Año bisiesto, un día más para crecer
Por: Elena María Molina
elenamariamolina@gmail.com
Qué interesantes las herencias que hasta hoy perduran de los amores de Cleopatra y Julio César. Él se enamoró, no solo de la última reina de Egipto y de la figura femenina más célebre de la Antigüedad, sino de los conocimientos milenarios acumulados por los constructores de las pirámides. El calendario egipcio era más acorde con la naturaleza y los astros, que el utilizado en Roma.
Sigue a Cromos en WhatsAppSobre estos aprendizajes, a pedido del emperador romano, el astrónomo Sosígenes de Alejandría elaboró el calendario Juliano, fijando la revolución solar a los 365 días, para implementarlo como el calendario oficial del imperio romano, en el año 46 antes de Cristo, mediante un ajuste que llevó el año a 445 días.
Todos los cambios estuvieron muy ligados al desempeño de la estrella Siruis (Alpha Canis Majoris), o la estrella perro, que es la más visible desde la tierra después del sol. Además de proveer información crucial sobre las crecidas del Nilo, el movimiento de esta estrella daba inicio a un nuevo año, aunque cada cuatro se retrasaba un día en salir. El calendario Juliano (inspirado y promovido por Julio César) estuvo vigente hasta 1582 cuando el papa Gregorio XIII instauró uno nuevo —que luego tuvo 2 ajustes— y es el que nos rige hoy.
En Centroamérica, los mayas conocían los bisiestos. Para ellos, los años eran el norte, el sur, el este y el oeste. Cada vez que se terminaba este grupo, había un año de ajuste en la sociedad y en el interior de cada ser humano.
Cada 4 años o los años divisibles por cuatro son bisiestos porque a cada año le sobran 5 horas, 48 minutos y 45 segundos, y sumados dan un día: el 29 de febrero.
Durante mucho tiempo se pensó que los bisiestos eran años de mala suerte y no lo son. Es un día más, únicamente. Un día de ajuste para crecer y mejorar. Y si bien es cierto que en bisiestos han ocurrido grandes catástrofes como el hundimiento del Titanic, el asesinato de Robert Kennedy, de Martín Luther King, de Indira Gandhi, de John Lennon, los demás años, como este, no están exentos de eventos que conmocionan la humanidad.
Hay acontecimientos importantes en bisiestos: nació Rossini, Lord Byron, Michel Jackson se ganó ocho premios Grammy. En un bisiesto la película Lo que el viento se llevó ganó ocho premios Oscar y cuatro bisiestos más tarde los Beatles se ganaron un Grammy…
Hay tradiciones de todo tipo que aún perduran, por ejemplo, en Irlanda el 29 de febrero es el único día que las novias pueden pedir matrimonio a sus novios y si el hombre no acepta debe pagar una “multa” simbólica. Y los niños que nacen el 29 de febrero reciben un premio de cien euros. En cambio, los griegos evitan casarse ese día, creen que trae mala suerte.
Y como nos lo repite el cuento: “¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¡Quién sabe!”. Todo tiene dos caras y variados puntos de vista.
¡Agradecimiento y buena actitud este 29 de febrero! Un día más para ser mejores, cuidar nuestros valores, cuidar la Madre Tierra.