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Empecé a trabajar en McDonald’s cuando tenía 18 años. En ese entonces la franquicia estaba llegando a Colombia y me llamó la atención que era una empresa que estaba en muchos países, así que quise entrar a trabajar con ellos porque quería conocer su secreto y saber por qué eran tan exitosos.
Por ese tiempo escuché que estaban necesitando empleados para el restaurante que queda en la Avenida Jiménez, así que me acerqué al restaurante Ilarco, que queda en Suba, a llevar mi hoja de vida. Durante la entrevista me llamó mucho la atención lo de los horarios flexibles, porque por entonces no había muchas cadenas que le ofrecieran a los jóvenes trabajar cuatro horas y tener todas sus prestaciones sociales.
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Estudiar o trabajar, la dualidad que tenía Pablo Jaimes hace veinte años, es la misma con la que muchos jóvenes se encuentran hoy en día. Si trabajan tienen dinero para pagar la universidad, pero no mucho tiempo para dedicarse a estudiar. Mientras que si sólo estudian no tienen cómo financiar sus gastos, por lo que para hacer ambas cosas buscan trabajos con horarios flexibles, esos que no se tratan solamente de reducir las horas sino de saber distribuir el tiempo. Lea también: Los ninis, una generación que necesita más oportunidades laborales y educativas
Quienes acceden a este tipo de empleos, además de trabajar en lugares en los que aumentan su rendimiento laboral y satisfacción, también encuentran la posibilidad de poder estudiar, lo que se traduce en adquirir experiencia y conocimientos académicos en un mismo periodo de tiempo. Esto los hace seres más productivos y competitivos para el mercado.
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Entré por el área de operaciones, allí pasé por todas las estaciones, desde hacer hamburguesas, hasta atender a los clientes, en ese cargo estuve por dos años. Luego pasé al puesto de entrenador de empleados, durante año y medio me dediqué a hacerle seguimiento a las personas nuevas para reforzar sus conocimientos. Hasta que salté a la parte gerencial administrativa, ahí también pasé por varias etapas hasta convertirme en gerente.
Mientras trabajaba y conocía todos los procesos que se manejan en la compañía, tuve que elegir entre estudiar administración de empresa o diseño, me fui por la segunda, la que me apasiona, porque la administración ya la estaba aplicando en el restaurante. Eso nos pasaba a muchos jóvenes, lo que veíamos en la universidad lo llevábamos a la práctica en el trabajo y así combinábamos nuestros conocimientos.
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El trabajo es ese lugar donde los jóvenes se dan cuenta que es necesario reinventarse a sí mismos y valorar los conocimientos adquiridos en la academia, y es ese momento en el que la construcción de identidad de una persona va cambiando, pues el trabajo está relacionado a entrar a en una etapa de adultez.
Es así como en esa necesidad por encontrar trabajos formales, son ellos los que se ocupan el mayor número de puestos en hoteles y restaurantes. Según el Dane, en 2016, la actividad económica que concentró el mayor número de ocupados menores de 28 años fue el sector del comercio, hotelero y restaurantes con el 28,8 %. Los servicios comunales sociales y personales solamente fueron ocupados en un 18% y los trabajos referentes a la agricultura solo tuvieron un porcentaje del 14,1%. (Lea también: ¿Formar o no formar? Cómo aporta la formación corporativa a los jóvenes en su primer empleo)
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Fueron 16 años de trabajo en McDonald’s, en los que aprendí todos los procesos de la empresa, pero sobre todo a transmitir la importancia del trabajo en equipo y a valorar a las personas. Entendí que su magia y su éxito está en la gente, en cómo ellos se sienten bien y eso lo reflejan con los clientes, en saber que sus procesos de entrenamiento no son solamente enfocados al negocio sino a la vida. En reconocer todo el tema de emprendimiento que tiene la empresa y así poder surgir en la misma.
En esta empresa me di cuenta que si era posible trabajar y estudiar al tiempo, aunque requería mayores esfuerzos, como cualquier trabajo, aquí tenía la oportunidad de cambiar el turno con un compañero o trabajar más o menos horas de acuerdo al tiempo que tuviera.
Todo eso me impulsó a ahorrar y crear mi propia empresa. Hace tres años decidí dedicarme a mi proyecto de diseño y fotografía publicitaria. Con la fortuna que a los tres meses un compañero me llamó a decirme que si sabía editar un video que tenían, yo le propuse hacer todo el material de la campaña interna de ceros, les gustó y en adelante siguieron llamándome para trabajar con otras áreas. Ahora soy un proveedor de McDonald’s, del lugar que me abrió las puertas al mundo laboral.
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Encontrar modelos de trabajo formales que le permitan a los jóvenes acceder al mundo laboral es lo que hace McDonald’s. Por eso empresarios como el fundador de Amazon, Jeff Bezos, y otros cientos de hombres y mujeres que han pasado por la cocina de la franquicia más importante del mundo han tenido resultados, en la mayoría de los casos, exitosos.
Como ellos, y en una escala más cercana y real, Pablo Jaimes es ese espejo en el que muchos jóvenes pueden ver que el mejor aliado para salir adelante es saber distribuir el tiempo y encontrar un balance entre trabajo y estudio.
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