A través de una llamada iniciamos una conversación con Andrés Ramírez, docente, consultor y escritor conocido por sus conferencias acerca de la felicidad y el liderazgo. Su tono de voz trasmitía una sensación de tranquilidad y una invitación a tener un espacio de aprendizaje y reflexión. Entre las primeras palabras que cruzamos, hablamos de esa “nueva normalidad” de la que tanto se menciona y de las ganas inmensas de poder, nuevamente, disfrutar de esas actividades cotidianas, que se volvieron paisaje y que tanta falta hacen como compartir un café, un abrazo, viajar sin temor y ese simple acto de respirar con tranquilidad.
En medio de la conversación el tema del trabajo, la confianza y esa humanidad que en medio de la pandemia ha quedado al descubierto, nos adentró en un tema que por años se ha estudiado, e incluso hay manuales y tips para aprenderlo: el liderazgo y la forma en que las empresas lo gestionan y aplican. Un tema que siempre ha generado de alguna forma diferencias pero que es clave en la construcción de mejores sociedades y que, a causa de la pandemia ha evidenciado retos y oportunidades. Pues con la crisis se han roto paradigmas y le ha dado paso a nuevas estrategias y posibilidades.
En palabras de Andrés Ramírez, “con el coronavirus, muchas personas no hubieran sabido que es posible trabajar desde la casa y que se pueden obtener mejores resultados; incluso en condiciones adversas y factores como tener hijos y pareja que estudian y trabajan en medio de las restricciones y en condiciones emocionales nunca experimentadas”. Este panorama, que lo ha tenido que vivir el mundo entero ha puesto aprueba la confianza y el liderazgo. ¿Por qué? como comenta el escritor, en varias empresas en las que ha hecho consultoría, las personas que están al frente de las organizaciones se están volcando a un liderazgo más relevante y trascendental, uno cuidador e inspiracional. Esto, en empresas que buscan y retienen el verdadero talento.
Pareciera una estrategia poco factible para dirigir una empresa, pero con todo lo que ha ocasionado la pandemia, las personas están regresando a esos valores y propósitos de vida trascendentales que se deben alinear con las organizaciones y cumplir sus sueños. Y básicamente, esto hace parte del fundamento de los cinco principios de “Líder Smile”, del cual Andrés Ramirez es el precursor y abanderado. El líder Smile es humano, cercano, no le dedica las consecuencias de sus actos a la gente, pero siempre está para apoyar, para animar. “Debemos pasar de un liderazgo autoritario que somete, a uno inspirador que se da con el servir”, señala.
Y es que, por muchos años, se creó un imaginario que el líder era solo para mandar, hacer las cosas a su manera y pensaba solo en resultados y sonreía poco. De ahí que apostarle a un líder Smile, cambiar toda la dinámica que rodea a quienes están es posiciones de liderazgo y alta gerencia se presentaba como un verdadero desafío que a través de los años ha ganado seguidores. En el libro “Entre rodaderos y escaleras”, Jorge Castaño Gutiérrez, Superintendente Financiero de Colombia, en el prólogo escribió que “la vida lo llevó a liderar una organización bastante ortodoxa, que caracteriza al sector financiero, pero que en su diario vivir se enfrentaba junto con su equipo a analizar esos cambios estructurales que se estaban viviendo en otras industrias y tarde o temprano llegaría a ellos: la trasformación digital, la revolución de las tecnologías y eso implícitamente impactaría el ADN de la organización”.
Ese fue un momento clave para apostarle a un cambio y romper paradigmas e imaginarios establecidos por años. Fue ahí cuando empezaron a creer en la felicidad como una herramienta de cambio y como reto, vivieron la experiencia del modelo Líder Smile en una entidad del Estado. El modelo que trabaja desde la confianza, la felicidad y los valores, se creó desde un entorno de oscuridad como lo dice Andrés Ramírez, pues se dio cuando él trabajaba con víctimas de la violencia y explotación sexual. “En ese momento quise no dedicarme a la oscuridad de la vida sin desconocerla, sino por el contrario desde ese lugar diseñar un camino para que las personas pudieran vivir desde la luz de la vida”.
Con esa decisión encontró un propósito de vida que no estaba en el dinero ni lo que proponía la sociedad, por eso dejó todo y se fue a trabajar con un proyecto con niños y desde ahí empezó con su empresa y los temas de felicidad, con los cuales ha sido conferencista y ahora docente en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA), donde curiosamente lo expulsaron por mal estudiante, pero ahora hace parte de los docentes que le apuestan a nuevas formas para enseñar y dejar un legado.
En ese caminar de la docencia y consultor ha aprendido que siempre debe estar como aprendiz y dispuesto a dar lo mejor de sí. Por eso, “Entre rodaderos y escaleras”, es una muestra de ese servicio y de su firme objetivo de acompañar a las personas a tomar mejores decisiones y ser lo propios líderes de sus vidas. Una labor que no es fácil en medio de un tiempo que se caracteriza por el caos y la incertidumbre, pero que también ha dejado a la luz la capacidad de adaptarse, volver a soñar y dar lo mejor de cada uno para escribir las historias que tanto se anhelan.
“Entre rodaderos y escaleras”, es una obra que rompe esos modelos de liderazgo que se caracterizaban por la jerarquía y el autoritarismo y en cambio, le da paso a un concepto de redarquía en el que se trabaja en equipo, se cuida de las personas y siempre se lidera desde el ejemplo. Andrés Ramírez, con un lenguaje claro y con esa habilidad de conectar con las personas, transita por temas como las emociones de las personas en las organizaciones, esos vínculos que se deben fortalecer para lograr resultados excepcionales y ante todo resalta la palabra confianza, determinante en esta nueva realidad.
“Muchas de las cosas que estamos viviendo llegaron para quedarse, y si un líder aprende a trabajar desde la felicidad y la confianza, será de esos que trasciendan en el tiempo y para ello, siempre deben empezar por saberse liderar y luego escalarlo a sus equipos, hasta que cada persona pueda desarrollar esas habilidades. Esta obra es un camino para construir un nuevo liderazgo más sostenible y humano”, puntualiza Andrés Ramírez.