Por:
Eduardo Gutiérrez y María Isabel Zapata.
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Cometeríamos un error si dijéramos que el único espejo de ilusiones en las dos primeras décadas de la revista fue Francia. Realmente es Francia como estereotipo, pero es la nobleza europea la que inspira a las damas que llegan al hipódromo en automóviles lujosos para exhibir la última moda. El reportero no se ocupa del caballo ganador y mucho menos del jinete anónimo porque gira el lente hacia la tribuna. “¿Viste quién fue?”. Esa frase seguramente detonaba un chismorreo entre los lectores; unos porque jamás saldrían en la página social y otros porque se prepararían para captar la atención del fotógrafo la próxima temporada.
26 de octubre, 1918.
Finada refinada
Con motivo del deceso de la dama de sociedad Ana Uribe de Brigard, se publica su fotografía de finales del siglo XIX con un atuendo inspirado en la usanza europea.
Si se deseaba figurar había un camino más fácil: bautizos, matrimonios o fiestas de salón. No es difícil imaginar la sofisticación de la tarjeta de invitación, seguramente repartida por el loquito Pomponio. La revista registra eventos como los 15 de la señorita Elvira Valenzuela y el matrimonio Mazuera-Aya, que se realizó en un club exclusivo de Bogotá, pero que bien podría haber sido en Cali, Medellín, Barranquilla o Cartagena. ¿Correrían los invitados a comprar la revista para verse o solamente lo harían los excluidos para enterarse y desear un baile igual? Es una pregunta de la que no tenemos respuesta aún. Lo que podemos asegurar es que eran páginas que evidenciaban lo que representaba la alta sociedad.
17 de agosto, 1918.
De punta en blanco
Baile de la alta sociedad en el Gun Club en honor de la Embajada Británica. "¡Digan whisky!", debió decirles el fotógrafo.
A pesar de la burbuja en la que vivían las élites, muy pronto la revista puso en evidencia que existía un mundo más grande, como se vivió con la peste de la gripe o influenza española. Esta epidemia de 1918 cobró las vidas de acomodados y humildes en Bogotá, y les recordó a sus habitantes que no había escondite en ningún rincón del mundo para la muerte, ni las bellas y jóvenes damas, ni los bebés se salvaron de su visita.
26 de octubre, 1918.
Bella víctima
En portada, MariaCristina Pradillaprimera víctima de la peste de gripa.
Mayo de 1918.
Caricatura en la corrida de toros.