El coronavirus será contenido y el ser humano prevalecerá: Pensamientos desde casa, día 40

A pesar de que vivimos una realidad apocalíptica, la historia de la humanidad demuestra que el ser humano puede levantarse de entre las cenizas. Claro que eso dependerá de cada uno de nosotros y de un verdadero compromiso social. Última entrega de esta serie.

Nelson Fredy Padilla *
03 de mayo de 2020 - 03:49 p. m.
Una paciente británica de 85 años de edad a su salida de la clínica Medihelp de Cartagena luego de que el cuerpo médico la salvara del nuevo coronavirus. / Cortesía
Una paciente británica de 85 años de edad a su salida de la clínica Medihelp de Cartagena luego de que el cuerpo médico la salvara del nuevo coronavirus. / Cortesía

Leí el mismo día en El Espectador estas recientes y preocupantes noticias: “Investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y de las universidades Johns Hopkins y Denver de los Estados Unidos construyeron un mapa mundial de la sostenibilidad del sistema alimentario que podría estar en serios aprietos por la pandemia". "Informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advierte que la pobreza en la región podría aumentar 3,5 puntos porcentuales y la pobreza extrema 2,3". "Año 2030 es el límite para evitar que los ecosistemas colapsen, según investigadores de la Universidad College de Londres, la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) y la Universidad de Sudáfrica". "Bajo un escenario de altas emisiones, una exposición abrupta de especies comenzará antes de 2030 en los océanos y se extenderá a los bosques tropicales y latitudes más altas para 2050". "La pandemia acelerará el reemplazo del hombre como factor de producción vía inteligencia artificial, según J. Mauricio Gaona, investigador del Instituto de Políticas y Leyes Globales de la Universidad de Harvard". "A medida que la economía se dirige a 100 kilómetros por hora hacia una recesión sin precedentes, con millones de personas y empresas afrontando algún tipo de cuarentena durante semanas o meses, la pandemia actual producirá un cambio estructural ineluctable: la sustitución eventual del hombre como factor de producción". "El líder político estadounidense Henry Kissinger asegura, a los 96 años de edad, que ‎la pandemia del coronavirus modificará ‎para siempre el orden internacional”.

Bosquejo de nuestra vulnerabilidad apocalíptica en medio de una naturaleza profanada, que nos lleva a preguntarnos: ¿Nos autoextinguiremos? Hoy, en la última columna de esta serie de reflexiones, busco la respuesta en los pensamientos del escritor estadounidense William Faulkner (1897-1962). Cuando la humanidad apenas se levantaba de entre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial y se avizoraba un futuro grisáseo, tituló su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, versión 1949, “El hombre prevalecerá”. Sus palabras, que invitan a escribir sobre “la pena, la agonía y el sudor”, recobran significado para fortalecernos frente a la pandemia del nuevo coronavirus, una tercera guerra mundial antes de las temidas climáticas, biológicas, cibernéticas, nucleares: “Nuestra tragedia de hoy es un miedo físico general y universal sostenido desde hace tanto tiempo que incluso podemos soportarlo”. (Recomendamos más de esta serie: La pandemia nos reta: ¿Qué tan valientes somos?).

Una de las mentes que más influyó en la del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, desde que leyó la novela Luz de agosto, le vuelve a hablar al ser humano de nuestros tiempos: “Debe enseñarse a sí mismo que lo más básico de todo es tener miedo; y, enseñándose a sí mismo eso, olvidarlo para siempre, sin dejar lugar en su taller para nada más que las viejas verdades y verdades del corazón, las viejas verdades universales que carecen de cualquier historia efímera y condenada: amor, honor, piedad, orgullo y compasión y sacrificio. Hasta que lo hace, trabaja bajo una maldición”. 

Faulkner insistió ante el pesimismo generalizado: “Me niego a aceptar el fin del hombre. Es bastante fácil decir que el hombre es inmortal simplemente porque aguantará: que cuando el último dingdong de la fatalidad haya sonado y se haya desvanecido de la última roca sin valor que cuelga sin marea en la última noche roja y moribunda, que incluso entonces todavía habrá uno… Me niego a aceptar esto. Creo que el hombre no solo resistirá: prevalecerá. Es inmortal, no porque solo entre las criaturas tenga una voz inagotable, sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión, sacrificio y resistencia”. Y desde aquellas palabras prevalecimos 70 años y más, pero ¿a qué precio?

Cuánto más nos aguante el planeta dependerá de cuánto estemos dispuestos a cuidarlo y respetarlo en comunión con nuestros semejantes. Ya no podemos eludir este punto de inflexión de la historia de la civilización. En Luz de agosto hay un trasfondo de guerra civil. A través de mujeres como Lena Grove y hombres como Joe Christmas nos estremecemos con su desconfianza en el presente e inquietud por el futuro y, aún así, guardan esperanza, pues no son indiferentes y siempre están en la búsqueda de su propio destino, sea cual sea.

@NelsonFredyPadi / npadilla @elespectador.com

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Por Nelson Fredy Padilla *

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