
Camila Quintero: “Quiero devolver lo que la vida me ha dado”
Profesión: Estudiante de gestión cultural.
Lugar de nacimiento: Medellín.
Edad: 22 años.
Su momento de mayor disfrute se describe en pocas palabras: capuchino, libro, vino, lentes medicados y soledad. Camila elige un rincón silencioso y se dispone a disfrutar de una bebida amigable para el espíritu y una grata lectura. Hoy la ocupa Haruki Murakami con su texto de relatos cortos: Hombres sin mujeres.
Cuando habla del ser mujer, la respuesta es rápida y clara: “Se trata de ser integral, expresar los sentimientos que afloran, somos seres más emocionales, sin que eso nos quite capacidades. Es lo bello de nuestro ser maternal, emocional y capaz”.
Camila prosigue con su tono sereno y expone sus emociones. Mientras se ajusta un abrigador poncho, cuenta que en su ser interno y femenino, siente que como mujer tiene la obligación de ser líder, en el sentido de cambiar mentalidades. “Tenemos la obligación de luchar por los derechos de las mujeres”.
En cuestiones de ejercicio profesional, insiste que debe ser un modelo de vida, un agente de cambio social y cultural. “Me siento bendecida por la vida, por las oportunidades que he tenido y soy consciente de que hay que devolverle a la sociedad lo que nos ha dado. Eso intento y eso quiero hacer a futuro”.
Cuando habla de lo que viene para ella, se refiere a la carrera de Gestión Cultural, que cursa en la Universidad EAN, de Bogotá, que más adelante quiere complementar con una maestría en negociaciones de paz y resolución de conflictos. ¿Por qué? “Porque todos tenemos el deber de cambiar nuestra realidad y nuestro entorno”.
Dice, sin titubear, que lo mejor de ser mujer es todo. “El hecho de saber cuándo están actuando nuestras hormonas nos hace especiales y diferentes. Somos multifacéticas, versátiles. Seres únicos, sensibles y no por ello menos capaces”.
El instante Camila, el que la define y el que más disfruta es la soledad, es su propia compañía. Toma un buen libro, pide un capuchino deslactosado con adición de vainilla y se sienta a leer. “Esa soy yo. Ahí está Camila reflejada, en la mejor compañía que son los libros, que te dan todo y no te quitan nada”.
A ella, la de 1,75 de estatura y pinta de nerd, gracias a sus jeans con tenis y lentes de pasta gruesa, no le gustan los libros de superación personal (si acaso se ha leído uno), prefiere los que cuentan historias y le permiten viajar.
Camila siempre está viajando, bien por su trabajo, que la ha llevado hasta Nueva Zelanda, o por su rotunda pasión por la lectura.
Foto: David Schwarz