Publicidad

Damas de primera

Las mujeres más importantes en la vida de cuatro de los candidatos a la Presidencia separaron un rato en sus apretadas agendas para encontrarse en la Casa de Nariño y posar en la edición número uno de la revista Ellas.

Por Mariana Suárez Rueda
30 de abril de 2010

La primera en llegar, en una camioneta negra, fue Adriana Córdoba, esposa de Antanas Mockus, a pesar de haber quedado atrapada en uno de los interminables trancones de la calle 26. Le siguió Luz María Zapata, esposa de Germán Vargas Lleras, que para no complicarse prefirió movilizarse en taxi y caminar por toda la carrera 8ª hasta la entrada de Palacio. A los cinco minutos apareció un BMW negro en el que venía Laura Pardo, la hija mayor de Rafael Pardo. A diferencia de las anteriores, ella traía la ropa para las fotos en ganchos, debidamente planchada y empacada como si acabara de salir de la lavandería. Un accidente en la Avenida Circunvalar retrasó a Verónica Alcocer, esposa de Gustavo Petro, quien llegó 40 minutos tarde.

Se saludaron todas con un cálido abrazo que se sintió como un gesto de solidaridad. Para ninguna han sido fáciles estos últimos meses. Sin embargo, todas se veían hermosas, llenas de vitalidad y de energía. Eso sí, con la mirada siempre puesta en el reloj, pendientes de no llegar tarde a su próximo compromiso. Aunque algunas ya habían entrado a la Casa de Nariño, a ninguna le causó gracia que las obligaran a dejar sus celulares en la recepción.

Desde hace más de cuatro meses, sus días comienzan al amanecer con las primeras llamadas de los periodistas y terminan entrada la noche con los últimos cocteles, reuniones y eventos de la jornada. Sin embargo, a pesar de la tensión que las agobia, estas cuatro mujeres sonrieron desprevenidas durante casi dos horas ante la cámara, en medio de chistes y comentarios que se hicieron entre ellas para tratar de relajarse y lucir radiantes en las fotos: “Pongan Laura Pausini para hacernos sentir mejor”, replicó Verónica Alcocer. Las demás se miraron sonriendo y alguna respondió que prefería el vallenato. Pero Laura Pardo pidió
reggaeton. Al final, la sesión se hizo sin música.

Sigue a Cromos en WhatsApp

En algunos momentos también se respiró cierta tensión, como por ejemplo cuando alguna se refería a Luz María Zapata como Luz Marina, una equivocación aparentemente sin importancia, pero que es lo que más enfurece a la esposa de Vargas Lleras. O cuando se le pidió a Verónica Alcocer que saliera en las fotos sin el abrigo de piel que había traído y que tanto le gusta.

La intensa actividad de María Clemencia de Santos, esposa de Juan Manuel Santos, le impidió asistir a este encuentro, en el que se dejaron a un lado los temas políticos para darle paso a una charla amena sobre trucos de maquillaje, moda y anécdotas familiares. Con la sencillez que la caracteriza, Lina Moreno de Uribe se sumó sorpresivamente a la cita y compartió con ellas un poco de su experiencia en Palacio durante ocho años.

Con la espontaneidad propia de quienes nacen en la costa, Verónica Alcocer se animó a preguntarle cómo había hecho para vivir tanto tiempo en una casa tan grande y luego la elogió por el hermoso piano que estaba situado a la salida del Salón Esmeralda, en donde se tomaron las fotografías. Alcocer no sólo es melómana, sino que anhela desde niña convertirse en pianista profesional. Por su parte, Adriana Córdoba intentó abordarla en privado para comentarle sobre uno de los proyectos en los que está trabajando con el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas y Luz María Zapata se preocupó siempre por hacerla sentir a gusto entre quienes aspiran a sucederla.

Cuando acabó la sesión, una a una se fueron despidiendo rápidamente para volver a sus obligaciones en tiempos de campaña. Todas saben, y así lo dicen, que sus hombres, a los que tanto aman, se ponen la camiseta de lo ajeno para darse a los demás, aunque este acto signifique sacrificar tiempo con sus seres queridos. Todas son concientes de que, independientemente de los resultados, sus esfuerzos valen la pena.

María Clemencia de Santos

Durante esta corta campaña a la presidencia de la República de su esposo, Juan Manuel Santos, ha sido sumamente activa y entregada a su labor de acompañarlo, aconsejarlo y estar pendiente hasta del último detalle de cada una de sus reuniones en la plaza pública. Tutina, como le dicen sus allegados y amigos más cercanos, siempre se ha caracterizado por su activismo en torno a la labor de su marido, con quien lleva más de 25 años. Por ejemplo, mientras él ejerció como Ministro de Defensa, ella trabajó a favor de las viudas y huérfanos de la Policía y el Ejército. Diseñadora gráfica y madre de tres hijos, María Clemencia de Santos es descrita por sus conocidos como una mujer emprendedora y reservada, pero muy cariñosa cuando está con los suyos.

