego de la muerte de mi papá fue relativamente sencilla.

¿Cuál es el diferencial de su compañía?

Pienso que desde el inicio mi papá nos inculcó la curiosidad por conocer el material, él decía que había que tenerle amor al carbón, que no había que tenerle miedo a ensuciarse y que cualquier idea que a uno se le ocurriera, debía desarrollarla para ver si servía o no.

Como resultado, creo que conocemos muy bien nuestro producto, por lo que nuestra base de clientes, aunque pequeña, es muy sólida, pues confían en lo que hacemos y estamos, como se dice, al pie del cañón.

Por otro lado, permanentemente pensamos en maneras diferentes de hacer las cosas. Para esto, hay que estudiar bastante y dedicarle tiempo al trabajo de laboratorio. Esperamos en el corto plazo tener algunos resultados y ofrecer nuevas líneas de producto al mercado.

¿Para quienes están dirigidos sus productos?

Nuestros productos están dirigidos a la industria pesada, como las siderúrgicas y las fábricas de material de fricción. Nos enfocamos en hacer negocios con otras empresas, dada la naturaleza y el uso de nuestros productos.

¿Qué desarrollos e investigaciones llevan a cabo y hacia donde encaminan a la empresa en unos años?

En el corto plazo queremos optimizar la producción para ahorrar costos y ser competitivos en precio. Durante este año y el que viene nos dedicaremos a mejorar los procesos productivos para hacerlos más eficientes, aumentar nuestro volumen de producción y así fabricar cantidades atractivas al mercado de exportación.

Para el mediano y largo plazo hemos hecho investigaciones para ampliar nuestras líneas de negocios, como es el caso de las briquetas y el carbón activado. Así mismo venimos trabajando en convenios con algunas universidades para poder desarrollar nanomateriales, como el grafeno y las tintas conductoras.

¿Hacia dónde apunta la empresa en los próximos años?

En el corto plazo queremos exportar nuestro producto. Pensamos que tenemos un diferencial importante y que podemos ofrecer un coque para fabricación de acero a partir de chatarra, con una calidad óptima, probada durante los últimos años a nivel nacional.

Sin embargo, queremos crecer diversificando las líneas de productos, por lo que hacemos esfuerzos importantes para ofrecer productos atractivos para otras industrias, con un alto nivel de complejidad técnica en su elaboración. Creo que este es el culmen de la filosofía de mi papá, en la que no había que tenerle miedo al carbón.