Andrea Landa: "Me siento cómoda con mi feminidad"
Profesión: Diseñadora.
Lugar de nacimiento: Medellín.
Edad: 29 Años.
Todavía le cuesta creer el momento por el que está pasando. Desde aquel día en que su trabajo de grado del Istituto Marangoni ,‘We grew up with folktales’, se convirtió en la carta de entrada a la escena del diseño de modas en el país en Cali Exposhow de 2012, se vino una cascada de propuestas y nuevas vitrinas para sus diseños. Después de mostrar sus diseños durante tres años consecutivos en Colombiamoda, este 2015 le trajo, por fin, sus primeros reconocimientos: se fue de viaje a Turquía para recibir el premio ‘Designer Award’ de IAF (Institute Apparel Federation) —que reconoce el trabajo de los diseñadores más promisorios del panorama mundial— .
Su talento, que se expresa en la suavidad de la seda y el rigor del cuero, es el reflejo de una mujer nómada que empezó a olfatear el mundo desde adolescente, a impregnarse de los acentos de los viajes. A los 18 años se fue a París a estudiar francés y empezó a coquetear con las artes. Hoy, ver una prenda suya o admirar a quien la luce es comprender una nueva expresión de la feminidad. Más universal, más radical, si se quiere, muy Andrea Landa.
Sigue a Cromos en WhatsAppAndrea se siente cómoda con su feminidad, pero reconoce que le cuesta encajar en los roles típicos de la mujer: “No estoy pendiente de todo, de las flores, del mercado, no puedo estar atenta a las necesidades de una casa”. Pero admite que ser mujer es una gran ventaja en su profesión: “Tengo un sentido de lo femenino muy despierto y me conecto con mis clientas de forma fluida. Me gusta ser mujer y trabajar en este universo porque hay afinidades estéticas innegables”.
Después de vivir ocho años fuera del país y de pasar por varias ciudades europeas, le costó regresar y adaptarse al estilo de vida latinoamericano. Es independiente, solitaria y los aires góticos de sus diseños no son meros asuntos estéticos. Andrea casi siempre viste de negro y en sus 1,75 de estatura, sobresalen unos ojos color miel de innegable mirada melancólica.
El 2016 ya tiene un rótulo en sus planes: llegar a los mercados internacionales; establecer contactos, participar en ferias; en definitiva dar el salto que le permita crecer más con una propuesta única y firme en su identidad. Mientras tanto, la veremos enfocada en la experimentación, en la búsqueda de nuevas técnicas y “en el compromiso de mostrar el valor de la artesanía colombiana”.
Foto: Luis Felipe Escobar.