
Laura Camelo y Ana Victoria, beneficiarias del programa de salud integral ‘Regreso Seguro a Casa’.
Las madres son el primer hogar que conocemos, el refugio donde late la vida antes de respirar. Ellas ganan batallas silenciosas, tejen esperanzas con hilos invisibles y cargan en sus cuerpos el milagro más frágil y poderoso: la vida. Así lo fue descubriendo Laura Camelo, protagonista de un testimonio de esperanza y de victoria.
Laura, de 29 años, y su esposo Javier, querían ser padres; desde hacía tiempo imaginaban con ternura el día cuando pudieran hacerlo realidad, pero el camino hacia ese propósito les hizo fortalecer la fe que los ha caracterizado.
Sigue a Cromos en WhatsAppAsí lo relata Laura, quien agrega que fueron tiempos de incertidumbre, diagnósticos, exámenes, y varias pruebas negativas, hasta que un día la historia giró a favor y confirmaron lo que su corazón sabía: un bebé venía en camino.
“Fue una sorpresa porque nosotros seguimos intentándolo y cuando yo me vi diferente decidí hacerme la prueba, que salió positiva. Yo estaba más que agradecida por ese milagro”.
Todo el embarazo fue tranquilo y saludable, y una noche de domingo, la pequeña Ana Victoria vio la luz del mundo en el hogar que tanto la había soñado. Ahora, la familia completa se disponía a volver a casa para seguir viviendo la gran experiencia.
“Antes de salir de la clínica nos entregaron un reloj digital, nos explicaron cómo usarlo para tomar la tensión y registrar los datos. Nos pareció super chévere porque es muy fácil de utilizar, solamente se toma la tensión tres veces al día y se reporta en el celular. Nunca imaginé que yo necesitaría de ese programa”.
Laura y su hija fueron integradas al programa ‘Regreso Seguro a Casa ‘, de Compensar Salud, que brinda atención integral a la madre y al bebé, en el posparto.
El reloj inteligente que, actuaba como un vigía constante, monitoreaba los signos vitales de Laura. Eso les permitió tomar las acciones correctas e inmediatas cuando, después de 72 horas de haber dado a luz, todo cambió.
“Pasamos la primera noche, claramente dura porque nos estábamos conociendo con la bebé. El segundo día también, pero ya el tercero comencé con la taquicardia y a quedarme sin aire. El miércoles estaba durmiendo y me quedé sin respiración, no podía ni siquiera hablar. Ese fue el primer episodio de ahogamiento. Ya el segundo fue el jueves en la mañana cuando yo estaba tratando de conciliar el sueño y me ahogué nuevamente. Ya ahí dijimos que no era normal, tomamos la tensión y estaba súper alta”.
Su esposo, angustiado, pero con la claridad de lo que había que hacer, escribió vía WhatsApp al equipo médico de ‘Regreso a Casa Seguro‘, del que recibió la instrucción inmediata de dirigirse a urgencias.
“En urgencias estuvimos, pero yo solamente iba como para que me miraran. Pero cuando entramos la tensión estaba súper alta y mi corazón estaba dejando de palpitar, por lo que me hicieron un electrocardiograma en el que confirmaron que mis palpitaciones estaban bajando mucho. Después de que hicieron el electro, me explicaron que podrían ser varias cosas: un trombo, el hígado que no estuviera funcionando bien, o una preeclampsia postparto. Y eso fue, tenía una preeclampsia severa postparto”.
Laura, odontóloga de profesión y empresaria, recuerda hoy, varias semanas después, esos angustiosos días en la clínica con alivio y gratitud.
La rápida acción de esta familia logró que Laura llegara a tiempo. Estuvo tres días en UCI: las enfermeras permanecían atentas y los especialistas revisaban su evolución, mientras la gran Victoria de la familia Beltrán Camelo—ajena al drama— esperaba en casa con su padre y abuelas.
“Salir con el programa proporciona seguridad. Pienso que para muchas mamás es importante porque pueden estar tranquilas, y gracias a eso pudimos tener una ayuda rápida. Es una bendición porque como parte del programa también (los médicos) pudieron venir a mi casa a chequearnos, no solamente a mí, sino a la bebé”.
La preeclampsia severa, esa condición que puede llegar de forma sorpresiva cuando todo parece haber finalizado bien, encontró una rival a la altura. Gracias a la detección temprana y a la respuesta inmediata, este episodio se convirtió en una historia que terminó en victoria: Laura volviendo a su casa para abrazar y amamantar a su hija.
“Cuando salimos de la clínica yo le decía a mi esposo lo bien que nos fue. Porque elegimos una muy buena opción que es Compensar, nunca supimos lo que nos iba a pasar, que íbamos a necesitar esa tecnología del reloj. Realmente importa la vida de las mamás y siento que para muchas jóvenes es importante, porque tener este programa nos ayudó a regresar a casa seguras: seguras las dos”.
La historia de esta madre amorosa, valiente y trabajadora es un testimonio contundente: el programa ‘Regreso Seguro a Casa’, de Compensar, contribuyó al bienestar integral de toda una familia y les devolvió la tranquilidad que necesitaban en ese momento para seguir celebrando el milagro de la vida.