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Los nuevos proyectos científicos que se incuban en Barranquilla

En los centros de investigación de la Universidad Simón Bolívar se vienen gestando modelos predictivos de consumo energético, plataformas que agilizan la atención médica especializada e investigaciones biomédicas para mitigar enfermedades tropicales como dengue, zika y chikunguña.

26 de febrero de 2023 - 02:00 p. m.
El equipo de AudacIA, centro de desarrollo tecnológico e innovación en inteligencia artificial y robótica de Unisimón, ha obtenido cuatro patentes.   / Moisés Carrillo M.
El equipo de AudacIA, centro de desarrollo tecnológico e innovación en inteligencia artificial y robótica de Unisimón, ha obtenido cuatro patentes. / Moisés Carrillo M.
Foto: Cortesía Unisimón

La Barranquilla del nuevo milenio se ha posicionado como un centro de excelencia educativa gracias a la labor de universidades acreditadas de alta calidad que lideran proyectos académicos y científicos de gran impacto.

Una muestra de esa vocación de la capital del departamento del Atlántico es Eureka, el primer distrito de conocimiento e innovación, ubicado en el barrio El Prado. La Universidad Simón Bolívar lo puso a disposición de las necesidades territoriales con siete centros especializados en investigación científica e innovación en áreas como la sofisticación empresarial, la inteligencia artificial y robótica, el cambio climático, las ciencias de la vida, marinas y limnológicas, la innovación social y los altos estudios de frontera.

Por ser un ecosistema inteligente que conecta la ciencia con la academia, las comunidades y los sectores público y privado, Eureka permite que Barranquilla sea sede de proyectos pioneros en campos de virología, biomedicina, genética, nuevas tecnologías en salud y medio ambiente, equidad de género, cambio climático e innovación transformativa.

Paola Amar Sepúlveda, vicerrectora de Investigación, Extensión e Innovación de Unisimón, destaca las alianzas con autoridades gubernamentales para desarrollar nuevas soluciones de seguridad alimentaria, a partir de la flora y la fauna local; y programas de salud para controlar el dengue, el zika, la chikunguña y otras enfermedades tropicales.

“Nuestro centro de crecimiento empresarial e innovación MacondoLab es aliado también de la empresa privada Liquitech en programas de emprendimiento y equidad de género, con un enfoque tecnológico para personas que no estudian ni trabajan, que equivalen a un 26 % de la población del país”, añade Amar.

Tecnología aplicada

El portafolio de servicios de AudacIA, centro de desarrollo tecnológico e innovación en inteligencia artificial y robótica, incluye modelos predictivos de consumo energético y plataformas que dinamizan la atención médica y los diagnósticos especializados; dos de los temas con mayor demanda en el mercado.

El ingeniero Reynaldo Villarreal González detalla uno de los trabajos. Lo llevan a cabo en Medellín con Solenium, una empresa proveedora de energía renovable. La tarea es producir un “software” que detecte el funcionamiento de electrodomésticos en las redes de los hogares, con el fin de pronosticar consumos y favorecer el ahorro energético. “Cuando enciendes o conectas un equipo, emite una señal que es como su huella energética; de esa forma cada componente electrónico puede ser identificado, si es un aire acondicionado o una nevera, por ejemplo”, explica el director de AudacIA.

Los proyectos que combinan la robótica y la biología están en San Andrés, en alianza con la empresa Sepia-ROV. En uno, por medio de luz ultravioleta, están contabilizando la cantidad de plancton que hay en el lecho marino. El otro procura la preservación del caracol pala, una especie en riesgo por la degradación de su hábitat, por medio de un robot no tripulado que alcanza hasta 100 metros de profundidad. “Estamos ayudando al control y la medición de poblaciones marinas, sin invadir ni alterar sus ecosistemas”, precisa Villarreal.

Como miembro de la red de centros de excelencia Prospecta Américas de la OEA, AudacIA trabaja en cerrar convenios con empresas de Brasil, Perú, Panamá, Estados Unidos, España, Francia e Inglaterra, que podrían sumarse a más de 200 que ha venido ejecutando en el plano local por más de US$1,5 millones.

Diagnóstico y control de enfermedades

Las investigaciones enfocadas en aportar soluciones desde la genómica, biomedicina, nanotecnología, química aplicada, virología y biología molecular tienen sede en el Centro de Investigaciones en Ciencias de la Vida (CICV). Su directora es Nataly Galán Freyle, quien cuenta que el nuevo conocimiento generado busca impactar en la sociedad, mejorando la calidad de vida de las personas.

En uno de los trabajos se aprovechan los biobancos de muestras biológicas para identificar variantes genéticas asociadas a enfermedades autoinmunes e infecciosas. En otro, en el laboratorio de bioseguridad nivel 2 (BSL-2), se realizan pruebas preclínicas (a escala celular) para la búsqueda de nuevos fármacos extraídos de la biodiversidad nativa de Colombia. Y en el BSL3 se cultivan y manipulan virus respiratorios y causantes de fiebres hemorrágicas, como el dengue, para hallar nuevas alternativas de diagnóstico rápido.

Una de esas tareas la lideran los profesores Lisandro Pacheco Lugo y Antonio Acosta Hoyos: diseñar nuevas técnicas para el diagnóstico molecular de virus como el dengue, el zika, el chikunguña, el SARS-CoV-2 y la enfermedad diarreica aguda, patologías que afectan a poblaciones de la región Caribe.

Entre las metodologías en fase experimental está la prueba denominada RT-LAMP, que podría ser ejecutada en centros de atención de baja complejidad donde se carece de infraestructura y personal entrenado. Un simple cambio de color en un tubo de reacción indica si una persona tiene o no zika, chikunguña o dengue; tres de los patógenos en los que la prueba ha mostrado resultados prometedores.

“Puede tener grandes implicaciones en la vigilancia de estas enfermedades y el control de brotes, de manera que seríamos preventivos y no reactivos, que fue lo que sucedió con el covid-19 porque no estábamos preparados”, explica Pacheco, Ph. D. en Bioquímica y Biología Molecular.

En otro estudio el CICV coopera para determinar el estado actual de la susceptibilidad a insecticidas en poblaciones del “Aedes aegypti”, mosquito transmisor del virus dengue, junto con las universidades de Córdoba, Popular del Cesar y Autónoma de Nuevo León (México). ¿La finalidad? Contribuir al diseño de estrategias de control cuando se registren brotes o epidemias de enfermedades transmitidas por el “Aedes aegypti”.

“La presión de selección ejercida con insecticidas durante décadas para el control del “Aedes aegypti” ha podido generar variación en la susceptibilidad, por eso el estudio pretende evaluar si en el departamento de Córdoba algunas poblaciones del mosquito son resistentes a organofosforados y piretroides, y los mecanismos enzimáticos y moleculares que puedan estar causando esta resistencia”, da a conocer el biólogo Ronald Maestre.

Si desea conocer más información visite la página web de la Universidad Simón Bolívar: https://www.unisimon.edu.co/

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