El pasado 7 de julio, en un emotivo evento, se presentó en Cartagena el libro “Nuestras historias se reescriben bajo el uniforme”, una recopilación de testimonios, en los que 12 jóvenes cuentan cómo las becas de #Vamos_Sumando les cambió su perspectiva de vida al tener la posibilidad de convertirse en agentes de cambio dentro de la Policía y la Armada, pero además en sus comunidades. Un espacio donde se encontraron los beneficiarios, sus familias orgullosas, el Brigadier General, Tito Yesid Castellanos Tuay Subdirector Policía Nacional, el Vicealmirante, Hernando Enrique Mattos Dager Comandante de la Fuerza Naval del Caribe y Lance Hegerle, Subdirector de INL, Embajada de Estados Unidos en Colombia, y otros miembros de la Policía Nacional y la Armada de Colombia.
“Hay historias desgarradoras. Lo que queremos es contar una parte de estas historias de becarios, que son más de 10 mil, pero en este libro vamos a brindar una muestra de 12 crónicas, que nos permitan mostrarle al país que se puede salir adelante, sin importar de dónde vengas. Ya son 14 años con este programa, el cual nace por la idea de incluir jóvenes afrocolombianos, indígenas y mestizos de zonas rurales que quieran ingresar a la Policía y la Armada Nacional, pero no cuentan con los recursos económicos para costear su formación”, explicó Eison Palacios, director del programa de becas #Vamos_Sumando.
Asimismo, agregó que: “Queremos invitar a los jóvenes del país para que busquen la información de este programa que se llama #Vamos_Sumando, y se llama así precisamente porque vamos sumando en personas con estabilidad laboral, en cambios positivos, en personas que pueden tener una casa propia, en muchos jóvenes que hacen parte de la cultura de la legalidad”.
Doce sueños cumplidos bajo el uniforme
El Espectador habló con los 12 protagonistas del libro, quienes contaron como su vida tiene un antes y un después de esta oportunidad:
Jihath Taylor, oriundo de San Andrés, es un Marinero segundo de la Armada Nacional que llegó en 2017 a esa institución con el apoyo de su familia y las ganas de comerse el mundo, y aunque su padre no estuvo de acuerdo al principio, la entereza de su madre lo impulsó a seguir adelante.
“Este programa de becas ha transformado mi vida de muchas formas, yo tenía muchos problemas que he ido solucionando gracias a ‘Vamos sumando’, pues es una iniciativa que ayuda a todos los jóvenes de bajos recursos que no saben cómo estudiar para llegar hasta la Armada o Policía Nacional. No me imaginé nunca que mi vida iba a cambiar con este programa porque yo tenía otro sueño que era ser piloto de aviación, pero por no conseguir apoyo, preferí ingresar al programa de becas y hoy en día no me arrepiento”, comentó Taylor.
Asimismo, Melina Deluque, indígena wayuu y patrullera de la Policía Nacional, se reconoce como un ejemplo de pujanza de su gente, una persona que como mujer, indígena y policía busca hacer la diferencia para su comunidad.
“Del programa solo puedo decir que ha sido lo mejor que me ha pasado porque ha cambiado mi vida, la de mi familia, y la de jóvenes de mi etnia que han visto en mí el ejemplo claro de que uno sí puede realizarse como profesional. Lo más difícil de este proceso fue la parte física porque no tuve el tiempo suficiente para prepararme y pensé que no lo iba a lograr, sin embargo, pasé y aquí estoy. Este es un sueño cumplido”, dijo Melina, quien lució una manta de su comunidad durante el evento.
Yuri Benítez y Sirley Quiñonez también son consideradas héroes en sus comunidades, siendo ídolos que inspiran y muestran que el camino de la legalidad es posible para todos.
A la Teniente de corbeta, Benítez, oriunda de Apartadó, Antioquia, le brillan los ojos cuando habla de su experiencia en la institución, calificándola como una bendición en su vida. Y aunque, ha tenido bajones como el día que se enteró que a su madre le había dado un derrame cerebral estando ella lejos, lo cierto es que hoy no se arrepiente de nada.
