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Anonymous: una legión sin rostro

El capítulo en Colombia de este grupo que cuenta con integrantes en todo el mundo, unidos por la defensa de los derechos en internet.

Gabriela Supelano
07 de mayo de 2011 - 08:00 p. m.

“Anonymous eres tú. Anonymous es tu familia, tus amigos y tus compañeros de trabajo”. Este es el primer texto que se ve al entrar al IRC de Anonymous, una especie de plataforma en la que aquellos que quieren involucrarse en este movimiento de ciberactivistas pueden hacerlo. Entrar no es tan fácil. Es necesario descargar un script y seguir las instrucciones para conectarte a este gigantesco chat privado.

Entrar es toda una experiencia. Cuando se logra, un audio con música electrónica de fondo y una voz sintetizada diciendo “We are anonymous” sale de los audífonos. El efecto es de adrenalina, de estar participando en algo que todavía no es totalmente aceptado, una especie de tabú, de entrar a un mundo donde al parecer todo se vale. La gran mayoría de miembros de este IRC han estado dando de qué hablar durante los últimos meses. La gran mayoría porque todos componen un gran organismo vivo y complejo que es Anonymous.

Anonymous no es un grupo de terroristas y tampoco se resume a un grupo de enmascarados, como fue llamado recientemente en un noticiero nacional. Es algo tan complejo que es difícil de definir en palabras tan cerradas. Es más bien, como lo llaman sus integrantes, una conciencia colectiva. Un espacio, un momento y unos ideales todos materializados en cientos, miles o tal vez millones de personas que están frente a su computador. Es la web cobrando vida, como un elemento autónomo cada vez más independiente de las reglas que rigen la vida por fuera de la virtualidad.

Son controversiales. Despiertan voces de apoyo y solidaridad, y también fuertes críticas, como las que lanza Camilo García. Experto en redes sociales e internet, dice que Anonymous se ha aprovechado de su lucha por una causa para ejercer actos vandálicos, bloqueando páginas oficiales y perjudicando a otros ciudadanos. Eso que algunos llaman vandalismo o terrorismo es definido por dos activos líderes de la comunidad Anonymous, que se hacen llamar Atackred y Glass, como marchas virtuales. “Son protestas pacíficas. ¿Tiene sentido bloquear una calle? La respuesta es sí. Nosotros realizamos algo muy similar pero nuestro mundo está en internet. Un bloqueo es una forma, una de tantas. Lo que se quiere lograr es mostrar tajantemente el rechazo e inconformismo frente a lo que esté afectando a las personas. En nuestro caso, lo que más nos convoca es defender nuestro espacio, nuestro mundo, el espacio de todos, la red”, argumenta Atackred.

El anonimato no es sólo simbólico, es también una forma de protección. Porque es claro que sus acciones y la forma en que las desarrollan son molestas para muchos. Hay quienes han manifestado temerle a esta supuesta legión de hackers, denominados así por los medios de comunicación y por los gobiernos. “Yo no soy hacker”, dice Haidako, un nuevo integrante de Anonymous, capítulo Colombia. Tiene 16 años, vive en Cali, fue el organizador a través de Facebook del más reciente papestorms —jornadas en las que reparten volantes en las calles sobre temas de su interés— que se llevó a cabo en esa ciudad. Esta vez el tema fue la llamada Ley Lleras, el proyecto de ley presentado por el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, para —en la teoría— regular los derechos de autor en internet.

Haidako estaba interesado en Anonymous desde unos años atrás —no se sabe la fecha del nacimiento del grupo, pero se conocen ataques de su autoría desde 2008—, cuando un día se cruzó con una imagen de un hombre sin cabeza en uno de los foros de internet en los que participaba. El portal en el que se encontraba se llama 4chan y se dice que de esos foros surgió Anonymous. Durante meses Haidako se mantuvo al margen, interesado pero no activo, hasta el momento en que oyó hablar sobre la teoría del nuevo orden mundial, unas ideas que rotan por internet sobre cómo se está buscando unificar las economías y gobiernos bajo un mismo mando imperialista. La propuesta de la Ley Lleras caló entre las ideas que se formaban en la cabeza del joven Haidako. En ese momento, comenzó a actuar.

Haidako habla con mucha pasión, con algo de ingenuidad. Sus argumentos comienzan a convertirse en repetitivas frases leídas de algún panfleto: “La Ley Lleras es un desastre total”, “es terrible”, y junto a ellas ningún por qué. Ese es quizás el principal problema de Anonymous para Camilo García: “Yo no los invitaría a la discusión. Ese anonimato da pie para acciones al margen de la legalidad y se necesitan, en vez de un vandalismo tipo show, argumentos frescos, inteligentes y acordes con el desconocido mundo que es internet”.

