Una ‘Ciudad Deportiva’ con huella panamericana
Cali, una ciudad que palpita con el deporte se puso la camiseta para que la primera edición de los Juegos Panamericanos Junior deje una huella imborrable.
El meridiano del deporte pasa por Cali, que ha sido, es y será el punto de partida de sus grandes transformaciones. Lo que sucedió en 1971 con los VI Juegos Panamericanos no se quedó en el anecdotario; fue el gran bautizo como ‘Capital Deportiva de Colombia’ que, 50 años después, se revalida con la realización de la primera edición de los Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021.
Desde el 25 de noviembre hasta el 5 de diciembre los mejores escenarios deportivos de Cali albergarán a más de 3.500 deportistas de 41 países, que compiten en 22 disciplinas. Ello sin contar los miles de turistas nacionales y extranjeros, prensa internacional y personal de las delegaciones, que también son protagonistas de la fiesta deportiva.
De igual forma son invitados de honor y referentes los 3.000 voluntarios que a pocos días del punto de partida y en el mítico estadio Pascual Guerrero, la Alcaldía de Cali les hizo un reconocimiento por el compromiso, disciplina y dedicación que tendrán en los Panamericanos Junior. Ellos simbolizan la esperanza en un mundo más solidario, igualitario y participativo.
Adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, colombianos y extranjeros (principalmente de México, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil), fueron seleccionados y preparados para llevar las banderas del voluntariado panamericano. “El juramento es un pacto de compromiso hacia los Juegos y las mismas personas de la ciudad”, expresó Luis Gabriel Parra, representante de los voluntarios. A su vez, Carolina Núñez, coordinadora del voluntariado, dijo que el “sí juro”, representa su compromiso total con el desarrollo de los Panamericanos Junior.
“Son la cara de nuestra ciudad y nuestra región. Ustedes serán los que tendrán el primer contacto con los visitantes y podrán orientar a los que participen del evento deportivo”, fue el mensaje del alcalde Jorge Iván Ospina para el grupo de 3.000 voluntarios panamericanos. O como aseguró Neven Illic, presidente de Panam Sport, “ustedes harán sentir a todos los extranjeros y visitantes, parte de esta ciudad”.
Fuego Panamericano
Como parte del preámbulo, la llama panamericana iluminó 20 puntos, inspirados en esos elementos distintivos de nuestra caleñidad: resiliencia, inclusión, Pacífico, sabor, salsa, identidad, magia, memoria; naturaleza, mitos y leyendas, pasión, deporte, música, color y diversidad.
El recorrido inició en zona de ladera, sector de Siloé, desde donde descendió en el MIO-Cable hacia grandes escenarios deportivos de la ciudad como el velódromo Alcides Nieto Patiño, el coliseo El Pueblo, la pista de bicicross y el patinódromo mundialista, todos pertenecientes a la Unidad Deportiva Alberto Galindo Herrera.
Luego, y a bordo del Sistema de Transporte Masivo, la antorcha encendida llegó al estadio Olímpico Pascual Guerrero, donde los exfutbolistas Faryd Mondragón, Jersson González y Hámilton Ricard, unieron sus fuerzas para portar este testimonio. Al ser Cali un crisol de culturas, la llama también fue portada en los alrededores del ‘sanfernandino’ por María Yalandá, gobernadora indígena del cabildo Misak.
Paso seguido, el flameado recorrido pasó por el sector de El Templete y conectó con la calle 9, el último tramo donde el fuego fue portado por Pedro Grajales, uno de los atletas más insignes de la comarca. Él se encargó de guiarla hasta el coliseo de hockey Miguel Calero, donde en medio de júbilo total y un ambiente de optimismo y resiliencia, el alcalde Jorge Iván Ospina Gómez le mostró al hemisferio cómo brilla esta ‘Cali Ciudad Deportiva’.
Bosque Panamericano
El legado de los Juegos Panamericanos Junior no sólo se refleja en infraestructura deportiva. Cali, una ciudad incluyente que prioriza y pondera en el medio ambiente y la biodiversidad, podrá recordar por muchas generaciones estas justas con las que hacemos historia. Todo gracias a una estrategia interinstitucional y comunitaria que permitió sembrar 3.800 árboles en el cerro de Cristo Rey, como un homenaje al número de deportistas que compiten.
La siembra masiva de especies autóctonas en una zona del cerro bautizada como el Bosque Panamericano. “Es un homenaje muy lindo para nosotros los deportistas, pues se trata de un espacio que queda para la posteridad”, afirmó Marlon Andrés Hurtado, boxeador que integra la delegación colombiana.
Francy Restrepo Aparicio, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, resaltó la interacción entre tecnología y naturaleza. “Cada árbol tiene un código QR que podemos tomar con el celular y nos va a salir una postal muy bonita que detalla su nombre. Así nos conectamos más con él y sabremos cómo cuidarlo”, explicó.
En ese marco, guácimos, totumos, guayabos, balsos, guadua y Jazmín de la Noche, entre otros, fueron algunas de las especies de árboles plantados en una zona del icónico cerro de Cristo Rey.