“Yo ingresé a la Armada por el deporte porque practicaba atletismo y una vez estando dentro, un amigo me contó del programa y así fue como nos convertimos en los primeros becados de la escuela de oficiales en ese tiempo”, mencionó Benítez.
Añadió que: “Otro sueño que tengo es que se abra una oficina del programa en Apartadó para llevar el mensaje a la juventud porque a veces lo ven inalcanzable y uno se da cuenta que es solo tener ganas y estudiar mucho”.
Mientras tanto, Sirley Quiñonez, patrullera de la Policía Nacional, afirmó que su sueño siempre había sido llevar el uniforme de la institución, que hoy gracias al programa ‘Vamos sumando’ lo cumplió.
“Gracias a mis compañeras del colegio me enteré que iban a hacer el proceso para dar becas en el coliseo. Por un momento pensé que no iba a ser elegida porque había mucha gente, sin embargo, gracias a Dios pude ingresar con el apoyo de mi familia que me ayudó a costear los exámenes para poder postularme. Vendíamos helados y a punta de monedas pagué mis exámenes, y aquí estoy”, dijo Quiñonez.
Actualmente, Sirley se está preparando para el concurso de ascenso, pues aspira a llegar hasta el último grado de su nivel. Además, quiere tener una fundación en su comunidad de Tumaco, Nariño, para trabajar con jóvenes y niños e impulsarlos desde pequeños a que aprovechen este tipo de oportunidades.
Otro ejemplo claro de respeto por sus costumbres es Grecia Menitofe, una patrullera de la Policía proveniente del Amazonas, que sigue conservando su cultura.
“Mi experiencia en la institución no ha sido fácil, siempre digo en la vida y más en la Policía hay muchos altibajos, es más fácil entrar que salir y más cuando sé que soy becada y tengo una gran responsabilidad, por la oportunidad que me dieron. Hoy en día ando igual que la embajada americana buscando oportunidades para los muchachos de mi comunidad, ya llevo 20 jóvenes y espero seguir sumando”, contó.
Para Geisson Zambrano, de Villa Garzón, Putumayo, las opciones de ser alguien en la vida eran muy escasas y más cuando no tienes los recursos para estudiar, sin embargo, la vida le cambió cuando conoció el programa ‘Vamos sumando` e ingresó a la Armada Nacional, donde es Cabo tercero de la Infantería de Marina.
“Desde niño siempre quise ser parte de la Armada, pero siempre lo vi lejos por los recursos económicos, sin embargo, gracias a Dios pude cumplir ese sueño. Ahora, mi comunidad ve a través de mí un ejemplo a seguir, por eso quiero estar en un distrito cerca de mi municipio para poderlos guiar porque yo sé las dificultades que se presentan en el camino”, comentó.
Martina Valoyes también es del Chocó. Ella no tenía como proyecto ser policía, pero la vida le jugó una buena pasada, convirtiéndola en una Comandante de estación de Policía aeroportuaria.
“Fue difícil al comienzo y hasta pensé varias veces en desistir, pero no lo hice por mi familia y creo que fue la mejor decisión. Ingresé a la Escuela de cadetes general Santander en 2009 como deportista de alto rendimiento, en 2010 me dijo mi comandante que fui elegida por un programa de becas, fue algo maravilloso porque mi preocupación por plata se hizo a un lado. Soy bendecida porque con los ingresos que me daba la embajada ya podía enviar a mi casa y me alcanzaba para sostenerme durante mi proceso de formación”, explicó.
Agregó que: “Ahora quiero trabajar con mi comunidad, generar proyectos que puedan ayudarlos, aportar un grano de arena para que los jóvenes se mantengan ocupados y generar escuelas de formación del deporte a través del programa para demostrar que los sueños sí se cumplen”.
Jair Ahumada pasó de ser ayudante de bus en Cartagena a ser Teniente de Fragata de la Armada Nacional.
