La paz, la educación y el acceso a oportunidades que mejoren la calidad de vida son acciones que impulsan el bienestar y el desarrollo del país. Y como parte de su posicionamiento estratégico, la Universidad de La Salle, respaldada por su experiencia de seis décadas en educación superior y también por los 135 años de presencia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle, ha incursionado en las diferentes regiones con ofertas que van desde formación técnica y tecnológica hasta rutas universitarias, desde pregrado hasta doctorados.
“La educación es el camino adecuado para el desarrollo y para garantizar una mejor calidad de vida en las poblaciones, “y eso es lo que intentamos llevar desde la Universidad La Salle a los distintos territorios. Es la educación la forma de garantizar una mayor equidad, mayor inclusión y una mejor calidad de vida para las poblaciones en el país. Hemos hecho énfasis en las poblaciones rurales porque creemos que la ruralidad es parte de la nueva Colombia”, comentó Jaime Alberto Rendón Acevedo, director del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales (CEIR), de la Universidad de La Salle,
A esto también se suma la formación en capacidades para las comunidades, que tiene en cuenta sus necesidades y potencialidades. Asimismo, los proyectos regionales tienen por propósito en su actual plan de desarrollo: “Posicionar a la universidad como un actor social altamente relevante en los territorios funcionales e inteligentes que han sido elegidos como estratégicos para su acción misional, en articulación con los actores sociales y productivos, y las agendas políticas locales”.
Es así como la Universidad de La Salle ha podido consolidar su presencia y ofrecer nuevas oportunidades por medio de sus tres sedes ubicadas en Bogotá, Yopal y Bucaramanga. A la par, trabaja en la estructuración de otras sedes que permiten convertirse en nodos espaciales desde los cuales se genera una dinámica de proyección que permite irradiar la acción de La Salle en toda Colombia no solo por su influencia, sino por la presencialidad en ellos.
Esto se puede ver materializado por medio de acciones formativas, de investigación, expansión y proyección social, con las que se ha logrado aumentar la presencia territorial gracias a diferentes proyectos que han facilitado llegar a zonas alejadas del país, como el Pacífico colombiano (Chocó, Valle, Cauca y Nariño), la Amazonia (Guaviare, Guainía, Putumayo y Caquetá), Orinoquia (Casanare y Meta), Norte (La Guajira, Sucre y Norte de Santander), Magdalena Medio, región Andina (Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Huila) y la Zona Cafetera (Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda).
“La evidencia que hemos tenido en lo que hemos hecho durante estos 60 años, pero sobre todo, lo que la universidad ha logrado impactar en la última década, ha sido muy importante para mostrarnos que la vía que hemos tomado, tanto en educación como en los impactos rurales, son la posibilidad que tenemos de contribuir a la paz, al crecimiento y al desarrollo que tanto necesita el país. Han sido más de 500 proyectos productivos con los que hemos logrado formar a estudiantes, permitir que las familias tengan ingresos indisponibles y suficientes para mejorar su calidad de vida, y encontrar nuevas rutas productivas para un mejor desarrollo”, explicó el director.
Esta labor, impulsada por la Universidad de La Salle, ha sido fortalecida gracias a la mancomunidad que han tenido con 803 aliados, los cuales facilitan el desarrollo de los proyectos en las regiones. Juntar esfuerzos, generar confianza en las comunidades y propiciar impactos virtuosos han sido otros de los logros generados por este trabajo conjunto.
“A los que se suman los aliados que hacen posible el proyecto Utopía, donde se forman jóvenes de la ruralidad que después regresan a sus territorios a desarrollar proyectos productivos y a liderar procesos comunitarios de crecimiento y desarrollo en sus territorios. Utopía le ha permitido a la Universidad llegar a diferentes veredas y municipios del país a través de la educación y de los proyectos productivos que adelantan los estudiantes de último año y que son acompañados integralmente por la universidad en los sitios donde se desarrollan”.
Estos más de 500 proyectos han llegado a 30 departamentos y 266 municipios, generando transformaciones estructurales que no solamente se materializan para las personas que se forman como ingenieros agronómicos o agropecuarios, sino también para sus familias y comunidades.
“La paz en Colombia pasa necesariamente por la ruralidad, y esa paz y ruralidad, proyectada hacia un mejor desarrollo y crecimiento, debe tener en la educación su soporte fundamental. Por eso trabajamos desde nuestras distintas sedes para que haya líderes y lideresas formados con la más alta calidad y en programas que verdaderamente impacten el desarrollo, el crecimiento de las regiones y la calidad de vida en las poblaciones. Ese es nuestro compromiso, esa es nuestra misión.
Eso es lo que venimos haciendo desde hace 60 años y le estamos cumpliendo al país con tener cada vez una mejor educación, mejores programas y una mayor proyección para que en nuestra ruralidad y territorios se pueda garantizar una vida digna a los pobladores”, concluyó el director.