Estimulación indirecta
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La ropa interior, los roces, y acariciar tu vulva se pueden convertir en los mejores cómplices de tu pareja. Esto te ayuda a explorar y a descubrir nuevas sensaciones que no te van a causar dolor o incomodidad, por el contrario van a hacer que califiques la intensidad de los orgasmos provocados por estas nuevas sensaciones.
No te conformes
Las dos manos pueden ser muy útiles para realizar esta práctica. Tu pareja puede estimular tu clítoris y tu ano al mismo tiempo, logrando así que la pelvis y labios, el periné y abertura de la vagina, el clítoris y el punto G, se unan para que tengas una explosión de sensaciones únicas y para repetir.
Acariciar zonas erógenas
Que te masturben no significa necesariamente que deba existir únicamente un contacto con tu clítoris. Sugiérele que se salga de esa área y explore zonas erógenas que también despierten placer como el cuellos, los pezones, la entre pierna, y las nalgas. Atrévete a salir de la rutina sexual, tu cuerpo también habla por ti. (Aprende a explorar las zonas erógenas femeninas)
Enséñale
Esto es lo más sexy que puedes hacer. Además de convertirse en una motivación para que siempre tenga ganas de estar contigo, sabrá encontrar el punto exacto para enloquecerte de pasión. Mastúrbate en frente de él, guíale la mano para que continúe con el trabajo, y ambos entren en un estado de excitación que les permitirá conectarse de mejor forma sexualmente. (Las ventajas de la masturbación femenina).
Foto: Istock