El VAR sigue generando dudas en la Copa América

El tiempo aproximado de la toma de decisiones es de dos minutos y medio. / EFE

Que el VAR ha hecho más justo el fútbol en esta Copa América es muy cierto, pero que su funcionamiento sea algo dinámico, acorde con el deporte, es algo que todavía hay que perfeccionar, y lo que muchos le critican a la ayuda de la tecnología. Jueces deteniendo partidos, diálogos que se extienden por minutos y una revisión en la pantalla que no llega de inmediato, sino luego de una charla por comunicador que más parece un debate. (La notable evolución de Wílmar Barrios)

Por ejemplo: en el duelo entre Colombia y Catar, por la segunda fecha del Grupo B, el árbitro Alexis Herrera recurrió a la ayuda para verificar a quién tenía que darle la pelota luego de que esta lo impactara. Sin embargo, lo que habló con sus asistentes no fue suficiente y tuvo que ir para ver lo que había sucedido. Muchos calificaron eso, en una jugada sin peligro y que no implicaba nada, una pérdida de tiempo.

En ese mismo duelo, el venezolano decretó una pena máxima para el equipo colombiano por una supuesta mano dentro del área de Abdelaziz Mohamed. Pero al momento de chequear el VAR tomó la determinación, con toda razón, de que la acción era involuntaria, señaló tiro de esquina y le retiró la amarilla al defensor. Ahí funcionó la ayuda, lenta, pero justa.

Lo que ha sucedido en esta primera ronda dejó una analogía muy clara que explica lo que hay que hacer con la tecnología. “El VAR es como un niño al que hay que dejarlo que aprenda a caminar”. Las palabras fueron de Carlos Queiroz, seleccionador de Colombia y quien entiende que las ayudas tecnológicas son beneficiosas y que el problema radica en la manera en la que se está utilizando. “Al público no le gusta porque es confuso, pero al final se toman las decisiones correctas”, añadió. De no haber sido por el video, Brasil hubiera derrotado a Venezuela en la primera ronda (le anularon bien dos goles), incluso no le hubieran dado un penalti a los anfitriones en su encuentro ante Bolivia por una mano de un rival en el área (esa decisión tomó dos minutos y 25 segundos).

(Las imágenes que dejó la práctica de la selección de Colombia)

Hasta Perú se habría quedado con los tres puntos frente a los venezolanos en el debut de ambas selecciones (Wílmar Roldán invalidó dos goles por fuera de lugar. Se demoró cuatro minutos en tomar la decisión del primero), y José Quinteros no hubiera sido expulsado por un codazo a Marcelo Lodeiro en la victoria de Uruguay sobre Ecuador por 4-0 (el brasileño Anderson Daronco demoró tres minutos y 20 segundos en sacar la tarjeta roja).

Como las anteriores hay varias acciones (14 en total) en las que la revisión no duró más de tres minutos. Aunque hubo otras más largas, como la del duelo entre Argentina y Paraguay, en la que una mano de un paraguayo en el área fue reclamada por los argentinos como pena máxima. Entre el instante en el que se detiene el juego y la decisión final (cobro desde los 12 pasos), transcurrieron tres minutos y 50 segundos. Ante esto, la Conmebol sacó un comunicado en el que fue claro frente a las quejas: “El VAR evitó escándalos y paralizó poco tiempo los partidos”.

Parece que la conclusión general es una sola: el video arbitraje sirve y mucho, solo que los jueces no parecen del todo capacitados para hacer de su funcionamiento algo más diligente, pues el fútbol demanda acción y movimiento, y una para tan prolongada no solo afecta el principio básico del juego, sino que molesta a aficionados y jugadores. Por ahora, en la Copa América, se ha utilizado en la mayoría de los partidos y, por el bien común, se espera que siga entrando en acción, eso sí de una manera más rápida.

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