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El año 1945 comenzó con la expectativa del final de la Segunda Guerra Mundial. Seis meses antes, el 6 de junio, se había producido el desembarco aliado en las costas de Normandía (Francia), que semanas después permitió la liberación de París del yugo nazi. En enero, mientras el ejército rojo de la URSS avanzaba por Polonia, al otro lado del mundo, lejos de la confrontación internacional, tomaba forma la realización de la Copa América de fútbol. Se realizó en Chile con la presencia de siete equipos del continente. El debutante de la ocasión fue la selección de Colombia.
La historia de ese viaje demuestra las precariedades que tenía la dirigencia deportiva nacional, razón por la cual el equipo seleccionado para participar en el evento surgió en su mayoría de la región Caribe, que peleaba con Antioquia y Bogotá el control del fútbol. No existía todavía el campeonato profesional, ante lo cual se organizó un combinado de jugadores en su mayoría aficionados con un técnico de la región: Roberto ‘El flaco’ Meléndez, cuyo nombre aún se recuerda en el estadio Metropolitano de la ciudad de Barranquilla.
Después de una travesía de 24 días, partiendo desde Barranquilla, pasando por Cali, Buenaventura, Ecuador y Perú hasta llegar a Chile, el equipo nacional debutó el 21 de enero de 1945 con la selección de Brasil. El plantel nacional fue derrotado por 3-0, con goles de Jorginho, Eleno De Freitas y Jayme de Almeida. En la escuadra nacional, además de su técnico Meléndez, los jugadores con mayor recorrido eran Antonio Julio de la Hoz, Fulgencio Berdugo, Gabriel ‘Vigorón’ Mejía, Andrés ‘Bolón’ Acosta y Arturo ‘Guarapo’ Mendoza.
Tras el debut, la selección de Colombia debió enfrentar al poderoso equipo de Uruguay. Esta vez, el plantel nacional fue arrasado por marcador de 7-0, pero lo más notable fue asumir el juego ante un combiando oriental lleno de figuras. En primer lugar, estaba Obdulio Varela, que cinco años después fue la gran figura del Maracanazo en el Mundial de Brasil de 1950. Varela, conocido como ‘El negro’ o ‘El jefe’, fue además un jugador estelar de Peñarol de Montevideo. El arquero de Uruguay fue Roque Gastón Maspoli, también héroe del Maracanazo y jugador de Nacional y Peñarol.
Maspoli fue además técnico campeón de la Copa Libertadores y adiestrador del combinado nacional uruguayo. En la escuadra que arrolló a Colombia intervinieron dos jugadores que después pasaron por el fútbol colombiano. El primero de ellos Schubert Gambetta, que jugó en el Cúcuta Deportivo en 1949 y Bibiano Zapirain, que vistió los colores de Cúcuta, Bucaramanga, Millonarios y Santa Fe. Obró como director técnico del equipo el internacional José Nasazzi, héroe del fútbol uruguayo como quiera que fue la principal figura del campeonato mundial de 1930.
El último día de enero de ese año 1945 Colombia perdió 2-0 con el local Chile. Hasta el momento, acumulaba 12 goles en contra y ninguno a favor. Entonces, mientras al sur del continente llegaban los ecos de la Conferencia de Yalta, donde los jefes aliados Franklin Roosevelt, Winston Churchill y Joseph Stalin se repartieron el mundo, en la Copa América de Chile a Colombia le llegó la hora de medirse con el favorito: Argentina. Un equipo conducido por Guillermo Stabile, goleador de la Copa del Mundo de 1930, que encontraba una nueva generación de futbolistas.
El partido se jugó el 7 de febrero con aparatosa derrota colombiana por marcador de 9-1. Dos goles hizo René Pontoni, dos más Norberto Méndez y Juan José Ferraro, y de a uno anotaron Reinaldo Martino, Mario Boye y Félix Loustau. En ese equipo argentino, además de los nombrados brilló con luz propia uno de los más talentosos jugadores que pasaron por el fútbol colombiano: Ángel Perucca, llamado el ‘Portón de América’, quien vistió la casaca de Independiente Santa Fe, lo mismo que el citado René Pontoni. El único gol colombiano fue obra de Arturo Mendoza.
Después de cuatro derrotas sucesivas, llegó la primera satisfacción para Colombia. El 18 de febrero de 1945 quedó inscrita como la fecha en que la selección nacional logró su primer triunfo en la Copa América. Ese día se impuso sobe Ecuador por marcador de 3-1 con goles de Luis González Rubio, Roberto ‘Perro’ Gámez y Fulgencio Berdugo. El gol ecuatoriano fue obra de Víctor Aguayo. Las figuras del encuentro fueron Antonio Julio de la Hoz, después campeón profesional con Santa Fe en 1948 y técnico del Unión Magdalena en su único título de 1968. También brilló Fulgencio Berdugo, capitán del equipo y después jugador del Júnior.
Colombia cerró su participación en su primera Copa América el 21 de febrero, con empate 3-3 frente a la selección de Bolivia. En esta ocasión volvieron a anotar Fulgencio Berdugo y Roberto ‘Perro’ Gámez, y también dijo presente Rafael ‘Gabino’ Granados, quien también llegó a incursionar en el fútbol profesional. Al final del torneo, Argentina se llevó el título, con segundo lugar de Brasil. Colombia ocupó el quinto puesto con tres puntos, superando a Bolivia y a Ecuador. Su diferencia de goles, poco favorables: 25 goles en contra por siete a favor.
A pesar de las estruendosas goleadas en contra, la primera experiencia de la Copa América animó a la dirigencia deportiva nacional a pensar en la renovación de un equipo que pronto regresaría al torneo continental. Entre tanto, en ese duro año de 1945, las noticias principales llegaron de Europa donde el 8 de mayo se produjo la rendición de Alemania y con ella la final de la Segunda Guerra Mundial. El 6 de agosto, Estados Unidos arrojó la bomba atómica en Hiroshima (Japón) que también terminó con el capítulo de la confrontación mundial que se registró en la región del Pacífico.
Ese año de 1945 tuvo para Colombia, ya en el plano político otro momento crucial de su historia. El presidente titular Alfonso López Pumarejo renunció a la jefatura del Estado. Lo hizo el 31 de julio ante el Congreso, y siete días después, para concluir el cuatrienio (1942-1946) asumió el dirigente liberal Alberto Lleras Camargo, quien repetiría presidencia en el periodo 1958-1962. En su primer paso por la presidencia, Lleras Camargo tuvo que dar garantías a la elección presidencia de 1946 que ganó el conservador Mariano Ospina Pérez, poniendo fin a la república liberal.
*Con asesoría de Jorge Cardona.
jdelahoz@elespectador.com