“Estamos en emergencia social y esto incluye a la población carcelaria”: Johana Bahamón

La directora de la Fundación Acción Interna habló con este diario sobre el miedo que existe en las cárceles por un eventual brote del COVID-19. Compartió cómo fue acompañar a las familias de internos en La Modelo tras disturbios del 21 de marzo, en el que murieron 23 reclusos.

Redacción Judicial
01 de abril de 2020 - 08:58 p. m.
Johana Bahamón fue elegida Mujer Cafam 2020 por la labor que ha desarrollado desde su fundación con la población carcelaria. / David Schwarz
Johana Bahamón fue elegida Mujer Cafam 2020 por la labor que ha desarrollado desde su fundación con la población carcelaria. / David Schwarz

Johana Bahamón creó hace siete años la Fundación Acción Interna, que comenzó con clases de teatro para personas privadas de la libertad. Hoy, trabaja también en líneas como emprendimiento y crecimiento personal, y se ha vuelto una vocera de los derechos de los internos en el país. El hacinamiento carcelario que a nivel nacional supera el 50%, pero que en algunos lugares llega al 200%, así como la precariedad en el acceso a servicios de salud y artículos de higiene básico, hizo que el Inpec declarara la emergencia carcelaria para tomar acciones rápidas que prevengan un contagio masivo del coronavirus en las cárceles.

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Esta decisión, sin embargo, se tomó a la mañana siguiente de que en la cárcel La Modelo una protesta por la falta de medidas concretas para enfrentar el COVID-19, se tornara violenta y terminara por cobrar la vida de 23 internos el pasado 21 de marzo. A las afueras de la cárcel se fueron concentrando cientos de familiares y allegados en la mañana del 22 intentando saber qué pasaba con sus familias. Allí estuvo Bahamón con su equipo y, en diálogo con El Espectador, cuenta que, aunque llegaron listos con un equipo médico voluntario para atender a los heridos, no les permitieron ingresar.

La crisis de las cárceles es histórica, pero se ha agravado por estos días a causa del pánico por un brote de coronavirus, ¿cómo ve usted este panorama?

Es importante resaltar que todos estamos en una emergencia social y esto es para todos, incluyendo a la población carcelaria. Es una emergencia que estamos viviendo todos como sociedad y, por lo tanto, también ocurre en las cárceles. Por eso creo que es una oportunidad para deshacinar las prisiones con otro tipo de medidas como la prisión domiciliaria a los internos de mínima seguridad, a algunos sindicados, a los que les dan permisos de salir por 72 horas, a mayores de 60 años, a madres gestantes. En fin, creo que sí hay solución: dejarlos salir ahora es un derecho y un acto de humanidad con ellos.

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El Gobierno abrió la posibilidad de excarcelar a miles de internos para atender esta emergencia, ¿está Colombia lista para recibir a todas estas personas privadas de la libertad?

No todos los que están en la cárcel son delincuentes y no todos los delincuentes están en la cárcel. En este momento, más que nunca, es una oportunidad para que tengamos compasión y empatía por la dignidad de esos seres humanos que hacen parte de nuestra sociedad. Esa debe ser nuestra prioridad. Todos, como colombianos, podemos acompañarlos a ellos y a sus familias para que tengan nuevas oportunidades porque los internos de este país, en su mayoría, no han tenido ni siquiera una primera oportunidad.

Usted acompañó a las familias de internos de La Modelo que fueron a la cárcel luego de esa noche en la que murieron 23 personas, ¿qué le decía la gente?

Nosotros, como fundación, no podíamos ser ajenos a esta realidad. El domingo 22 de marzo, a primera hora, estuvimos presentes, al tanto de la situación. Acompañamos a las personas que estaban al frente del penal esperando noticias de sus familiares. Era devastador el sufrimiento de las familias, de las mamás, y la zozobra por conocer la situación de quienes estaban al interior: no se sabía quiénes eran los heridos y quiénes los muertos. Ojalá nunca vuelva a repetirse una situación así. Vemos importante tomar medidas que, ojalá, sean correctivas y de prevención, para el bienestar de los internos, para su cuidado, así como el de los guardias del Inpec y sus familias.

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¿Cómo era el ambiente ahí?

En algún momento, hizo presencia la Fuerza Pública para dispersar a los familiares que estaban ahí y el ambiente se tornó un poco tenso, pero siempre estuvimos como mediadores y acompañando a las familias en este momento tan difícil. La fundación ya estaba lista con cinco médicos voluntarios y tres enfermeras, para brindarle atención médica a los privados de la libertad heridos que había al interior, pero no nos permitieron ingresar, porque están restringidas todas las entradas por el coronavirus.

¿Cómo ha cambiado el trabajo en su fundación con las medidas que ha tomado el Inpec, como suspender las visitas?

Nos hemos adaptado a las condiciones de prevención del coronavirus. En especial, para poder dar continuidad a nuestros programas. En nuestras tres líneas de trabajo, que son estudio y trabajo interno, crecimiento interno, y arte interno, estamos tratando de hacer uso de herramientas digitales para que dentro y afuera de las cárceles puedan continuar con los talleres y capacitaciones de manera virtual. Tenemos cursos de yoga, meditación, economía y salud, educación financiera, emprendimiento, teatro, huertas, y atención psicosocial. También hemo realizado donaciones a las cárceles, a los pospenados, a sus familias, a la guardia, sobre todo elementos de aseo y mercados.

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Usted trabaja intentando disminuir los efectos del aprisionamiento, ¿algún consejo para los colombianos que ahora estamos encerrados en nuestras casas?

Estar encerrados en nuestras casas no es lo mismo que estar en la cárcel. Tenemos la fortuna de tener a nuestros seres queridos cerca, podemos entrar en contacto con ellos. Tenemos las condiciones necesarias para cuidarnos de contraer el virus. Todo esto puede parecer normal para nosotros, pero justamente es la ausencia de todas estas cosas lo que tiene a los centros penitenciarios en una emergencia carcelaria en este momento. Esto no lo tienen ellos. No está privado de su libertad quien está privado de su libertad física, sino quien está privado de su libertad mental. Cuídense, cuídemonos entre todos. Todos somos parte de la solución de esta emergencia social. Ojalá reaccionemos con mucha empatía, con solidaridad, con amor y pensando siempre en el bienestar común, por encima del bien individual.

Por Redacción Judicial

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