Los niños y niñas también son vulnerables al confinamiento. La falta de actividad física y de socialización que antes se vivía en las jornadas escolares dejó un vacío en la estabilidad de los menores. Según los expertos, es apenas normal, que con el tiempo ellos empiecen a experimentar estrés, retraimiento, enojo o agitación por la situación sin precedentes a la que se enfrentan. Y, en consecuencia, solicitarán más tiempo y atención para poder expresar sanamente esas emociones.
“Tras largos periodos de aislamiento preventivo, los niños y niñas pueden presentar aburrimiento y desgano que se puede convertir en indiferencia, preocupación constante por saber cuándo se acabará el aislamiento preventivo, temor ante el contacto con personas y elementos que están fuera de casa, en los parques por ejemplo; esto hace que los niños y niñas frecuentemente estén preguntando si pueden o no hacer determinadas cosas que antes eran naturales en su exploración y juego, lo que puede implicar restricciones en su autonomía”, explicó Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles de Ministerio de Salud.
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Bautista también señaló que los más pequeños podrían presentar dificultades para identificar la noción de peligro o para entender una situación de frustración ante el aislamiento preventivo obligatorio. “La evidencia muestra que para los niños y niñas, la violencia y la vulnerabilidad se incrementa durante el tiempo de cierre de escuelas por la emergencia sanitaria, más aún si a eso se le suman el hacinamiento en casa, la convivencia junto con sus agresores y otras situaciones que pueden poner en peligro su integridad”, sostuvo.
Algunas de las recomendaciones dadas por el Ministerio de Salud a los responsables de los niños u niñas son:
-Mantener una comunicación constante con el niño o niña. Esto les ayudará a sentirse más seguros, acompañados y a reducir sus miedos.
-Esté atento(a) y observe si el niño o la niña presenta nuevas reacciones o cambios en el comportamiento posterior a la salida de algunos integrantes de la familia.
-Recordarles, constantemente, que esta es una situación transitoria que durará hasta que el riesgo haya bajado.
-Establecer rutinas de actividades cortas, variadas e interactivas.
-En un lenguaje sencillo explicar las razones de estas nuevas prácticas y el para qué. Hacerles saber que los elementos y prácticas protegen su salud y la de las demás personas de la familia.
-Es importante que los adultos acompañen a los niños durante la exposición a medios de comunicación.
Algunas recomendaciones para los adolecentes
-Reconozca las emociones que le genera esta nueva situación, acéptelas y converse sobre ellas con una persona adulta de confianza, o si prefiere, escriba sobre ello.
-Reestructure sus planes y rutinas cotidiana e incorporé algunas actividades que venía realizando la persona que debe salir a laborar y que usted puede realizar de acuerdo con su edad.
-Recuerde que puede hacer del aislamiento preventivo un tiempo creativo y productivo.
-Establezca y acuerde sus rutinas y espacios con los demás personas integrantes de la familia.
-Los padres y cuidadores deben recordar respetar su intimidad y generar una relación de confianza en la que el diálogo sea protagonista.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.