Eso es lo que hacen iniciativas no anónimas como la Electronic Frontier Foundation, que desde 1990 trabaja temas de libertad de expresión, privacidad e innovación de forma activa. Camilo García cree que esa es la forma en la que se deberían trabajar estos temas. Lo cierto es que las acciones que Anonymous desarrolla juegan en la delgada línea de la legalidad y sus objetivos tienen bastante poder político. Por eso, para Atackred el anonimato también significa seguridad. “Con mencionar solamente el lugar donde vivimos bastaría para no estar tranquilos si tus intereses van en contra de personas que no quieren el beneficio para tu pueblo”, responde este anónimo.

Él es uno de los tantos líderes dentro del movimiento, ya que su estructura está pensada para que cualquiera pueda serlo. Aparentemente no hay jerarquías, ni personas que decidan por todas las demás. Hay moderadores y encargados de compartir su conocimiento, de enseñar cómo llevar a cabo estas “marchas” virtuales u otro tipo de acciones.

La verdad es que es sencillo. Después de descubrir los blogs de Anon, como es llamado el movimiento por sus integrantes, haber bajado el script y leído las instrucciones, una persona cualquiera puede participar. Su arma más reconocida es el DDoS, que funciona así: “Somos tal vez más de 500 personas que bajamos un programa de DDoS y entramos masivamente a una página como si fuéramos muchos usuarios. Así, el servidor se cuelga y la página se cae. En ningún momento dañamos el sitio web, éste seguirá igual después de la intervención. Es como si bloqueáramos una calle y los carros no pudieran pasar”, explica Glass.

“Eso sí, te advierto que si llegas a decir que son ataques masivos, no es necesario que yo diga nada, apenas se enteren los de Anon puede caerse la página del periódico”, dice uno de ellos. La advertencia viene después de días de conversaciones con personas involucradas.

¿Y entonces qué pasa con la libertad de expresión? Al parecer en internet, esa tierra de todos y de nadie, las libertades individuales de uno pueden llegar a cruzarse con las libertades del otro. Y ese poder de las masas, esa colectividad mezclada con fundamentalismo puede ser peligrosa, como ha pasado con tantos movimientos.

La pasión y la inconformidad son, en todo caso, un componente de este organismo vivo. De esta comunidad de personas que no sólo se representa en Anonymous, sino en otra multiplicidad de expresiones virtuales, de portales, de grupos que están defendiendo su territorio, su mundo. Personas que toman acciones tan variadas como escribir en un blog, twittear, crear contenido o “piratear” (como los creadores de Pirate Bay), compartir  información secreta (Wikileaks) e intervenir páginas a modo de protesta (Anon). Al escuchar a estos jóvenes hablar es claro que su lema: “Somos legión. No perdonamos, no olvidamos. Esperadnos”, tiene razón de ser. Es casi un grito de guerra y los guerreros podrían estar en cualquier parte.

Manifestaciones en Colombia

La última noticia que rondó por los medios de comunicación colombianos en la que Anonymous era protagonista ocurrió dos semanas atrás, cuando empezó a circular en las redes sociales el rumor de que el brazo colombiano del movimiento había bloqueado los sitios web de Gobierno en Línea, el Senado, Presidencia de la República y Ministerio de Justicia, precisamente donde se gestó el proyecto conocido como Ley Lleras, cuyo fin es regular los derechos de autor en internet. El “ataque” consistía en ahogar todo acceso a la web del Ministerio. Anonymous no se pronunció.

En un video publicado recientemente en YouTube, el grupo manifestó que seguirán protestando hasta que todos los colombianos sepan “que la Ley Lleras es un abuso para la población”.

Sobre los orígenes del movimiento

No hay fechas exactas del nacimiento de Anonymous. Se sabe que los primeros integrantes participaban activamente en el portal de foros 4chan y muchos le dan a éste el crédito de ser la cuna de este cibermovimiento social que cuenta con integrantes en todo el mundo. Su causa está enfocada en protestar contra las limitaciones para compartir información en la red. Apoyaron y apoyan, por ejemplo, las acciones de Wikileaks.

La imagen original de Anonymous era un hombre de traje sin cabeza. Recientemente los integrantes del movimiento han escogido usar máscaras, como la que usaba el protagonista de la novela gráfica del escritor Alan Moore, que posteriormente fue llevada al cine, V for Vendetta. En la historia, el protagonista lucha contra un sistema totalitario dentro de una sociedad del futuro.

Anonymous, ¿cómplice de ataque a Sony?

 Esta semana Anonymous fue señalado por Sony de participar en el ataque que la plataforma PlayStation Network sufrió semanas atrás. El movimiento rechazó la afirmación.

 Cerca de 77 millones de usuarios fueron víctimas de la usurpación de sus nombres, números de tarjetas de crédito y otros datos personales por parte de  hackers.

 Las directivas de la compañía japonesa Sony (foto) se disculparon este fin de semana con las víctimas del ataque y prometieron indemnizarlas.

Por Gabriela Supelano

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