Cuatro estereotipos de mujer en el cine

En el marco del FICCI 56, cuatro directoras conversaron sobre el cine desde sus experiencias como mujeres y madres. Miradas cruzadas al séptimo arte.

Por Redacción Cromos

05 de marzo de 2016

Cuatro estereotipos de mujer en el cine
Cuatro estereotipos de mujeres en el cine

Cuatro estereotipos de mujeres en el cine

Tatiana Huezo (mexicana), Mariana Viñoles (uruguaya), Josephine Landertinger (colomboportuguesa) y Natalia Smirnoff (argentina), como moderadora, se dieron una cita para hablar de varios temas femeninos en el cine del siglo XXI. En sus relatos dejaron entrever la necesidad que tienen por contar la realidad a través de los documentales y en algunos casos de la ficción con sus elementos favoritos. Cuatro miradas conjuntas, o no, a su fuente de vida, el ser mujeres, madres y directoras.

 

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Natalia Smirnoff: ¿Qué las impulsa a trasmitir la realidad?

Josephine Landertinger: Soy hija de padres binacionales y desde pequeña viví en varios países. Mi mamá es colombiana, mi papá asutriaco, nací en Portugal, crecí Sudáfrica, estudié en Alemania y vivo en Colombia, mi arte se deriva bastante de biografía. El tema de la migación, de las guerras, de mi identidad, me acompañan desde que nací, de ahí nace mi creatividad, mi inspiración. El tema de la mujer también es muy importante porque he trabajado con ONGs y sé el esfuerzo por el que pasamos para hacer las cosas, por eso no debemos caer en el esterotipo de decir "qué difícil es hacer cine para una mujer" porque la industria también depende de lo que hablamos, eso se refleja.

 

Mariana ViñolesEl tema de género me interesa, aunque es súper delicado, sin duda estamos hechos de muchas cosas y la sensibilidad femenina es muy particular, sin embargo, también tenemos una parte masculina. Hay elementos, herramientas de la narración que son claves para crear un poco esa diferencia. Por el hecho de ser mujeres y, dejando un poco de lado la lucha por la que hemos tenido que pasar, es complicado porque nosotras tenemos útero y nuestra vida cotidiana se complica más por cuestiones que nos tocaron a nosotras, sí queremos ser mamás tenemos que seguir trabajando, rodando películas, poder seguir conectado todo con tu propia sensibilidad, superar los obstáculos que se interponen para que no logres tu mirada.

 

Tatiana Huezo: Temáticamente, en mi caso, nunca me he planteado o he abogado una película pensando que iba a ser sobre mujeres, a cualquier creador le cuesta involucrarse en un tema, esa es una decisión muy personal y diversa. Soy madre desde hace poco y en la búsqueda de las historias, con esta nueva condición, se genera un interés, un vínculo con otras madres con las que me encuentro en el camino.

En el caso de Tempestad, la película que se está presentando aquí en el FICCI, las protagonistas son dos mujeres. Una de ellas busca desde hace 10 años a su hija y mi acercamiento a su historia, a su dolor es colocándome en sus zapatos. Fue difícil, casi insoportable de imaginar e intentar sentir en mi propia piel una situación similar. En ese sentido siento que la mirada y el corazón se conectaron desde un instinto maternal.

Algo que cambió un poco mi manera de hacer cine es mi hija. Mi esposo, el director de fotografía de mis películas, está siempre trabajando conmigo desde hace 15 años, por eso fue muy importante decirle al productor de la película que en el presupuesto debía existir un rubro para tener una niñera y un espacio para mi hija. Fue una nueva forma de trabajar, mi vida ha cambiado de una forma radical y antes que filmar u otra cosa necesito que mi alma y mi corazón estén en paz teniendo cerca a mi hija hasta el final del proyecto. 

 

 

Natalia Smirnoff: Y es que tener hijos y dirigir en este momento no es un impedimento, es una conexión a la creatividad, inluso...

Josephine Landertinger: Sí, tener un hijo mejora la creación, no la frena, cambian las condiciones de un rodaje, del esfuerzo, la concentración, pero hay que tener tranquilidad para que se genere la creatividad. En ese punto, y aunque no soy mamá, aún; porque estoy embarazada, es bueno tener el apoyo del equipo para que esto suceda, porque solo se debe reestructurar el proyecto, lo demás continúa y es genial que sea así.

 

Mariana ViñolesAlgo que me conectó profundamente con el nacimiento de mi segundo hijo es que fue mujer y, cuando nació ella pasó algo fuerte internamente, sobrepasando mi vida en el cine. Tenía que ver con mi historia familiar, me di cuenta que las mujeres no habían tenido un muy buen rol en mi familia y entonces me puse como una leona a defender a mi hija, frenando eso que estaba sucediendo.

Eso me cambió la percepción, casualmente en ese momento estaba haciendo mi primer película, una película de mujeres, me volví un poco más feminista, por cierto, tenemos una lucha y hay que continuarla, y sin ser pretenciosa, pero hay que hacerlo porque algunos no hay un privilegio con la sociedad y nuestras multifacetas nos deberían dejar incluso una mejor remuneración.

