Que lo que importa es el porte, entonces salen a flote las más altas e imponentes. Después que no, que lo que cuenta es esa belleza discreta y elegante, y la mirada entonces se va hacia las féminas clásicas. Luego, que no, que lo esencial es la alegría que irradien a la hora de caminar por una pasarela, y afloran las irreverentes y dichosas. Que con las muy calladas no pasa nada, pero que las muy arrolladoras cansan.
¿Cómo escogerlas? Que las muy espontáneas suman, que las muy estrategas avanzan, que las muy buenas compañeras pasan sin pena ni gloria. Que las excesivamente competitivas triunfan así no sean las favoritas de la prensa. Que unos rasgos exóticos marcan la diferencia, que un color de piel morena prende las alarmas, que unos ojos claros subyugan. ¿Cómo escogerlas? Que, a veces, es mejor que sean muy seguras así no se desborden en ternura. Que las más relajadas triunfan porque no se comen el cuento ni se estresan. Que un cuerpo sano y fuerte pone a volar un rostro anodino. Que una cara angelical suaviza un cuerpo sin curvas. Que la elocuencia marca la diferencia. Que las latinas son una apuesta fija. Que no, que mejor las rubias. Que las muy distinguidas son regias. Que las que vienen de muy abajo se vuelven emblemáticas. Que la clave son las medidas: 90/60/90. Que el vestido de gala puede ser un pedestal o una cripta. Que las que son muy favoritas desde un principio, por el camino, su protagonismo se desinfla.
Sigue a Cromos en WhatsApp
Todos estos puntos de vista las rodean. Cada comentario viene con su prueba reina. Todo suma o todo resta. ¿En qué clasificaciones de las expuestas cuadra Lucía Aldana Roldán, candidata del Valle, y ahora nueva Señorita Colombia? ¿En el de la bella tímida? Quizás. Lo cierto es que siempre fue una mujer que atrajo nuestra atención. Por algo fue una de nuestras invitadas, junto a la virreina, la señorita Huila, a la portada con las favoritas de CROMOS, y también posó para la carátula del Minicromos 2. ¡Larga vida a la reina!