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¡A gozarse el matrimonio!

Aprende las claves para hacerlo a tu medida. ¡Toma nota!

Por Carlos Torres
15 de septiembre de 2016
¡A gozarse el matrimonio!

Para empezar hay que romper estereotipos. Despojarse de cualquier idea preconcebida, más si es negativa. Saber que matrimonio no es sinónimo de derroche; considerar que hacerlo al mediodía no es aburrido; buscar, por qué no, ayuda de un especialista.  “Es relativo decir que una boda es cara. Lo que en realidad se convierte en un dolor de cabeza es el desconocimiento. Resulta que te vas a casar y un primo de tu papá te va a prestar una finca, con la que supuestamente ahorrarás el alquiler del espacio. Suena bien, pero en realidad te están dando un problema que hará el presupuesto más costoso. Cuando te casas a las afueras de la ciudad, incrementa el transporte de los insumos, como alimentos y bebidas. A eso podemos sumar la cantidad de adaptaciones que debes realizarle a la casa”, dice Isabel Estrada, organizadora de bodas radicada en Medellín.

 

 

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¿Por dónde empiezo? ¿Qué se debe hacer? Un momento tan emocional se debe planear con calculadora en mano, a no ser que los novios estén dispuestos a botar la casa por la ventana. “Cuando no sabes cuánto te va a costar la boda, al contactar los proveedores, todos sirven. En cambio, si tengo anotado ítem por ítem y lo que puedo asignarle a cada uno, voy descartando lo que se me sale del bolsillo”, sugiere Estrada. Para Manuela Ramírez, editora de Lalibretamorada.com, un portal que reúne proveedores en Medellín, hay cinco elementos indispensables en unas nupcias: el arrendamiento del espacio, la alimentación, la decoración, el fotógrafo y la música. ¿Y la planeadora de bodas? “Mi matrimonio lo hice yo, porque tuve tiempo para estar pendiente de los detalles. Sin embargo, el día de las nupcias contraté a una asesora para que coordinara todo. La wedding planner es una figura muy útil. Los eventos deben tener coordinación y no deben caer sobre los hombros de los novios ni de sus familias. En seis horas se resume un año de organización”, responde Ramírez.

 

 

Según Isabel Estrada, hoy los matrimonios campestres están mandando la parada. La tendencia la marca la hora del día. Las parejas se están casando a las cuatro de la tarde, motivadas por la luz que quedará en las imágenes del fotógrafo. Si este es su caso, una decisión lleva a la otra. En caso de que la boda sea en la tarde (para que haya buena calidad en las fotos), los novios deben pensar en las consecuencias: el alquiler del espacio puede salir más caro; si el evento roza la noche, se debe brindar licor y música a los invitados.  “He ido a matrimonios sencillos, tipo picnic, en los que las mesas son estibas, con  estación de pizza, perro caliente y bebidas sin licor. O los hay tipo brunch, a las once de la mañana, en una finca, con una mesa grande, llena de panes, jugos, quesos y jamones, y con el rito simbólico y se acabó. No hay música ni trago, que son los ítems de la lista que más cuestan”, dice la periodista Ramírez.

 

 

En resumen, entonces, ¿cuánto vale una boda? “Vale lo que uno quiere que valga y lo que quieras gastarte. Si me dices que hiciste una de veinte millones y te quedó increíble, te voy a creer. Y si me dices ‘me gasté cuatrocientos millones de pesos y fue fantástica’, también te voy a creer”, resume Ramírez. Dicho lo anterior, antes de pensar en los gastos, primero hay que ubicar al matrimonio en su lugar: su logística es el reflejo de lo que se viene en la vida en pareja. Los novios deben involucrarse por igual, sin importar si las cosas no salen como estaban previstas. De eso se trata el amor: de aprender a compartir y de celebrar por igual. Y el matrimonio es el evento ideal para hacerlo de la mejor manera posible.

 

 


Foto: Istock

Por Carlos Torres

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