 

Tatiana Huezo: Hay que cumplir con muchas tareas como directoras y se intensifican más cuando tienes un bebé porque debes luchar por los espacios que puedan ser de ayuda para la película. No puedo vivir sin hacer películas pero tampoco lejos de mi hija, es cuestión de acoplarse y buscar beneficio.

En cuanto a lo creativo y práctico, la prioridad es lo más importante, en la película anterior, mis miedos, preocupaciones y dudas de como resolver una secuencia u otra tomaban mucho tiempo, ahora como madre hay un nuevo y extraño mecanismo que está directamente conectado con el instinto, creo yo, en el que uno desecha con una rapidez increíble todo lo que está como a medias, uno se vuelve más efectivo, el tiempo se aprovecha bien, uno va directamente al grano.

Tener un niño en set ordenaba todo el rodaje porque no hay nada más importante que los cuidados del bebé y cuando hablamos de este tema aportamos a la creación y a todos los elementos que están alrededor.

 

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(Izq - der) Tatiana Huezo, Mariana Viñoles, Josephine Landertinger y Natalia Smirnoff.


Natalia Smirnoff: ¿Por qué decidieron hacer documental y no ficción?

 

Josephine Landertinger: Yo estudie cine y periodismo en Berlín y me especialicé en cine documental porque lo que más me llamaba la atención era el cine posguerra en Alemania e Italia, me encantaba que el cine comenzaba a salir de los estudios y retrataba lo que se vivía en las ciudades, en las calles. No me sumergí en el periodismo porque siento que no me permite investigar historias por años, mientras que el documental sí. El documental me da eso porque me gusta trabajar con la vida y con las millones de historias para contar y para mí es un regalo poder hacerlo porque el cine es una herramienta poderosa para los cambios, podemos dejar nuestros mensajes.

 

Mariana Viñoles: Yo estudié fotografía en el extranjero y cuando volví a Uruguay se estaba dando la primera fuerza histórica izquierdista y con mi productor hicimos un registro de manera natural, él siempre estaba filmando. Así me encontré con mí misma, filmando, como siempre me había gustado en los años de la Universidad. Soy documentalista porque hasta ahora es lo que he hecho, es algo increíble y enorme. En mi equipo somos máximo somos dos, me encanta trabajar sola con mi protagonista y entrar a su vida. Para mi última película, que fue con Carolina, si yo no hubiera mostrado tanto interés en su historia, no habría logrado hablar con ella durante dos años cada dos veces al día, el documental me permite eso y me encanta.

 

Tatiana Huezo: Yo estudié en la escuela de cine CCC y allí la formación es inclinada a la ficción, el documental es como el hijo bastardo, el patito feo, así que todos mis trabajos fueron de ciencia ficción pero cuando terminé mis estudios hice mi primer documental. Tenía una pena de amor grande, estaba viajando con una directora neoyorkina en Veracruz y en ese viaje descubrí que una etnia de la sierra de Veracruz existían varias familias en las que vivían dos mujeres y un hombre, y yo con esa pena amorosa, regresé y viví un par de meses allí interesada en la historia, además porque era un caso común. Me encontré con todo tipo de historias, unas más oscuras que otras pero finalmente encontré la de amor. Antonia y Francisca son hermanas y llevan 50 años viviendo juntas, casadas con el mismo hombre, en realidad amándose.

Tardó mucho tiempo para que me aceptaran, no me hablaban, hasta que un día una de ellas me ofreció una tortilla y desde el siguiente día comenzó a contarme su historia. Me fui a vivir con ellos directamente, nos hicimos muy amigas y terminaron confesándome sobre sus cosas, hasta su intimidad y yo quería saber, más allá de cineasta, como mujer, quería entender cómo dos mujeres compartían el amor de un hombre sin tener discusiones, y me enamoré de poder entrar en la vida de otro, sentir cosas, emocionarme, de encontrar mi voz en la voz de otros, así nació mi camino, mi enamoramiento por el documental. 

Creo que el documental es una puesta en escena de la realidad sobre el mundo, un personaje y, aunque manipulo y monto muchas cosas, y la forma narrativa es similar, nunca es igual.

 

Josephine Landertinger: El documental hecho por un hombre no lo hace más o menos sensible por el hecho de ser hombre porque todos tenemos las dos partes, y dependiendo de la persona, se tiene uno u otro más desarrollado. Además nuestras películas seguro no se parecen en nada la una con la otra, la mirada femenina es diferente como mujeres en el mundo. 

 

Pregunta de una asistente, ¿consideran que actualmente hay machismo en la industria?

Josephine Landertinger: En el cine muy comercial existen muchos estereotipos pero en el independiente hay una cantidad de miradas, somos parte de la sociedad patriarcal y aunque tienda a terminar en eso debemos tener un poco de cuidado al generalizar y decir que es machista, porque no así en su totalidad. 

Natalia Smirnoff: Sí, y para cerrar esta charla, en Argentina, cuando yo empecé a trabajar hace 20 años era única mujer entre casi 40 hombres. Ahora, la gran mayoría son mujeres, es una cuestión de tiempo también, de seguir adelante, de crear esos espacios para que eso suceda.

 

Foto: Catalina Jiménez

Por Redacción Cromos

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