
Distribuye la energía de los espacios y mejora tu calidad de vida
Los espacios energéticamente armonizados favorecen la vitalidad, armonía y fluidez de quienes los frecuentan. Sin saberlo, permanentemente buscamos modificar la energía de nuestros espacios; al abrir las persianas de la oficina en la mañana para que entre la luz, las ventanas para sentir el aire, ubicando diferentes colores en las paredes, usando iluminación artificial e instalando sistemas de sonido para generar distintas ambientaciones.
Es importante saber que los principales cambios se dan al interior de nosotros y que esa es la condición más fuerte para cambiar todo nuestro entorno.
A continuación, algunos factores que te ayudarán a modificar positivamente los lugares en donde desarrollas tus actividades principales:
-Seguir siempre la intuición: esto significa sentirte cómodo en el lugar. La intuición es esa primera sensación que tenemos frente a una persona o un espacio. Existen factores que a través de la razón no identificamos, pero en los que nuestra percepción si nos puede ayudar.
-Lo primero, como en todo, es que algo nos guste: no importa si a los demás no, esto aplica no solo a los espacios, sino también a los objetos con los que los decoramos.
-Es recomendable tener imágenes que nos generen bienestar: no importa el tipo de arte o filosofía que relacionen, lo que prima es el bienestar que pueden generar.
-Hay cosas lógicas y de sentido común: los lugares repletos de objetos, que visualmente son densos, no dejan fluir de manera adecuada la energía.
-Los objetos que no son decorativos y que se utilizan por antigüedad, obstaculizan la energía. En lo posible se deben sacar para que la energía pueda ser renovada.
-Las plantas son excelentes para ayudarnos a limpiar y a redistribuir la energía. Son también un indicador de cómo esta circula en nuestros espacios.
-La energía en los espacios abiertos o construidos debe circular de una manera suave y permanente.
Foto: Flickr