La comisión accidenta de la Cámara de Representantes, encabezada por el representante José Daniel López y conformada para hacer seguimiento a la implementación de las sesiones virtuales, como medida de contingencia ante la crisis del nuevo coronavirus, entregó a la mesa directiva de la corporación un primer informe en el que entrega recomendaciones sobre la puesta en marcha de este nuevo mecanismo para garantizar el funcionamiento del Congreso de la República.
El documento, de 15 páginas, diserta sobre la constitucionalidad de la medida, arguyendo, por ejemplo, que la Ley Quinta de 1992, conocida como reglamento del Congreso, se debe interpretar y ajustar al ambiente virtual. También propone la elaboración de una lista con los congresistas que manifiesten tener problemas de conectividad en sus regiones para que, en conjunto con el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, se garantice la apropiada conectividad.
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En cuanto a lo técnico, el informe indica que se requieren herramientas tecnológicas que, en cualquier caso, garanticen siempre los principios de transparencia, publicidad, participación ciudadana y economía.
“La Cámara de Representantes debe modernizarse para lograr agilidad e información en línea de todo el proceso legislativo y de las actuaciones de los congresistas. Por ello, esta comisión accidental sugiere que se adquiera e implemente con urgencia una plataforma u otro medio tecnológico que permita el desarrollo de sesiones no presenciales a la mayor brevedad posible y que, además, posibilite en el mediano plazo —6 meses como máximo-, la modernización total del proceso legislativo, de gestión documental y de archivo de esta entidad”, dice el documento.
En nueve puntos, condensa lo que debe tener la plataforma tecnológica que se escoja para desarrollar las sesiones virtuales. Por ejemplo, que permita la visualización del orden del día con sus modificaciones, asistencia, votaciones, proyectos, ponencias, proposiciones o mociones. También sugiere que este sistema les otorgue la facultad al presidente de la comisión o de la plenaria para otorgar la palabra, activar o desactivar el sonido de los participantes.
Asimismo, que se garantice la identificación de cada congresista para asistencia y votación, “así como el carácter autónomo e indelegable del voto, para evitar casos de suplantación de identidad”. Seguidamente, señala que debe permitir la grabación de las sesiones en su integridad y se almacenen de manera automática en el histórico, organizadas de manera cronológica.
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“Que permita que todos los documentos (proyectos, ponencias, proposiciones o mociones, constancias, impedimentos, excusas, declaración de renta, conflicto de intereses, entre otros documentos) publicaciones y convocatorias dentro del proceso legislativo, se puedan firmar de manera digital o electrónica y radicar virtualmente por dicha plataforma, estando disponibles en línea para los congresistas y la sociedad en su conjunto”, señala el punto seis.
También sugiere que tenga la facultad de transcripción automática de las intervenciones de los congresistas para la elaboración de las actas, aunque advierte que “esta recomendación no es requisito indispensable para las primeras etapas de operación del medio tecnológico, pero sí para el mediano y largo plazo”.
Finalmente, indica que “a mediano plazo se permita a través de la página web y una app ver las sesiones virtuales y presenciales, en vivo y en diferido; así como consultar el histórico de los proyectos, ponencias, proposiciones o mociones, constancias, impedimentos, votaciones, asistencias, excusas, intervenciones y en general, todo lo relacionado con el trabajo congresional adelantado en las comisiones y plenaria de la Cámara de Representantes”.
Este martes, la mesa directiva de la Cámara publicó la resolución que autoriza las sesiones virtuales y también incluyó en su contenido algunas de las recomendaciones que la comisión accidental ha expuesto.