
"El espíritu aventurero es lo que hace a un buen amante" Alessandra Rampolla
Aterrizo en Buenos Aires en la madrugada en medio de un cielo negro cargado de tormenta y, por primera vez en mi vida de ver tempestades, los relámpagos se me insinúan azules en forma de piernas que taconean con furia. Ya sé lo que se le puede pasar por la cabeza a alguien que va a verse con la mujer que dice en su Facebook, entre otras cosas, tener los tips perfectos para dominar la famosa técnica de “Garganta profunda”.
El encuentro es en su hotel, en Palermo, en una tarde muy húmeda. Allí me espera la puertorriqueña, Alessandra Rampolla, una de las féminas que más habla de sexo, por todos los medios, de forma abierta y apasionada.
Aprendí que su apellido italiano se pronuncia Rampola, sin pronunciar la doble L. Pola y no polla hay que decir. Igual no puedo evitar hacer cierta relación ociosa entre apellidos y oficios, como Sonia Braga y sus escenas desnudas, la mexicana María Rojo con su porno cultura y, ahora, Alessandra Rampolla y su discurso tan íntimo por debajo de la cintura.
Solo sus grandes labios y su sonrisa placentera me llevan de regreso a la mujer que veía hace unos años en televisión por cable, esta vez sin sobrepeso, con un bluyin que copia muy bien sus curvas, pelo rubio y en su cuello una gargantilla de oro blanco con un pequeño corazón que oscila sobre su escote, tan llamativo como un alpinista tratando de no caer al abismo. Cómo negar que ella es pura sensualidad, en lo que dice y en lo que calla.
En ropa interior
¿Qué perfume tiene hoy?
Dolce & Gabanna.
Lo primero que le ve a un hombre.
Me interesa la mirada y la sonrisa de un hombre. Soy muy de caras, no me importan los cuerpos para nada.
¿Su atrevimiento más reciente?
Bueno, no lo he hecho todavía, pero voy a hacer una campaña de ropa interior y eso para mí es miedo puro.
¿Y cómo la convencieron?
Me convencieron porque lo importante es justamente que no sea look de modelo y yo me considero una mujer muy normalita. Yo puedo de alguna manera contribuir a que la gente diga: “¡ah, mira, no es la flaca enclenque que se le salen los huesos”. Eso viene ya mismo. Pero es solamente para los argentinos, no te entusiasmes que no vas a ver nada por allá en Bogotá.
¿Hoy a qué le teme más la mujer frente al sexo: a parecer una inexperta o una veterana?
La mujer teme que los hombres piensen que sabe demasiado, prefiere que crean que es una mojigata. Si yo vengo y soy una monstrua en la cama y aquel viene y me dice: ¿dónde tú aprendiste eso? Como si un hombre hubiera tenido que enseñarte a hacer aquello. Pensamiento machista.
Un hombre hablando de sexo y una mujer hablando de sexo, ¿es notoria la diferencia?
El hombre tiene una comodidad que nosotras no tenemos. Él aprende a estar mucho más cercano con su cuerpo, como consecuencia de su anatomía, bajan los ojos y ya tienen el pene ahí. Nosotras tenemos que abrirnos, buscar un espejo, prender una luz. A ustedes se les valora, salgan y conquisten. A nosotras, cierren las piernas, que nadie venga, pero a quién conquistas si mis piernas están cerradas, no tiene sentido.
Alessandra Rampolla cuando era una mujer gordita, tengo la impresión, era más notoria en los medios. ¿Usted qué opina?
En la televisión yo me hice famosa y me hice conocida teniendo la imagen que no funciona en televisión. Yo no creo que la gente me siga porque piensen: “¡Ay qué simpática gordita!, o ¡qué insoportable flaca!”, lo que digan ahora, no sé. Creo que me siguen porque sienten que algo van a aprender, que a su relación de pareja le van a poder sumar algo, pero no me considero una figura pública que se destaca por su estética. Nunca entré a los medios pensando que mi imagen gordita era la imagen ganadora.
¿Cómo le gusta un hombre?
