
Los arándanos morados o blueberries son más comunes y tienen los mismos beneficios para la salud.
Este pequeño fruto hace parte de los llamados frutos rojos o del bosque, y tiene un lugar especial dentro de la nutrición por sus propiedades medicinales.
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El arándano no solamente es delicioso sino, además, se utiliza en muchos tipos de tratamiento para la salud de la piel, para mejorar las funciones cognitivas y para prevenir las infecciones urinarias que aquejan principalmente a las mujeres.
Si quieres tener una buena fuente de beneficios, intenta plantando arándanos en tu propia casa.
Necesitas:
· Una matera con buen drenaje
· Arándanos rojos frescos (se consiguen en mercados especiales)
· Tierra negra y hojas de jardín
· Arcilla (puedes usar de papelería)
1. Germina la planta
Toma algunos arándanos, retira la pulpa y limpia las semillas. En un vaso de agua deja las semillas por 24 horas. Al finalizar, tendrás unas semillas que flotan en la superficie, y otras que se habrán ido al fondo. Las que flotan las puedes botar, pues tendrán pocos chances de germinar. Toma únicamente las que se hundieron al fondo del vaso y ponlas sobre una servilleta húmeda en un lugar no muy frío. Después de una semana o 10 días podrás ver que de la semilla habrá nacido un germinado.
*Tip: para mantener la servilleta húmeda puedes rociar con agua una vez al día.
2. Prepara la matera
Escoge una matera mediana que puedas poner cerca de la luz del sol en tu casa. Puede ser de plástico, de cemento o de barro, pero debe tener orificios en la base, pues de lo contrario las raíces se pueden podrir. La tierra que necesitas debe tener un PH ácido, por lo que una vez tengas una matera con un buen sistema de drenado, debes llenar el fondo con una capa de arcilla expandida. Encima puedes poner la mezcla de tierra negra y hojas, no debe quedar hasta el tope, sino con un espacio del borde de unos 10 cms.
3. Siembra
Aquí puedes plantar el germinado de arándano. Haz pequeños orificios en la tierra y coloca las semillas germinadas. No las cubras por completo, deja que reciban luz.
4. Riega y cuida tu planta
Riega una o dos veces por semana, y procura poner tu planta en un lugar en el que reciba luz. No debe ser demasiado intensa pero tampoco bajo la sombra, al menos, debería recibir unas 6 horas de luz al día.
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