“Cuando entré becado no tenía los recursos suficientes, pero los apoyos económicos que nos brinda el programa nos permitía comprar algunos elementos que la carrera nos exigía. Nunca pensé que podría llegar a ser lo que hoy en día soy, pues estaba muy limitado tanto económicamente como mentalmente. Aspiro a llegar al rango más alto, tratando de hacer las cosas mejor, siendo un líder en mi trabajo y comunidad y poder contribuir para que el programa de becas continúe sumando a más personas”.
La patrullera de la Policía Nacional Mileidi Camacho, proveniente de Puerto Asís, Putumayo, nunca pensó ser parte de la institución.
“La beca yo la adquirí cuando ya estaba en la escuela, ingresé a la escuela sin beca y después me dieron la oportunidad cuando iba a pedir retiro porque no tenía los recursos para mantenerme en la escuela. Gracias a la directora, en ese momento, y al doctor Eison, fue que conocí el programa. Yo creo que todo ha sido cosa de Dios, deberían leer este libro y se darán cuenta que no todos tenemos las mismas oportunidades, pero si tenemos el valor de hacer algo diferente”, dijo Camacho.
A esta patrullera el uniforme le ha cambiado la vida del cielo a la tierra, pues a sus 23 años ya va a recibir su casa propia, ayuda a sus padres y se compra sus cosas.
Pero no solo a Mileidi le cambió la vida sino también a la patrullera Ximena Tejada, nacida en Cúcuta, quien pasó de ser una docente en zona rural de la región del Catatumbo, a vestir el uniforme de la Policía. “Jamás imaginé que mi vida pudiese tener este cambio, lo veía como un sueño difícil de cumplir. Me veo proyectada hacia el futuro sirviéndole a la comunidad a través de mi institución, llevando información sobre el programa a la comunidad. Estoy segura que este libro va a llegar a todas las zonas del país y los jóvenes podrán ver que es posible cambiar su vida de la mejor manera y que somos un ejemplo”, puntualizó Tejada.
Por su parte, Aldair Mayaritoma, un Subteniente de la Policía Nacional, de Mitú, quiere ir tocando las puertas de su comunidad para contarle a los jóvenes que existe este programa e invitarlos a que hagan parte con visión y responsabilidad.
“Llegué al programa por medio de la regional donde me estaba incorporando en el Meta, a través de un mayor que me contactó con Eison Palacios. Este programa me ha transformado al 100% por lo que la institución me ha brindado capacitación, estudios, sustento económico para poder vivir y eso hace que uno trabaje con toda”, comentó.
Finalmente, Keyla Monsalve, de Tumaco, Nariño, sabe que la mujer que es hoy no es la misma de antes de conocer el programa de becas, pues sus padres no contaban con los recursos para financiarle sus estudios.
Llegó al programa de becas gracias a la recomendación de una conocida que ya había sido beneficiaria y era patrullera. “He sido una mujer siempre soñadora y positiva, pero no pensé que este programa pudiera ayudarme a cambiar de esta manera. Me veo proyectada como abogada, pues estoy estudiando para serlo, gracias a los ingresos que recibo en mi trabajo. Creo que las oportunidades hay que aprovecharlas en el momento que llegan y no dejarlas para después”, expresó.
Así las cosas, ya son más de 10.000 becas, 9.672 para jóvenes pertenecientes a la Policía Nacional en sus grados de patrulleros y oficiales y 480 a becarios pertenecientes a la Armada de Colombia. Entre los beneficios que ofrecen estas becas están el pago del 100% de la matrícula a las escuelas de formación, compra del equipo táctico que es requerido por cada institución, compra de un computador portátil y apoyo económico mensual durante los estudios.
“Estos chicos van a formarse el tiempo que se requiera en cada una de las instituciones y la idea es que retornen a sus comunidades a trabajar, convirtiéndose en el medio para conversar con esas poblaciones abandonadas”, concluyó Eison Palacios, director del programa de becas #Vamos_Sumando.
Para conocer las historias de vida de estos doce héroes, puede descargar el libro aquí.