A mi me gusta un hombre que sea seguro, como mi novio, Bobby, que es mucho menor que yo.
Doce años menor que usted.
Si, ya hiciste la tarea. La verdad es que una de las cosas que más me gustó es que es un hombre que está muy bien plantado, y que le importó cero mi profesión. Él miró una nena que le pareció linda y simpática y dijo: “a esa nena yo la quiero conocer”.
La química es un poco de coincidencias pero también de decisiones.
Claro, claro. Yo tengo bastante buena nariz para olfatear por dónde viene la gente, y a él lo olfateé muy bien desde el principio que venía justamente encarándome desde el lugar que tenía que ser, más allá de que justo resultó ser la persona de la que me enamoré. ¡Es divino!
“La gente hace y deshace”
¿Lo más difícil de su trabajo como sexóloga?
Estar lejos de mi casa porque soy sexóloga mediática, porque no trabajo en medios de Puerto Rico, porque yo trabajo a nivel global y hacemos programas que se han visto en Sudáfrica, Asia y Europa. Yo viajo por el mundo y soy súper afortunada por esta vida no convencional que llevo, pero quisiera un poquito ser como mi hermana que lleva los niños al soccer y luego tiene que ir a buscarlos. Estar alejada de mis sobrinos, de mis papás, de mi familia, de mis afectos, lo extraño y me cuesta.
¿Cuánto está por fuera de casa?
Más de la mitad del año, seguro.
¿Y ahora viene por una buena temporada a Colombia?
Desde noviembre hasta marzo estaremos en Colombia grabando tres versiones del reality Escuela para maridos. La primera argentina se hizo acá en Buenos Aires y la segunda se va a hacer en Colombia. También se hace una primera temporada de Escuela para maridos Colombia, y otra versión México. O sea, desde Colombia va a salir la franquicia mexicana, la franquicia argentina y, obviamente, la colombiana.
Una mujer atractiva con una mente tan abierta frente al sexo ¿no se convierte en una tentación para muchos hombres?
No sé, no me entero. (Sonríe). Me llegan ecos, me dicen cosas lindas, pero no me hablan mucho desde el morbo, así que no estoy muy segura si estoy tan instalada en ese lugar...
...¡En la líbido de los hombres!
¿En la líbido? Tal vez sí y tal vez no. No quiero ni pensarlo. Sería raro pensar que sí, me pondría nerviosa y no quiero ponerme nerviosa así que mejor no. (Sonríe).
¿Y cómo abordar el tema del sexo sin parecer un depravado o una depravada?
Pasan cosas en la vida que te abren las puertas, aprovechas esas cosas y empiezas un diálogo con cualquier excusa para disfrutar con el tema, ya sea una película que viste, un artículo que leíste, algo que pasó. Bill Clinton, con Monica Lewinsky, abrió las puertas para muchas conversaciones de sexo oral en el mundo entero.
¿No hay que ser tan directo?
Depende de con quién estés fregando. Yo sé con quien puedo ser directa y con quién no. Yo sé que a mi pareja le puedo hablar muy directamente, pero a mi expareja no podía hablarle así porque se asustaba con algunas cosas.
Siempre surge la pregunta, ¿y ahora qué digo y ahora qué hago?
Cuántas amigas mías de juventud me vinieron a decir: ¿Qué voy a hacer cuando me encuentre con ese pene ahí de frente, lo miro, no lo miro, cómo lo agarro?
¿En qué proporción la consultan hombres y mujeres?
Igual. Ha sido algo muy sorprendente porque yo arranqué y me di a conocer en canales de cable dirigidos a la mujer, Cosmopolitan y Fox Life, y pensé que chicas entre 18 a 35 años me iban a seguir. Pero, un día, salí al shopping, te estoy hablando de 2003, y unos viejitos de sesenta y pico de años me persiguieron como por hora y media. Claramente eran mis fans, desde el principio mi público ha sido muy heterogéneo.
Hasta los 17 años entre monjas
Cada uno habla de sexo a su manera, ¿cuál es la manera de Alessandra?