El meridiano del deporte pasa por Cali, que ha sido, es y será el punto de partida de sus grandes transformaciones. Lo que sucedió en 1971 con los VI Juegos Panamericanos no se quedó en el anecdotario; fue el gran bautizo como ‘Capital Deportiva de Colombia’ que, 50 años después, se revalida con la realización de la primera edición de los Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021.
Desde el 25 de noviembre hasta el 5 de diciembre los mejores escenarios deportivos de Cali albergarán a más de 3.500 deportistas de 41 países, que compiten en 22 disciplinas. Ello sin contar los miles de turistas nacionales y extranjeros, prensa internacional y personal de las delegaciones, que también son protagonistas de la fiesta deportiva.
De igual forma son invitados de honor y referentes los 3.000 voluntarios que a pocos días del punto de partida y en el mítico estadio Pascual Guerrero, la Alcaldía de Cali les hizo un reconocimiento por el compromiso, disciplina y dedicación que tendrán en los Panamericanos Junior. Ellos simbolizan la esperanza en un mundo más solidario, igualitario y participativo.
Adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, colombianos y extranjeros (principalmente de México, Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil), fueron seleccionados y preparados para llevar las banderas del voluntariado panamericano. “El juramento es un pacto de compromiso hacia los Juegos y las mismas personas de la ciudad”, expresó Luis Gabriel Parra, representante de los voluntarios. A su vez, Carolina Núñez, coordinadora del voluntariado, dijo que el “sí juro”, representa su compromiso total con el desarrollo de los Panamericanos Junior.
“Son la cara de nuestra ciudad y nuestra región. Ustedes serán los que tendrán el primer contacto con los visitantes y podrán orientar a los que participen del evento deportivo”, fue el mensaje del alcalde Jorge Iván Ospina para el grupo de 3.000 voluntarios panamericanos. O como aseguró Neven Illic, presidente de Panam Sport, “ustedes harán sentir a todos los extranjeros y visitantes, parte de esta ciudad”.
Fuego Panamericano
Como parte del preámbulo, la llama panamericana iluminó 20 puntos, inspirados en esos elementos distintivos de nuestra caleñidad: resiliencia, inclusión, Pacífico, sabor, salsa, identidad, magia, memoria; naturaleza, mitos y leyendas, pasión, deporte, música, color y diversidad.
El recorrido inició en zona de ladera, sector de Siloé, desde donde descendió en el MIO-Cable hacia grandes escenarios deportivos de la ciudad como el velódromo Alcides Nieto Patiño, el coliseo El Pueblo, la pista de bicicross y el patinódromo mundialista, todos pertenecientes a la Unidad Deportiva Alberto Galindo Herrera.
Luego, y a bordo del Sistema de Transporte Masivo, la antorcha encendida llegó al estadio Olímpico Pascual Guerrero, donde los exfutbolistas Faryd Mondragón, Jersson González y Hámilton Ricard, unieron sus fuerzas para portar este testimonio. Al ser Cali un crisol de culturas, la llama también fue portada en los alrededores del ‘sanfernandino’ por María Yalandá, gobernadora indígena del cabildo Misak.
Paso seguido, el flameado recorrido pasó por el sector de El Templete y conectó con la calle 9, el último tramo donde el fuego fue portado por Pedro Grajales, uno de los atletas más insignes de la comarca. Él se encargó de guiarla hasta el coliseo de hockey Miguel Calero, donde en medio de júbilo total y un ambiente de optimismo y resiliencia, el alcalde Jorge Iván Ospina Gómez le mostró al hemisferio cómo brilla esta ‘Cali Ciudad Deportiva’.
Bosque Panamericano
El legado de los Juegos Panamericanos Junior no sólo se refleja en infraestructura deportiva. Cali, una ciudad incluyente que prioriza y pondera en el medio ambiente y la biodiversidad, podrá recordar por muchas generaciones estas justas con las que hacemos historia. Todo gracias a una estrategia interinstitucional y comunitaria que permitió sembrar 3.800 árboles en el cerro de Cristo Rey, como un homenaje al número de deportistas que compiten.
La siembra masiva de especies autóctonas en una zona del cerro bautizada como el Bosque Panamericano. “Es un homenaje muy lindo para nosotros los deportistas, pues se trata de un espacio que queda para la posteridad”, afirmó Marlon Andrés Hurtado, boxeador que integra la delegación colombiana.
Francy Restrepo Aparicio, directora del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente-Dagma, resaltó la interacción entre tecnología y naturaleza. “Cada árbol tiene un código QR que podemos tomar con el celular y nos va a salir una postal muy bonita que detalla su nombre. Así nos conectamos más con él y sabremos cómo cuidarlo”, explicó.
En ese marco, guácimos, totumos, guayabos, balsos, guadua y Jazmín de la Noche, entre otros, fueron algunas de las especies de árboles plantados en una zona del icónico cerro de Cristo Rey.