La diabetes pasó de ser una amenaza para convertirse en un verdadero motivo de preocupación para los colombianos. El incremento en el número de pacientes, sumado a un creciente subdiagnóstico y a la reducción en el número de consultas y pacientes tratados adecuadamente, hacen pensar en la necesidad de tomar medidas más contundentes para evitar que los pacientes continúen progresando en su enfermedad y puedan tener un desenlace fatal. Prevención, acceso y manejo integral, son las claves para mejorar este panorama.
Las cifras son preocupantes. Según la Asociación Colombiana de Diabetes (ACD), en el país el 7 % de las personas tiene la enfermedad, es decir, unos 3,5 millones de personas, de las cuales solo la mitad conoce su diagnóstico. Esta prevalece en el 7,6 % de los hombres y el 8,5 % en las mujeres en total. Los principales factores de riesgo son el sobrepeso (53,2 % hombres y 58,3 % mujeres), la obesidad (15,7 % hombres y 25,5 % mujeres) y la inactividad física (53,4 % hombres y 72,9 % mujeres).
En el mundo el panorama no mejora. Los últimos datos publicados en la novena edición del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID) indican que 463 millones de adultos la padecen en la actualidad. Si no se toman las medidas necesarias para atajar esta pandemia, 578 millones de personas tendrán diabetes para el año 2030 y unos 700 millones para 2045.
Precisamente uno de los problemas es el desconocimiento de esta condición que, aunque muchos escuchan en su día a día, pocos realmente la conocen a fondo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”. La insulina es la hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre y se encarga de llevar el azúcar (que proviene de alimentos) de la sangre hasta las células del cuerpo, donde, en forma de glucosa, se utiliza como energía.
El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (es decir, el azúcar elevada en la sangre), que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas e incrementa el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares.
Existen varios tipos de la enfermedad, que tienen causas y complicaciones muy diferentes. A continuación, la clasificación de los grupos más comunes, según los criterios de la Guía de Diabetes Tipo 2 para Clínicos y The Hormone Foundation.
Diabetes tipo 1
Esta es causada generalmente por la destrucción autoinmune de las células B, que a su vez suele ocasionar una deficiencia absoluta de insulina. Según la FID, la diabetes tipo 1 está causada por una reacción autoinmunitaria en la que el sistema inmunitario del organismo ataca a las células beta del páncreas, que producen insulina. Como consecuencia, el cuerpo no produce insulina o la cantidad que produce no es suficiente. Aunque no se entienden totalmente las causas de este proceso destructivo, una explicación probable es que la reacción autoinmunitaria se origine a raíz de la combinación de una sensibilidad genética (que se atribuye a una gran cantidad de genes) y un desencadenante ambiental, como una infección vírica.
Y entonces, ¿cómo identificarla? Este primer tipo demuestra manifestaciones que se confunden con otras enfermedades, pero que, si son repetitivas, deberían conllevar una sospecha y una conversación con su médico:
- Sed excesiva.
- Aumento de orina.
- Hambre constante.
- Pérdida de peso repentina.
- Visión borrosa.
- Falta de energía, fatiga.
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Diabetes tipo 2
La hiperglucemia en la diabetes tipo 2 es el resultado de la incapacidad de las células del cuerpo de responder totalmente a la insulina, lo que se conoce como “resistencia a la insulina”.
Durante el estado de resistencia a la insulina, la hormona no es eficaz, lo que deriva en un aumento de la producción de insulina. Con el tiempo se puede llegar a una producción de insulina inadecuada, porque las células beta pancreáticas no cumplen con la demanda.
La FID también señala que la urbanización acelerada y los estilos de vida cambiantes (por ejemplo, un mayor consumo de alimentos procesados altos en calorías, así como el sedentarismo) son algunos de los factores que contribuyen el desarrollo de este tipo de diabetes y a su crecimiento desbordado en las sociedades modernas. Lo más contradictorio es que esta enfermedad se puede prevenir con hábitos de alimentación saludables y ejercicio, según diversos estudios que hablan de la alta posibilidad de prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2 a través de modificaciones en el estilo de vida o de la intervención terapéutica, en los casos que así lo ameriten.
Las personas con este tipo de diabetes suelen tener mayores riesgos a largo plazo si no se controlan los niveles de glucosa en sangre, pues corren el riesgo de elevarse en cualquier momento. Entre las principales complicaciones encontramos: ceguera, enfermedad y falla (insuficiencia) renal; daños neurológicos que pueden llevar a amputación de dedos o piernas, así como ataques cardiovasculares y/o derrames.
Diabetes mellitus gestacional
Este tercer tipo se caracteriza por altos niveles de glucosa en sangre durante el embarazo, generalmente durante el segundo o tercer trimestre, pero que suele desaparecer después de este. Según The Hormone Foundation, la placenta produce hormonas que contribuyen al desarrollo del bebé. Estas hormonas también bloquean los efectos de la insulina en el cuerpo de la madre, lo cual aumenta el nivel de glucosa en la sangre. Entre los factores de riesgo encontramos:
- La edad (mujeres de más 25 años; el riesgo se incrementa a partir de los 35 años).
- La raza (ocurre con más frecuencia en mujeres afroamericanas, hispanas, indoamericanas y asiaticoamericanas).
- Antecedentes de sobrepeso y obesidad.
- Un historial médico personal de diabetes gestacional, prediabetes o haber dado a luz un bebé de más de 4 kilos (9 libras).
- Antecedentes familiares de diabetes de tipo 2.
Este tipo de diabetes puede afectar a la madre y al bebé: por un lado, se aumenta la probabilidad de un nacimiento prematuro y preeclampsia o alta presión sanguínea inducida en el embarazo. Así mismo, un alto nivel de glucosa puede hacer que el bebé crezca demasiado y cuando esto pasa, puede atascarse en la vagina y sufrir lesiones durante el parto.
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¿Cómo mejorar el panorama de la diabetes en Colombia?
Como en la mayoría de las enfermedades crónicas, mejorar el acceso, aumentar las campañas de prevención y garantizar un manejo integral son aspectos necesarios para hacerle frente a esta condición.
Según la Federación Internacional de Diabetes, hoy en día existe una mayor presión sobre los sistemas de salud por el incremento de las enfermedades crónicas. En términos generales, las campañas deberían enfocarse en lograr un mayor conocimiento sobre los factores de riesgo para cambiar estilos de vida a unos más saludables, que puedan incidir en la prevención y conciencia. Por otro lado, es necesario que los médicos se capaciten constantemente para que estén actualizados en torno a la enfermedad.
La doctora Sandra Núñez, vocera de Hablemos de Diabetes, manifiesta que lo principal es que las personas entiendan que este es un problema de salud serio y que deben consultar con el especialista para que los apoye en el proceso, bien sea que se confirme el diagnóstico o solo sea una sospecha.
* Con el apoyo de Novo Nordisk.