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El gobierno israelí quiere salvar el Mar Muerto

Israel implementa medidas para lograr el reconocimiento de este ecosistema como maravilla del mundo.

Redacción Vivir
17 de junio de 2011 - 08:23 a. m.

Cuna de los sitios bíblicos de Sodoma y Gomorra, punto más bajo del planeta —a 416 metros bajo el nivel del mar—, ecosistema único y destino turístico clave del Medio Oriente, el Mar Muerto está en peligro.

Su desecación, por un lado, y desbordamiento, por el otro, están amenazando al mar más salado del planeta —unas diez veces más que el resto de los océanos—. La reducción en un 98% del caudal del río Jordán, fuente de alimentación del Mar Muerto,  junto con la sobreexplotación industrial para extraer sus minerales ha llevado a esta formación única al borde del desastre.
Con un ritmo de descenso de las aguas de un metro por año en la parte norte, el Mar Muerto podría desaparecer en cuatro décadas. “Frente a los 1.300 millones de metros cúbicos al año que recibía en los años cincuenta, ahora sólo llegan unos 50 millones” , explica Mira Edelstein, portavoz de la ONG Amigos de la Tierra Oriente Medio.

La desaparición del Mar Muerto afectaría la economía  (el turismo del sitio generó ingresos por más de US$300 millones el año pasado)  y pondría en peligro el frágil equilibrio geopolítico de la zona debido a que el ecosistema, que se extiende sobre una centena de kilómetros, constituye una frontera entre Israel y Cisjordania de un lado y con Jordania de otro.
 
Para evitar esta catástrofe, las autoridades israelíes han lanzado una campaña que busca que el Mar Muerto sea reconocido como Maravilla del Mundo, un calificativo que permitiría implementar medidas más radicales para el rescate del gran lago salino, dividido en dos hace unas décadas.

Estas dos cuencas, una al norte y otra al sur, están situadas a niveles de altura diferentes y se encuentran separadas por varios kilómetros. Cada una sufre un problema propio: en el norte se presenta un descenso de las aguas, mientras que en el sur hay una amenaza de desbordarmiento. Ya que las dos zonas son por completo independientes, es imposible que la elevación del nivel del agua de la parte sur pueda paliar la desecación de la norte.

La elevación del agua en la parte sur se debe, en principi,o a la sobreexplotación industrial de los minerales del Mar Muerto.

Para lograr la extracción, las empresas han construido cuencas de evaporación. Estas piscinas generan importantes depósitos de sedimentos en el fondo de los estanques que las empresas no limpian, generando así un aumento del nivel de las aguas de veinte centímetros cada año. Esta técnica hace que las compañías sustraigan grandes cantidades de líquido de la parte norte del Mar Muerto, empeorando el descenso del caudal en esta mitad del lago.

La elevación del nivel del agua en la cuenca sur es tan importante que podría llegar a presentar una amenaza para el turismo del sitio, pues alcanzaría a inundar los hoteles construidos en la orilla del lago salado. Según Alon Tal, uno de los investigadores contratados por el gobierno israelí, “en cinco o diez años, el agua podría invadir el lobby de los hoteles”.
 
Para contrarrestar esta problemática, los ministerios israelíes de Turismo y de Protección del Medio Ambiente ya aprobaron un proyecto de dos mil millones de dólares para salvar el sitio transportando la sal y los sedimentos de la cuenca sur hasta la cuenca norte. También piden a la empresa multimillonaria Dead Sea Works, encargada de explotar los minerales del sitio, que pague por los gastos del proyecto ya que “como contaminadores, tienen que pagar”, afirmó Roee Elisha, director asociado de la iniciativa gubernamental de protección del Mar Muerto.
 

Por Redacción Vivir

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