
AFP
"Una forma de demostrar que París nunca muere". En Le Carillon, como en toda Francia, la victoria de los 'Bleus' en el Mundial fue celebrada por todo lo alto. Pero la fiesta tuvo un sabor especial en este bar parisino, blanco de los atentados yihadistas de noviembre de 2015.
Tres años después de los ataques, "ser campeones del mundo aquí, es simbólico", explicó el domingo por la noche Benoît Bardet, un joven consultor en informática. "Venir aquí con mis amigos, era una forma de recordarlo y de demostrar que París nunca muere, incluso después de lo que pasó".
Sigue a Cromos en WhatsAppDelante de este bar del distrito X, en el centro de París, una multitud festeja el triunfo con banderas tricolores y camisetas del equipo francés.
"Ver todo el mundo en la calle así, es una locura", se emocionó Ludovic Guaignant, técnico electrónico, luciendo la camiseta de Griezmann. "No hay más problemas, ni racismo, todo el mundo se junta. Sólo con el fútbol se puede vivir esto".
"Perdieron clientes desde los atentados, esto permite apoyarlos. Y además te aplastan menos aquí que en la 'fan zone'" de los Campos de Marte, explicó Emma Passama, con una guirnalda azul, blanca y roja sobre los hombros.