Al igual que el ‘boom’ literario encabezado por García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar y Fuentes, en Latinoamérica los años 60 vieron el surgimiento de pensadores que aportaron nuevas ideas políticas, sociales y económicas. Entre las mentes que refrescaron el panorama intelectual de la región estuvieron los brasileros Enrique Dussel, Paulo Freire y Celso Monteiro Furtado, el peruano Aníbal Quijano y, desde Colombia, Orlando Fals Borda y José Consuegra Higgins.
“Uno de los economistas más importantes de Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX, autor de la teoría propia del desarrollo, que es el corazón mismo de su pensamiento económico, social y político”, reseñó el exdirector del diario La República, Jorge Emilio Sierra, invitado a la XII versión de la Cátedra que lleva el nombre del rector fundador de la Universidad Simón Bolívar.
El evento conmemoró los 100 años del natalicio de Consuegra Higgins, el 28 de marzo de 1924 en el corregimiento Isabel López, municipio de Sabanalarga (Atlántico). Los conversatorios reunieron a dirigentes y académicos que reflexionaron en torno a sus aportes a la cultura, las ciencias sociales y económicas, la educación, el periodismo, la literatura, el humanismo, y la planeación territorial y regional.
Las horas de análisis y estudio del maestro están reflejadas en una prolífica producción editorial: más de un centenar de publicaciones, entre libros y artículos en la Revista de Desarrollo Indoamericano, la cual creó en 1966. “Cansados de las teorías europeas, los latinoamericanos comienzan a pensar: Dussel, Freire, Fals Borda y allí se enmarca la reunión en México, en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que el doctor Consuegra levantó la mano y dijo: yo hago la revista”, recordó el sociólogo Édgar Rey Sinning, doctor en Historia de América Latina.
No fue una revista más, sino una publicación de Colombia para Latinoamérica que tenía un libro como suplemento. “Eso lo idea solo una persona que piensa en la cultura y la sociedad”, agregó Rey.
Latinoamérica para latinoamericanos
La teoría propia del desarrollo promovió a una región concebida a partir de sus autores, cuestionando lo que Consuegra Higgins denominaba “intelectualismo subdesarrollado”, interesado más de lo ajeno que de lo propio.
El expresidente de Colombia, Ernesto Samper Pizano, mencionó que la integración regional fue uno de sus mayores aportes. “Ese interés en atribuirle al Estado la planeación y el ordenamiento territorial lo llevaba a integrarse a un grupo de personas que formaban parte de su generación en América Latina, como (Fernando Henrique) Cardoso, (Celso) Furtado y Raúl Prébisch”.
Consuegra Higgins fue ideas y fuerzas, así como un emprendedor: además de la Revista Desarrollo Indoamericano, adquirió la Casa de la Cultura ‘La Perla’ e impulsó su restauración, creó el Museo Bolivariano y el Museo Bibliográfico de Autores del Caribe. “Fue de los pioneros en tener en nuestro país unos planes integrales, que incluyeran la variable social como algo supremamente importante”, aseguró el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa.
Lo propio fue su manera de mostrar cómo dialogar con lo universal, sin descuidar lo particular y lo nuestro, a pensar desde la autonomía. También, de adelantarse a lo que años después serían las corrientes educativas en el mundo. “No esquematizaba al investigador de los métodos que imponen, sino que invitaba a dialogar, aprender a pensar lo propio, pensándonos al mismo tiempo; que se permita que el estudiante aprenda, no que se atiborre las cabezas”, rememoró el profesor Rubén Fontalvo Peralta, Ph.D. en Educación.
El sueño cumplido
Quienes lo conocieron, trabajaron o aprendieron con él, señalan que la educación fue su gran pasión y el camino que lo llevó a concretar su mayor sueño: una casa de estudios superiores del pueblo para la investigación científica, la formación técnica y la promoción cultural e ideológica.
“Su ideal educativo es la convicción de que la educación es la clave para la superación de las dependencias, de que las instituciones educativas son esa palanca para respaldar cualquier sociedad y, como el Libertador, que las naciones avanzan hacia su grandeza al mismo paso que camina su educación”, sostuvo la exviceministra de Educación, Patricia Martínez Barrios.
Así concibió en 1972 la que hoy es la Universidad Simón Bolívar, una iniciativa en la que inculcó su sello y que concretó junto con Álvaro Castro Socarrás, Leonello Marthe Zapata, Eduardo Pulgar Lemus, Jorge Artel Coneo, Walter Suárez, Eusebio Consuegra Higgins, Sofanor Moré Redondo, Eugenio Bolívar Romero y doña Ana Bolívar de Consuegra, actual presidenta de la Sala General.
“Han sido 52 años de lucha contra una tradición de educación excluyente y elitista, en los que esta universidad ha sido impulsora de igualdad e inclusión para todo el país”, recalcó el rector de Unisimón, José Consuegra Bolívar. “Y eso somos hoy, porque él decía que la educación debía ser equitativa, inclusiva, convertirse en un derecho pleno”.
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