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En un país como Colombia, la implementación de una gobernanza climática efectiva no solo es urgente, sino crucial. Con desafíos cada vez más evidentes y graves, como el aumento de la temperatura global, la pérdida de biodiversidad y los eventos climáticos extremos, la capacidad de las instituciones y comunidades para trabajar en conjunto y gestionar estos problemas es una prioridad inaplazable.
Durante las últimas décadas, los compromisos internacionales sobre cambio climático han establecido límites de aumento de temperatura, inicialmente fijados en 1.5 °C, que se han ampliado con el tiempo debido a la falta de acciones contundentes. Esta dilación ha derivado en una falta de resultados significativos que podrían haber ayudado a prevenir los peores efectos de este fenómeno. Quizá por eso es que la Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico de la Universidad El Bosque, es un programa que tiene gran relevancia para que nuestro país pueda afrontar este tipo de problemáticas.
La incapacidad de la comunidad internacional para cumplir los objetivos climáticos ha dejado a países como Colombia expuestos a los impactos más severos del cambio climático. Para hacer frente a esta crisis, es fundamental contar con profesionales altamente capacitados en gobernanza ambiental. La Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico ofrece una formación integral que permite a sus egresados desarrollar las competencias necesarias para diseñar e implementar estrategias de adaptación y mitigación efectivas en el contexto colombiano.
De acuerdo con los expertos de la Universidad El Bosque, la respuesta al cambio climático debe estructurarse en tres niveles: el primero en la prevención, que está enfocada en acciones destinadas a evitar que el cambio climático continúe avanzando, como reducir emisiones y adoptar prácticas de producción sostenible. El segundo nivel es la mitigación, cuyas estrategias para disminuir el impacto de los efectos ambientales que ya están ocurriendo. Algunas de esas mitigaciones pueden ser la implementación de energías renovables y la promoción de hábitos de consumo responsables. Y por último, en el tercer nivel, está la adaptación, que no es otra cosa que preparar a las comunidades para convivir con los cambios inevitables, desde fortalecer infraestructuras hasta educar a los ciudadanos sobre cómo responder ante desastres naturales.
Los riesgos de no actuar
La falta de acción frente al cambio climático genera riesgos no solo ambientales, sino también sociales y culturales. Por ejemplo, la ocurrencia de fenómenos extremos puede forzar desplazamientos masivos y desintegrar comunidades, llevando a una ausencia de identidad cultural. Además, las pérdidas económicas derivadas de inundaciones, incendios forestales y sequías aumentan las desigualdades existentes.
El Estado colombiano ha comenzado a incorporar la gobernanza como una línea estratégica en sus políticas públicas, entendiendo que la participación ciudadana es indispensable para lograr soluciones sostenibles. “Documentos como los CONPES y otros marcos normativos internacionales han promovido la gobernanza ambiental, señalando que la colaboración entre gobierno, academia y sociedad civil es esencial”, explica Daniel Camilo Castro Ortegón, docente y coordinador de la Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico.
Sin embargo, dicen los expertos de la Universidad El Bosque que aún persisten desafíos importantes, como la necesidad de garantizar que todos los sectores de la sociedad tengan voz en los procesos de toma de decisiones. “Profesionales especializados en gobernanza ambiental desempeñan un papel clave, no solo al identificar las necesidades específicas de cada territorio, sino también al diseñar estrategias adaptadas a su realidad cultural, social y ecológica”, afirma Castro Ortegón.
Uno de los mayores desafíos es respetar la diversidad e individualidad de cada territorio. Colombia es un país con alta heterogeneidad, donde las soluciones implementadas en una región no necesariamente funcionan en otra. Por ello, se requiere un análisis profundo de las dinámicas locales para diseñar propuestas pertinentes y efectivas.
Por ejemplo, en esta maestría de la Universidad El Bosque los estudiantes en un punto del programa cuentan con salidas de campo en destinos como el Parque Nacional Natural Chingaza, en Cundinamarca; Puerto Lopez, Meta; San Jose del Guaviare, Guaviare; y en Buenaventura, Valle del Cauca; en donde han contado con proyectos exitosos de gobernanza ambiental que incluyen a actores locales, desde comunidades indígenas hasta autoridades municipales. Estos casos destacan la importancia de entender y respetar las particularidades del territorio para lograr cohesión y eficacia.
Para combatir las manifestaciones climáticas extremas, es esencial combinar soluciones técnicas con un enfoque participativo. Medidas como la gestión eficiente del agua, la reducción del consumo energético y el manejo adecuado de residuos deben ir acompañadas de procesos educativos que sensibilicen a la población sobre la conexión entre sus acciones diarias y el impacto ambiental. Solo así se asegura que estas estrategias sean sostenibles en el tiempo.
La Gobernanza como herramienta transformadora
La gobernanza ambiental no solo proporciona un marco para la acción, sino que facilita la implementación de soluciones a nivel local. Si bien las políticas públicas nacionales establecen objetivos generales, la gobernanza como herramienta armoniza estas directrices para covertirlas en acciones concretas y efectivas en el territorio.
Además, la gobernanza permite que los ciudadanos se conviertan en agentes de cambio, empoderándolos para replicar prácticas sostenibles y liderar procesos de conservación y manejo responsable de los recursos naturales.
La implementación de una gobernanza efectiva en Colombia es clave para abordar los desafíos climáticos y ambientales. Esta implementación requiere de un esfuerzo conjunto entre Estado, academia, sector privado y ciudadanía para crear soluciones sostenibles y adaptadas a las particularidades de cada territorio. Solo así será posible mitigar los efectos del cambio climático, prevenir mayores daños y garantizar un futuro más resiliente para las generaciones venideras. Y aún más importante es contar con profesionales idóneos para enfrentar las problemáticas actuales y futuras.
La academia, el sector privado, la ciudadanía y en general, todos los actores presentes en el territorio, tienen un papel fundamental en la construcción de una gobernanza ambiental efectiva en Colombia. La Maestría en Gobernanza en Áreas Protegidas y Gestión del Recurso Biológico de la Universidad El Bosque, al formar profesionales especializados en la gestión de los recursos naturales y la adaptación al cambio climático, contribuye a fortalecer la capacidad de respuesta del país ante estos desafíos. Unidos podemos construir un futuro más resiliente.