Es muy importante no agredir a la gente, que lo que está bien para tí, chévere, y lo que está bien para mí, chévere. También es importante utilizar el vocabulario correcto, por eso si estoy hablando de un pene, te voy a decir pene porque es el nombre correcto y desde ahí podemos hablar, sin que se convierta en una cosa chancha. ¡Ah, y lo otro, es que soy hija de mi mamá, Ginette, que es muy chic! Yo siempre pienso, ¿cómo explico esto del sexo anal, si mi mamá estuviera sentada ahí, sin que se avergüence de mí? Y ahí le busco la vuelta.
¿Qué motivó su decisión de dedicarse al tema del sexo?
Mi curiosidad. Hubo un montón de cosas, yo estudié en una escuela superior de monjas, en La Academia María Reina donde jamás en la vida me hablaron de sexo. De séptimo grado a duodécimo, hasta los 17 años estuve entre monjas.
Muy pudorosa.
¡Pudorosísima! Las cosas que tenían que ver con sexualidad, en la clase de biología, eran obviamente las enfermedades, te ponían fotos de todo lo malo. Cuando llegué a la universidad, agarraba la tarjeta de mi papá y me iba a comprar libros de sexualidad que encontraba en los bookstores en Nueva Orleans, donde estudié. Yo quería leerme el capítulo de sexo oral para cuando tuviera aquella cita con el tipo que me gustaba, quedar bien, porque nadie me había explicado cómo se agarraba un pene y qué debía hacerle para pasarla bien.
¿Y ha vuelto al colegio?
Después de muchos años, me acaban de invitar a dar una charla.
En esa época de adolescente, ¿cuál era su gran ídolo femenino?
Mi ídolo femenino seguramente era Madonna. Yo toco piano desde que soy pequeñita. En la adolescencia lo mío era escuchar música y escuchar música. Y Madonna era de las grandes. Aunque era muy wild (salvaje) para mí. Ahora la miro y no me parece tanto, pero en aquel momento pensé que era muy wild.
¿Qué tan ingenua era?
Ingenua en el amor. Me río porque yo estaba convencida de que mi novio de cuarto año, con el que yo perdí mi virginidad a los 16 años, iba a ser el hombre de mi vida. Fue mi primer amor y mi primer desamor.
¿Qué tan desbocada es hoy?
La gente jura que yo ando por ahí enganchada a los candelabros, con botas de charol y látigos. Y no es una cosa así tan, tan.
Y un deseo de Alessandra aún por satisfacer.
Hasta el año pasado, la maternidad. Antes creo que me preocupaba muchísimo más el hecho de que no soy mamá de un hijo humano.
¡No me imagino sus hijas caninas!
Son muy distintas, te voy buscando fotos de las perras. (Saca de su cartera una postal grande con dos perritas tan pequeñas como los cojines en los que posan) ¿Viste? La blanquita es Lola Milagros y la oscura es Rita Cecilia.
¿Por ellas cambió su idea de la maternidad?
No es que deje de intentarlo, yo sigo buscándolo, nos encantaría, hacemos la tarea, pero hay una parte que es bendición divina de Papá Dios, que viene o no viene, eso no lo controlo yo, no lo controla mi novio y mi manera de pensar es, simplemente, que eso que es incontrolable no voy a permitir que controle mis emociones.
¿Suma ya 40 años?
41.
¿La edad pesó en su deseo de la maternidad?
Pesó. Antes, por eso digo, hasta los 40. Pasé los 40 y fue como que, ¡ah! Ya los pasé, bueno, pues, no tengo hijos. Mi hermana tiene 3 niñas y mi hermano tiene 3 hijos también, pero mi hermana en particular es ginecóloga y cuando llegué a los 35 me mandaba mensajes de texto diciendo: “¿qué vas a hacer? ¿Cuándo?”. Y eso me generó mucha presión. Ya no la siento de la misma manera, la palabra no es superar, porque no es algo superable el sentir ganas de tener un hijo.
