No sé si eso que pensábamos que era amor era una ilusión. No sé si nos estábamos enamorando o si nos queríamos enamorar. No sé si nos apresuramos demasiado y hay vuelta atrás, o si íbamos en la dirección correcta y eso fue lo que nos ‘paniqueó’. De pronto todo fue un ‘pajazo mental’. Quizás pensábamos que íbamos a sentirlo en algún punto, pero las promesas en el amor siempre son absurdas.
Tal vez el problema fue intentar enamorarnos a la carrera y no conocernos con calma para ver si el amor pelechaba. Vos decís que nos idealizamos mucho, sin conocernos tanto. Como dice la canción “Sé que el amor cuando es real, ese vuelve, vuelve” y por eso “Me rehúso a darte un último beso, así que guárdalo para que la próxima vez te lo dé haciéndolo”.
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Es posible que no queramos separarnos porque sabemos que es lo que siempre habíamos buscado. Pero para los dos eso es insuficiente. si no sentimos esas mismas ganas de antes. Siempre es posible que tengamos que separarnos y no estamos obligados a estar juntos. No tenemos que estar juntos, no tenemos que nada. Si compartir tiempo es lo que queremos, no le pongamos nombre. Veamos qué pasa.
Estuvimos mucho tiempo lejos y eso hace que uno escuche más su cabeza que sus emociones, y que la intimidad y la comunicación se escondan. Hoy, la solución que escogimos fue escuchar lo que sentimos, sin pretensiones a futuro. Ambos creemos que, como dice la canción de Popstitute, “No existe un antídoto cuando se acaba el amor”. Por eso, el pacto de confianza ahora es comunicar, de la forma más transparente posible, todo lo que sentimos. Es muy temprano para estar dedicando Rosa Pastel, de Belanova: “Tú y yo ya no existimos”. Es hora de dedicar a Luis Fonsi: “No tengo prisa, yo me quiero dar el viaje, empecemos lento, después salvaje”; o a Julieta Venegas: “Poco a poco olvidar el tiempo y su velocidad, frenar el ritmo, ir muy lento, más lento. Ser delicado y esperar”.
No te las dedico en tono de promesa: no te prometo que te voy a amar y si te amo no te prometo que lo voy hacer por siempre. Te juro mandarte para la mierda si descubro que nunca voy a amarte y no te puedo asegurar si podré ser sólo tu amiga. La única razón por la que quisiera seguir este proceso contigo es porque me da la gana y lo único que espero de ti es que, por honor y respeto a nuestro cariño, siempre que estés conmigo es porque te da la gana. Nuestro punto de partida, siempre, debe ser la letra de Belanova: "No hay un botón que lleve a la felicidad, y el rosa pastel y la luna de miel son puros clichés y tonterías".
Foto: iStock.