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La elección de Barranquilla como anfitriona del Foro de Desarrollo Local 2025 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el primero fuera de Europa, no fue casual. La capital del departamento del Atlántico es un ejemplo de cómo el liderazgo propio y sostenido puede generar cambios estructurales en el bienestar de la población.
“Lo que ha logrado Barranquilla en las últimas dos décadas es notable: la OCDE ha estudiado procesos similares en ciudades como Pittsburgh, Detroit, Manchester, Bilbao o Kitakyushu en Japón. Todas ellas, como Barranquilla, vivieron crisis profundas, pero supieron reinventarse”, afirmó este miércoles Lamia Kamal-Chaoui, directora del centro de emprendimiento, pymes, regiones y ciudades de la OCDE, en el panel inaugural del evento que esta semana ha reunido a más de 3.000 participantes de gobiernos, empresas, universidades, agencias multilaterales y la sociedad civil para debatir sobre empleo, innovación, sostenibilidad y transformación territorial.
En el conversatorio se expuso un recorrido de retos históricos que tenía el Distrito: servicios públicos deficientes, infraestructura educativa y de salud obsoleta, y la intervención del Gobierno nacional por malos manejos administrativos que causaron pasivos por 420 mil millones de pesos. “Pasamos por años muy difíciles, con hospitales cerrados, profesores sin salario y arroyos que arrastraban a nuestra gente. Pero a partir de 2008 comenzamos a levantar esta ciudad con una visión distinta: planeación con resultados”, recordó el alcalde Alejandro Char Chaljub.
Según la OCDE, la transformación territorial es un cambio profundo y de largo plazo en la estructura económica, social y de identidad. ¿Ejecutar obras? Sí, pero también de cambiar mentalidades: implica liderazgo, orgullo, constancia de un proyecto y visión compartida. Los ejemplos exitosos son aquellos donde los habitantes creen en su futuro y los actores locales —gobierno, empresa, academia y comunidad— trabajan juntos hacia objetivos de largo plazo.
El caso de éxito barranquillero ha sido posible por inversiones en educación pública con un modelo de infraestructura y formación docente que ha sido replicado en otras regiones del país. Hoy cuenta con 140 colegios nuevos, 130 centros de desarrollo infantil y 12 sedes del Sena construidas en alianza con el sector privado. “Un joven barranquillero se gradúa con cuatro diplomas, bilingüismo y conocimientos en desarrollo de software, inteligencia artificial y análisis de datos”, sostuvo Char.
En salud, la ciudad superó el colapso hospitalario que en décadas pasadas generaba los llamados “paseos de la muerte”; en espacio público, dejó de darle la espalda al río Magdalena con la construcción del Gran Malecón, recuperó el complejo ecoturístico de la Ciénega de Mallorquín y la playa de Puerto Mocho, y sumó 250 parques, incluyendo 38 diseñados para primera infancia. En aseo, uno de los proyectos destacados es la generación de energía con el gas metano extraído del relleno sanitario Los Pocitos, recogido por medio de siete kilómetros de tuberías para generar cuatro megavatios que alimentan el sistema de interconexión nacional. Además, avanza en la instalación de 33.000 paneles solares que abastecerán la red de alumbrado público.
Liderazgo y confianza
Kamal-Chaoui reconoció el trabajo del alcalde y su equipo. “La OCDE cree en el poder del liderazgo local y no solo hablo de alcaldes, también de líderes comunitarios, empresariales y académicos; las transformaciones más duraderas son aquellas que surgen de coaliciones amplias, con visión, confianza y responsabilidad compartida”.
De las mayores fortalezas de Barranquilla, la continuidad administrativa que la ha blindado contra los cambios políticos a nivel nacional. “Cinco gobiernos consecutivos, sin reelección, han mantenido un rumbo común; eso es excepcional en América Latina y es parte del homenaje que hoy la OCDE le hace a esta ciudad”, dijo.
Char enfatizó en la importancia de que los próximos líderes locales comprendan que el sentido de pertenencia es clave en prolongar los resultados, no solamente los gobiernos. “Hemos construido liderazgo con la gente, Barranquilla tiene un censo de personas en condición de discapacidad y un presupuesto destinado a mejorar sus viviendas, sus baños, sus accesos”, recalcó. “Eso es inclusión real y, cuando una ciudad incluye a todos, construye ciudadanía”.
Al cierre del panel, Kamal-Chaoui dio un mensaje directo a los líderes locales. “Inviertan en lo intangible y lo tangible: la transformación no se logra con planes en papel, sino con personas en movimiento y Barranquilla ha demostrado que tiene esa energía, esa visión y esa capacidad de inspirar al mundo”.