“Los colombianos son calientitos”
En su perfil de Twitter se describe como boricua en continua evolución, sexóloga, T.V. Host, autora, madre de dos hijas caninas, enamorada de Bobby.
Eso lo escribí yo.
¿Con cuál se quedaría, de todas estas descripciones?
Enamorada de Bobby y las hijas caninas. Siempre voy a elegir la vida personal sobre las cosas que hago profesionalmente, porque es donde más me lleno.
¿Ha encontrado diferencias en algunos países frente al sexo?
Mientras más al sur te vas, Argentina, Uruguay, Chile, los encuentro mucho más abiertos con el tema de hablar de sexo. Y a medida que vas subiendo hasta México, va subiendo lo puritano, donde es más difícil que la gente se mida a hablar de sexo. Son mucho más pudorosos.
¿Cuáles son más liberales?
Los argentinos.
¿Y los más conservadores?
México y Guatemala son bastantes conservadores.
¿Y los colombianos dónde quedan?
En el medio. Los colombianos son calientitos igual que los puertorriqueños. Ustedes bailan mucha salsa, tienen esa cosa sandunguera que está bien buena, pero no están tan bien informados. El tema educación sexual es muy importante porque te da las herramientas.
¿Qué le dicen las colombianas que la consultan?
Hay mucha queja en las consultas que me hacen, desde lo técnico, desde: “no llego tan fácilmente a un orgasmo, cuando estoy con mi pareja”. Falta un poco más de entendimiento y de equidad en el manejo de los deseos y los placeres, que no sea una cuestión tan falocéntrica dirigida al placer del hombre, todo esto es lo que veo mucho en la preguntas que me hacen.
¿Qué quieren las mujeres de un hombre?
Porque vas a pasar tu mayor tiempo con esa persona, debe ser tu persona favorita en el mundo, que te respete, que te trate bien, que ande contigo, lo demás se maneja, el sexo se maneja. El carácter de un ser humano es mucho más difícil, así que hay que elegir bien.
¿Qué no quieren las mujeres de un hombre?
Sentirse solas estando acompañadas, eso no lo quiere ninguna mujer.
¿Quién o qué es el mayor censor de la vida sexual?
La cabeza, el mal aprendizaje, el que alguna vez te dijo que aquello estaba malo y te creíste toda la vida y ahora tienes cargo de consciencia cada vez que haces aquello. La cabeza te lo daña todo. Hay que pensar sin prejuicios. Hay que pensar desde un lugar humano, no desde el lugar sensacionalista que te venden las revistas y la televisión.
¿La pornografía es educación sexual o es ciencia ficción?
Es ciencia ficción muy divertida y que nos calienta mucho y la queremos preservar, hay que saber lo que se está viendo. No es representativo de la vida real, pero ¡qué chévere! sentarnos un ratito y disfrutar de aquello, escuchar los gemidos, fantasear y calentarnos.
Un consejo sexual para el que pasa de los 50.
Este tip le puede servir a uno más jovencito pero también si es pasado de los 50. ¿Qué hace un buen amante? Una pregunta que me hacen mucho. El espíritu aventurero es lo que hace la diferencia. Un buen amante, para mí, es el que ante un nuevo cuerpo se pone el gorro de espíritu aventurero y dice: “vamos a explorar, vamos a sentir qué hay aquí”. Y no el que actúa con el preconcepto de aquí voy a hacer esto, después esto y finalmente aquello.
“Sexo, ¡hasta que me muera!”
En el mundo virtual, ¿cómo entra la vida sexual?
Entra por todas partes.
Pero lo digital ¿completa o desvía la vida sexual?
Ni la completa, ni la desvía, la puede complementar. Yo estoy aquí, mi marido está en Puerto Rico, ni lo huelo ni lo toco. Que cada quien se esté tocando en su casa, eso no es un problema ni es una desviación, es simplemente una situación de distancia. Es una experiencia distinta y tal vez en otro momento vuelves y tocas.
¿Pero si se queda solo ahí, a distancia?