Adriana Córdoba

El destino se encargó de unirla con Antanas Mockus. Después de asistir a varias de sus conferencias como rector de la Universidad Nacional, de programar encuentros para hablar de educación y políticas públicas, de esperarlo mientras estuvo en París con una ex novia y de interminables encuentros y desencuentros, finalmente, se convirtió en su entrañable compañera hace 16 años. Al comienzo le costó trabajo adaptarse a su silencio, “Antanas nunca abusa de las palabras”, asegura con una sonrisa. Con los años entendió que ella sería la conversadora de la relación.


La falta de tiempo para disfrutar en pareja nunca fue un problema, ambos se han dedicado casi toda la vida a lo público y comparten esa vocación de servicio a los demás. Y así lo entienden también sus hijas. La practicidad es una de las principales características de su relación, tal vez por esa forma de pensar y de ver la vida, asegura Adriana Córdoba, es que hasta el momento no han derramado una sola lágrima por la enfermedad de Mockus. “Recuerdo ese día en el médico. Tan pronto nos dijeron que lo que tenía se llamaba Parkinson nos miramos y sin dudarlo un minuto preguntamos qué teníamos que hacer. Y hemos entendido que se trata de algo que sucedió y que no podemos cambiar. Así que debemos adaptarnos y seguir adelante asumiendo los retos que la vida nos ponga”.

Verónica Alcocer

Hace 12 años esta alta rubia sincelejana conoció a Gustavo Petro durante un evento que ella misma organizó en su tierra natal. Quedó prendada de su inteligencia y al poco tiempo se hicieron novios. Su familia, de origen italiano, es ultra conservadora, por eso presentar formalmente a su nuevo amor fue toda una odisea. Sin embargo, una vez su padre tuvo la oportunidad de conversar con Petro, quedó encantado con quien en menos de un año se convertiría en su yerno. “Ahora a Gustavo lo quieren más que a mí”, cuenta con desparpajo. Al poco tiempo de contraer matrimonio, Verónica Alcocer tuvo que abandonar sus estudios de comunicación social en la Universidad Sergio Arboleda debido a amenazas, y desde entonces se dedicó a su hogar, conformado por tres hijos de 12, 8 y un año y medio. Pese a que admira profundamente la dedicación y la entrega de su esposo a su labor política, confiesa que le da muy duro no compartir con él todo el tiempo que quisiera. Aunque durante la campaña, por los niños, ha tenido que permanecer la mayoría de días en Bogotá y no a su lado recorriendo el país, está muy pendiente de sus salidas en los medios de comunicación, de asesorarlo en su imagen personal, de publicitar su candidatura entre sus amigas y de transmitirle siempre su buena energía.

Luz María Zapata

Los fines de semana son sagrados para compartir con su esposo, Germán Vargas Lleras. Generalmente, y por supuesto no en estos agitados tiempos de campaña, viajan a la finca en donde se refugian del resto del mundo y se pasan las horas leyendo, caminando, cocinando y conversando del tema que a ambos más les apasiona: la política. Precisamente fue este interés común el que jugó a su favor hasta enamorarlos hace ya 12 años. A pesar de la personalidad acelerada y el carácter fuerte de Vargas Lleras, las discusiones de pareja no son frecuentes. “Soy una mujer muy calmada y eso nos permite ser un buen complemento”. Además, asegura, “Germán es una persona muy divertida, que me hace reír todo el tiempo”. Aunque a Luz María Zapata le aterran las reuniones multitudinarias, siempre hace su mejor esfuerzo y cuadra su agitada agenda, como representante del gremio de las licoreras en el país, para acompañar a su esposo a sus correrías políticas y a realizar las actividades que a él más le gustan, como jugar golf. Esta politóloga y expresentadora de televisión, nacida en Pereira, adora su independencia y no le molesta pasar tiempo sola. Su plan favorito es ir al cine y comer crispetas mientras disfruta de la película, en la que por lo general siempre llora. Aunque con mucha prudencia acepta la posibilidad de ser primera dama de la Nación, confiesa que se dedicaría a trabajar por sectores desfavorecidos, como el de la tercera edad.

Laura Pardo

No le importa dormir poco. La hija mayor de Rafael Pardo hace hasta lo imposible por organizar su tiempo de tal forma que le alcance para escribir su tesis de grado de Ingeniería Industrial en la Universidad de los Andes, acompañar a su papá a las giras, los debates y reuniones de campaña, compartir con su mamá y sus dos hermanas y no perderse una noche de rumba con sus amigos. Aunque confiesa que el mundo de la política le encanta, asegura que no quiere abandonar sus planes de irse a especializar en el exterior. Esta es la primera vez que Laura Pardo está tan involucrada con la labor de su padre y asegura que se alegra de lo mucho que ha aprendido. Sin embargo, reconoce que el ritmo es agotador y que se necesita de una gran madurez para escuchar todo tipo de comentarios sin dejar que estos afecten su estado de ánimo. Desde que era una niña, Laura Pardo tuvo que acostumbrarse a no ver tanto como quería a su papá, afortunadamente, cuenta, él siempre se las ingenió para compartir con su familia así fuera sólo un rato. Sus planes preferidos son acostarse en la cama a ver películas o cenar en casa y quedarse toda la noche conversando.

Por Mariana Suárez Rueda

Sigue a Cromos en WhatsApp
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.