Ridiculizar a una amiga por no haber visto un clásico de cine
Es cierto que existen películas imperdibles, clásicos cinematográficos obligatorios pero si en una charla te enteras de que uno de tus allegados no ha visto alguno de los títulos que para ti son vitales, déjala tranquila, no la ridiculices, no le hagas pasar una pena por algo que realmente no es un delito.
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Poner en tu firma de correo electrónico, la que aparece al final de un mail, una frase de algún personaje célebre
Era muy acertado cuando se escribían cartas en papel y las frases se buscaban en libros o incluso en internet, pero ahora no cuando se pueden copiar y pegar. Resulta una actitud egocéntrica e innecesaria, además de evidenciar falta de originalidad.
Besarte apasionadamente en público
Este tipo de actos son privados y no merecen público. En realidad, a nadie le interesan este tipo de exhibiciones. Pero más grave que hacerlo en una en la calle, resulta desagradable en medio de una cena con amigos o una reunión, eso si es realmente incómodo para los que están a tu alrededor.
Subirte al Transmilenio antes de que se bajen los pasajeros
Nada más molesto que una persona apurada que se vuelve mal educada. ¿para qué quieres entrar antes de que se bajen quienes vienen en el articulado si no vas a tener un lugar donde ubicarte? Espera, deja la ansiedad a un lado y súbete cuando puedas por lo menos dar algunos pasos dentro del bus.
Pedirle a un amigo que te de un retweet.
Consigue seguidores por tus propios medios, invéntate frases célebres, busca artículos interesantes y menciona a alguien que le pueda interesar, pero no pidas que te den un retweet, perderás todo el respeto.
Foto: Istock.