Si la única manera que tú tienes de calentarte y de que tengas una erección es frente a la pantalla de tu computador, tienes un problema. Lo que no quiere decir que si te gusta mucho y te requetepone súper firme sea un problema, siempre y cuando en otras circunstancias también tengas erecciones.
¿Es cierto que los temas recurrentes en sus consultas son la masturbación femenina y el sexo anal?
Son los dos temas más tabú para la gente. A mí me llama mucho la atención porque la masturbación femenina es como muy de principiante, y el sexo anal es un poquito más avanzado. Son temas de los que todo el mundo quiere saber, aunque sea por morbo o por curiosidad, pero que no le gusta admitir que lo practican, ni que lo disfrutan. Cuando yo hago mis presentaciones públicas y hablo del tema del sexo anal, cuando tomamos por escrito las inquietudes del público, aparecen muchas preguntas pero nadie quiere admitir que las hizo.
En el 2008 se hizo el bypass gástrico, y pasó de ser la mujer gordita encantadora a ser una mujer encantadora, ¿qué la motivó a cambiar?
Las ganas de ser mamá. Fue todo un tema en mi vida. Me había casado y estábamos queriendo hacer una familia y no me sentía a gusto con la idea de encarar una maternidad estando con tanto sobrepeso.
¿Y qué pasó?
Pensé que necesitaba tener en control lo que yo no estaba pudiendo controlar, que era mi peso, para entonces poder enfocarme en tratar de formar mi familia con mi esposo. Me hice la cirugía, bajé de peso, el matrimonio al final no funcionó y sigo buscando el bebito.
¿Cuántos kilos se quitó de encima?
Más de 100 libras, te diría.
¿Hasta cuándo el sexo?
Hasta que me muera, hasta que estire la pata.
¿Para todos?
Para todos. Sí, para ti también. (Sonríe). Hasta que estires la pata, literal, sí. Hay tantas maneras de disfrutar de nuestros cuerpos, no hace falta tener el pene erecto, con manitas y boquitas basta. Si nos damos ricos mimos y la pasamos súper bien, ¡eso se puede hacer toda la vida!
Su apellido.
Rampolla. Italianísimo, de la Sicilia. Con doble ele, pero se pronuncia como si fuera una sola.
Rampolla. ¿Nunca la han molestado con su apellido?
Si me molestan ni me entero, ni me importa. La gente lo lee y obviamente una persona que habla español no sabe que es italiano y lo va a leer Rampolla. Yo me encargo de decir que es “Rampola” y ya.
¿Intimida a los hombres con su franqueza frente al sexo?
Si los intimido no me interesan, así que para mí eso me sirve. (Sonríe). Porque es una manera fácil de descartarlos. A mí no me gusta un hombre que venga muy frontal, el que viene pensando, “es sexóloga, me va a dejar como una media”. Pero tampoco me gusta el que viene pensando, “uy, no me atrevo a hablarle porque es sexóloga, que miedo tengo”.
¿Qué significa eso de “dejar como una media”?
En Puerto Rico, una frase muy común es que “te tira como una media”, quiere decir que en el sexo te “racatán”, que te agarra y te parte, te deja hecho trizas, como a las medias cuando las doblas.
Un piropo que no soporte.
Este: “¡arroz, que carne hay!”. En Puerto Rico te ven pasando y te ven como un buen bife y te piden a gritos: “¡arroz, que carne hay!”. ¡Horrible!
Fotografía: Nicolás y Patricio Pérez Gentileza, Revista CONVIVIMOS
¿Nos falta desinhibirnos más en la cama?
Nos falta desinhibirnos más para hablar del tema de la cama. En la cama la gente está bastante desinhibida. La gente hace y deshace pero no lo puede decir en voz alta. Nos ponemos en unas posturas con el sexo y después no se comenta nada, a mí eso me parece muy extraño. La comunicación te permite evolucionar. Me gustó esto o aquello, tal vez intentamos otra cosa, empiezan a surgir ideas y fantasías. La comunicación en la pareja, verbal y no verbal, es lo que la engancha, es lo que la pega, es el cemento.
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