El glamour de Andrés Pajón conmovió en Colombiamoda 2015
Hoy
Los chifones y sedas en movimiento atrapaban la pasarela en una especie de vuelo. Los atardeceres de Medellín estaban en los colores elegidos por Andrés Pajón y su compañero Felipe Cartagena para su colección. Los tonos crema, amarillo pastel, verdes menta y manzana, melón mandarina y rosa pastel acogieron con calidez a los asistentes. Las caras de asombro eran evidentes. Cada salida era una muestra de la perfecta ejecución en cortes, drapeados y siluetas que Andrés aprendió de su mamá, Rosa París, y que perfeccionó en las aulas de la Colegiatura, allí donde pocos pensaron que podría terminar sus estudios el hijo de la costurera.
Exquisito. Hermoso. Espléndido. Maravilloso. Los adjetivos para el desfile del programa Épica, de la Alcaldía de Medellín e Inexmoda, iban in crescendo. Los trajes, homenaje a Medellín, no fueron para nada literales, en ellos se apreciaban colores sutiles, a manera de atardeceres, caricias para los sentidos, en vestidos con colas, generosas mangas y cuellos altos que enmarcaban los hombros desnudos. Piezas que reafirmaban un principio que la marca Pajón & Cartagena se trazó como principio y que hasta hoy lo ha cumplido: ser la primera y mejor marca de lujo del país.
La exquisitez de Pajón desnudó con acierto y delicadeza piernas, hombros y escote.
Fotos: Cámara Lúcida
Para otras ocasiones, propusieron chalecos y chaquetas en chifón y jersey de seda, satín de seda y whool de seda, con deliciosas aplicaciones de orquídeas, de la joyería de Federico Castrillón y La Libertad, que en sutiles repeticiones reclamaban espacio en solapas, pechos y mangas. O en collares, aretes y brazaletes, en la justa medida de protagonismo y homenaje. Orquídeas que también se hicieron presentes en algunos estampados, que complementaron las sensuales sandalias de Sanangel, anudadas con lazos de aire sado y rematadas con plumas de avestruz, y las carteras de Natalia Melguizo, con una delicada reinterpretación de lujo del carriel antioqueño. Objetos que encabezan la lista de deseos de las fashionistas del país, y la lista de espera de la tienda Pajón, según contó el diseñador.
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Felipe Cartagena, compañero de vida y de empresa de Andrés, resume así la colección Primavera Verano que emocionó en Colombiamoda: “Celebramos lo que somos como cultura, con toda nuestra tradición sartorial. Tomamos la indumentaria de la región para llevarla a una versión más lujosa. Cada elemento que amamos como cultura y que queremos venderle al mundo estuvo allí presente”.
Ayer
“Desde pequeño me soñaba mi tienda, donde expresar mis ideas y mi inspiración. El primer showroom que tuve fue en la sala de mi casa. Cada vestido que vendía significaba otro paso para nuestra familia. Con un vestido pagamos la baldosa, con otro pagamos el techo, y así juntábamos dinero para la pintura, para los muebles, para lo que íbamos necesitando. Eran dos metros cuadrados, nuestro todo. Un día Felipe me llamó y me dijo que había hipotecado la casa y que se quería asociar conmigo, para comenzar la marca Pajón-Cartagena.
"Todo lo hemos logrado nosotros, mi mamá, Felipe y yo, que nos llamamos el trío Maravilla, y Dios, que es nuestro colaborador más grande", Andrés Pajón.
Hace cinco años hicimos nuestro primer pedido de seda, compramos nuestra primera máquina y contratamos a la primera modista, aparte de mi mamá. Con lo que nos quedó de la hipoteca hicimos la inauguración. No fue nadie. Solo los amigos, El Colombiano y Margarita Gómez, de Informa Models.
Así estuvimos dos años, ahorrando para montar la siguiente tienda, hace cuatro años en la calle 10 de El Poblado. Hoy tenemos un espacio moderno, con nuestro toque dorado, que tanto nos gusta e identifica. Pasamos de una tienda de 90 metros cuadrados a una de 450, con jardín incluido y oficinas.
Todo lo hemos logrado nosotros, mi mamá, Felipe y yo, que nos llamamos el trío Maravilla, y Dios, que es nuestro colaborador más grande”, cuenta Andrés emocionado. Aún no termina de creer lo que ocurre. Clientes nuevos. Una firma quiere vender sus diseños en México, referencias agotadas y una larga lista de espera le confirman que no se equivocó cuando le dijo a Rosa que prefería el diseño a la medicina forense.
“Es una manera de decirle a la gente que no es cuestión de dinero. Que alcanzar las metas es cuestión de fe, de empuje y verraquera. Hay que creer en el talento”, sostiene Andrés. Los aplausos y gritos jubilosos al final de Épica y ese abrazo a su Rosa, le dieron la razón.
Fotos: cortesía y Cámara Lúcida.